Buscan a la comunidad salvadoreña en EE.UU. como blanco del turismo médico
LOS ÁNGELES — El dentista Rodolfo Gutiérrez cada año atiende en su clínica a un promedio de 30 pacientes que llegan de Estados Unidos. Este especialista tiene su clínica en la colonia Escalón, en la capital salvadoreña, pero ahora él decidió buscar a sus compatriotas para ofrecer sus servicios.
Esta visita por el Sur de California se realizó en representación de un grupo de especialistas de diferentes ramas de la medicina, quienes promueven lo que se denomina turismo médico; este esfuerzo privado cuenta con el apoyo del Ministerio de Turismo para atraer a la diáspora cuzcatleca.
“Con lo que se paga aquí puede ir a nuestro país a ver a la familia, recibir un buen tratamiento y ahorrarse mucho dinero”, indicó el odontólogo, detallando que ofrecen rellenos en $50, endodoncia a $310 e implantes dentales a $1,300 dólares. “Tenemos precios más cómodos que los de Tijuana”.
El turismo médico es un concepto ampliamente desarrollado por Alemania, Hungría, Corea del Sur e India; en la región centroamericana, en los últimos 30 años fue Costa Rica el que abrió la brecha, pero ahora está siendo implementado en Guatemala y El Salvador.
“Usamos productos alemanes, suizos y americanos; tenemos lo más novedoso en tecnología dental para poner implantes”, agregó Gutiérrez.
El Centro Médico Lourdes, ubicado al occidente de San Salvador, se fundó en 1985. En la actualidad cuenta con 35 especialistas. A diario atienden a un promedio de 100 pacientes, pero anualmente recibe a un aproximado de 1,000 usuarios que llegan de diferentes partes del extranjero.
A juicio de José Omar Duarte, presidente del hospital y médico familiar, el atractivo del nosocomio son los servicios de cirugía estética. Aquí los implantes de mama cuesta un aproximado de $3,800, reemplazo de cadera $14,000, reemplazo de rodilla $13,000 y liposucción $3,800 dólares.
“Al venir aquí queremos que nos conozcan”, aseguró Duarte manifestando que desde hace ocho años la demanda de usuarios ha ido creciendo, en parte por la promoción que les ha dado el servicio pre-pago, por la facilidad que dan al migrante que quiere darle atención médica a sus parientes.
La incipiente Red de Turismo Médico salvadoreña incluye hospitales, clínicas, hoteles y operadores de turismo para ofrecer paquetes a los pacientes, quienes tienen en la mira a 1.9 millones de personas de ascendencia cuzcatleca que vive en la Unión Americana.
El pediatra Francisco Medina, radicado en Miami desde 1981, celebra la incursión de sus connacionales en territorio estadounidense. Cuenta que desde el 2004 él comenzó a viajar a diferentes países de América Latina para atraer pacientes a la Florida.
Sin embargo, en los últimos cinco años comenzó a brindar consultoría médica, financiera y operativa a grupos en Guatemala, El Salvador y Costa Rica, con quienes se han asociado varios miembros de la Salvadoran American Medical Society (SAMS), fundada en California en 1990.
“En el futuro no se descarta que allá reciban a pacientes que cuentan con Obamacare”, valoró Medina, director ejecutivo de SAMS, quien junto a sus colegas brindan el seguimiento a pacientes que viajan a suelo centroamericano por algún tipo de tratamiento médico.
Brasil, México y Colombia, son los países que lideran el turismo médico en América Latina, debido a los bajos costos y a la acreditación internacional de sus profesionales. De acuerdo a la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica (Isaps), en todo el mundo hay 32,000 cirujanos estéticos certificados, de ellos hay más de 7,492 en los países latinoamericanos.
Al mismo tiempo, se destaca que Brasil se ha especializado en tratamientos estéticos; México en ligaduras de trompas; Costa Rica en implantes de glúteos; Colombia en prótesis de mentón y pechos; y Argentina en fertilidad y bypass gástrico.
Rolando Castillo, presidente del Consorcio de Profesionales y Médicos de Latinoamérica (Cophyla), considera que esta tendencia no solo tiene un beneficio económico para los pacientes, sino que también tiene un impacto social, destacando la falta de personal bilingüe y bicultural en Estados Unidos.
“Cuando no se conoce la cultura se pierde mucha información, pero en este caso al viajar a sus países de origen la atención funciona como un agente terapéutico, porque la comunicación es en su idioma y a través de su misma cultura”, concluyó Castillo, doctor en Medicina Sicosocial, graduado de la Universidad de Claremont.
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