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Condenan ataques de odio en Universidad Pitzer, hechos que se vinculan a seguidores de Donald Trump

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Con graffiti se tapizaron algunas paredes y un mural de la Universidad Pitzer, en la ciudad de Claremont. Los autores del vandalismo dejaron escritas palabras como “Trump” y “Hagamos grande a Estados Unidos otra vez”, así como expresiones ofensivas contra un candidato estudiantil latino.

Elijah Pantoja es aspirante al Senado Estudiantil. En una pared donde promovía su candidatura se leía: “Pantoja para presidente”; sin embargo, el domingo anterior ese texto apareció manchado con pintura aerosol, como parte de los incidentes que se han interpretado como ataques racistas.

El estudiante, hijo del profesor Adrián Pantoja y que imparte clases en el mismo recinto, calificó el vandalismo como un crimen de odio, al mismo tiempo señaló que “la campaña [de Donald] Trump no es política. Es un renacimiento de la supremacía blanca abierta y explícita”.

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En una carta, publicada en Facebook, el joven agregó que sus pensamientos no serán modificados. “No me dejaré intimidar por aquellos que tratan de infundir miedo en mi corazón. Voy a hablar en contra de aquellos que han cometido crímenes de odio en contra de mi persona y mi comunidad”.

A juicio de José Calderón, profesor emérito de Sociología de la Universidad Pitzer, este ataque no es aislado, mas bien lo contextualiza en el ambiente que está generando el magnate con sus mensajes incendiarios, figura que el académico compara con Adolfo Hitler, autor del genocidio judío.

“Condenamos estos actos porque los autores del vandalismo sabían lo que estaban haciendo”, dijo Calderón. “Es muy peligroso, se puede llegar a un punto de mayor expresión de violencia y se tiene que tomar muy en serio, esperamos que la universidad investigue los hechos”.

En una encuesta realizada por el Centro Pew, publicada a finales de marzo, se reveló que los votantes entrevistados en un 57% afirmaban que los migrantes fortalecían la economía del país, en cambio el 35% señalaban que eran una carga para la sociedad.

En el mismo sondeo, los que se declaran seguidores de Trump indican en mayor parte (69%) que los inmigrantes son una carga, mientras que solo el 20% tienen una percepción positiva, cifras que son más elevadas en comparación a las opiniones de los fieles de los otros candidatos republicanos.

A criterio de Beth Baker, profesora de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Estatal de California en Los Ángeles, la figura del magnate ha crecido por culpa de los medios de comunicación al reproducir cada mensaje que emite y en parte a las raíces de la cultura estadounidense.

“Los que no están de acuerdo con él no utilizan el odio ni el vandalismo, pero sus tácticas políticas son parte de un movimiento racista mundial; y tenemos que estar conscientes que está utilizando las raíces de la nación que se originó bajo el colonialismo y el genocidio”, subrayó la académica.

María Elena Durazo, vicepresidenta de inmigración y derechos civiles del sindicato Unite Here, considera que estas manifestaciones racistas no se pueden tolerar porque el riesgo inminente es que las agresiones después se conviertan en leyes, así como ocurre en los estados de Arizona y Texas.

“La campaña de Trump está dividiendo al país”, sostiene la sindicalista y lo que ha sucedido en Pitzer “no solo afecta a los estudiantes, sino también a los trabajadores y a la sociedad en general; comienza con palabras, graffiti y luego se hará un racismo abierto con leyes discriminatorias”.

La clave para para detener este movimiento de odio, agrega la líder de los derechos civiles Dolores Huerta, pasa por dejar la apatía a un lado y generar una movilización cívica nacional. “Hay que organizarnos, que la gente se registre y salga a votar, así evitaremos que gane las elecciones”.

La Universidad Pitzer se encuentra ubicada a 33 millas al Este de la ciudad de Los Ángeles. El énfasis de este cento académico son las ciencias sociales, ciencias de la conducta, programas internacionales y estudios de medios de comunicación.

En septiembre de 2015, esta institución tenía a 1,067 estudiantes inscritos. De ellos el 47.24% eran anglosajones, el 15.09% latinos y el 5.06% afroamericanos.

Al conocer los incidentes recientes, Brian Carlisle, vicepresidente de asuntos estudiantiles, a través de una carta dirigida al personal y alumnos condenó los hechos, también exhortó a respetar los derechos de la Primera Enmienda de la constitución, aludiendo a la libertad de expresión.

“El vandalismo es a la vez un delito y una violación de la política de la Universidad”, subrayó Carlisle, al asegurar que se está realizando una investigación y si se comprueba que el odio fue la causa de los hechos aplicarán sanciones disciplinarias en contra de los responsables.

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