Estudiantes universitarios estadounidenses encuentran el ‘sueño europeo’
LOS ÁNGELES — Cursar estudios universitarios en la Unión Americana es cada vez más costoso, situación que convierte a la población estadounidense en un mercado potencial para los centros de educación superior del continente europeo, en donde muchos de ellos ofrecen matrículas a bajo costo y gratis.
El Instituto de Acceso a la Universidad y el Éxito (TICAS), con sede en Washington D.C., asegura en un reporte que los graduados en el 2014 tenían una deuda promedio de 28,950 dólares; además, advierten que en la última década la población con algún préstamo se incrementó del 65% a 69%.
En junio de 2015, Rudy Morales se graduó de la licenciatura en Ciencias Políticas de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) con una deuda estudiantil de 27,000 dólares; a la fecha no sabe cuando comenzará a pagar, porque está por iniciar una maestría en Administración Pública.
“Es una buena oportunidad estudiar en Europa”, dice el joven de 22 años, hijo de inmigrantes mexicanos, al explicar que el préstamo seguirá aumentando debido a que no tiene empleo. “Si me podría ir, pero la desventaja es que si me sale una oferta de trabajo allá no me voy a querer regresar”.
Esta alternativa, sin embargo, es recibida por otros como un sueño. Chelsea Workman, originaria de Columbus, Ohio abandonó la licenciatura en Filosofía en el 2011. El costo anual de su carrera era de 10,000 dólares, lo que había generado estrés imaginar que por toda la carrera pagaría 40,000.
Varios años antes, la hermana de Workman se movió a la ciudad de Deggendorf, al sureste de Alemania. Ella la persuadió a que la visitara y le explicó sobre el programa de Administración Internacional en el que se terminó inscribiendo, en septiembre de 2012.
“La decisión, para mí, era algo obvio”, escribió la joven de 25 años en un blog. Al principio pagó 220 dólares por semestre. Esa tarifa luego se redujo a $58, cuota por servicios administrativos. Además, al mes desembolsa $90 por un seguro médico obligatorio y la renta asciende a $330.
Mientras cursa sus últimas clases, la joven estadounidense trabaja como tutora y profesora de inglés. Asimismo, como requisito estudió un semestre en Holanda, ha realizado práctica profesional y ha desarrollado habilidades en los negocios desde la perspectiva internacional.
“He aprendido un nuevo idioma y puedo comunicarme en alemán”, aseguró Workman después de un poco más de tres años en Baviera, el mayor de los 16 estados teutones. “Puedo decir con seguridad que trasladarme a Alemania fue la mejor decisión que he tomado”.
A lo largo de Europa hay al menos 44 universidades con licenciaturas que tienen matrículas gratuitas para estadounidenses. En Alemania, Islandia, Noruega y Finlandia los centros de educación superior públicos no tiene costo alguno para residentes ni para estudiantes internacionales.
De acuerdo a Jennifer Viemont, fundadora del servicio de consejería académica Beyond The States, hay muchos programas con costos inferiores a los 3,000 dólares al año, detallando que según su base de datos el promedio de matrícula anual en las diferentes universidades es de 7,291 dólares.
“Debo decir que nada es completamente gratis”, indicó Viemont a HOY, advirtiendo que se tiene que considerar la vivienda, el seguro médico y el boleto de avión. En ese sentido, ofrecen orientación disponible en beyondthestates.com sobre llenado de formularios y requisitos a cumplir.
De acuerdo al Institute of International Education (IIE), en el 2011 alrededor de 43,000 estadounidenses obtuvieron sus títulos universitarios en el extranjero, en países ubicados en Europa, Asia, Oceanía y América del Norte. En el 2012, ascendió a 46,500.
Octavio Pescador, investigador y profesor de la Escuela de Postgrado de Educación de UCLA, considera que si se compara esa cifra con los 20 millones de estudiantes que se gradúan anualmente en la Unión Americana el impacto es mínimo, pero a largo plazo cree que es peligroso.
“Más allá de la fuga de cerebro esto es un síntoma de los problema de inequidad, donde la educación superior se está convirtiendo en elitista e inaccesible, privilegio para un grupo pequeño; el peligro es que la tendencia de salir del país se generalice por la falta de oportunidades”, subrayó Pescador.
A juicio de Irella Pérez, doctora en Educación de la Universidad del Sur de California (USC), al mandar a Europa a un estudiante se tiene que valorar los costos y beneficios, porque por ahorrar en la matrícula se incrementará el gasto en la estancia, cuando aquí también hay opciones a bajo costo.
En efecto, la también superintendente del Distrito Escolar de El Monte asegura que ella antes de transferirse a la universidad y obtener su postgrado fue a un colegio comunitario dos años. “El que se quiere educar no tiene excusas, solo se tiene que ser muy estratégico”, concluyó Pérez.
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