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Milagros de la Virgen de Guadalupe impulsan a mexicano a ofrecerle festín anual

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Se acercan las festividades de Navidad y Año Nuevo, sin embargo, José Rodríguez no está pensando en los regalos que va a dar o en los propósitos que va hacer para el 2017, sino en celebrar a la Virgen de Guadalupe este 12 de diciembre.

De acuerdo al inmigrante mexicano de 53 años de edad, la guadalupana le ha concedido tantos milagros que él no tiene cómo pagárselos, uno de ellos, el haber salvado a su hijo de la muerte.

“Hace unos 10 años pasaron echando balazos hacia mi casa. Mi hijo que solo tenía 18 años estaba afuera. Yo estaba en la sala y me asusté mucho. Vinieron los paramédicos y cuando le quitaron la ropa, mi hijo no tenía ninguna bala en el cuerpo”, recuerda Rodríguez.

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“En otra ocasión, uno de mis hijos de 11 años de edad se atoró con la punta de metal del barandal del patio y se cortó la garganta. Le pedí mucho a la Virgen y mi hijo salió bien”, sostiene.

Anualmente y sin importarle el dinero que va a invertir, Rodríguez elabora todo un festín para conmemorar el día en que, en 1531, la virgen se le apareció por cuarta ocasión al ahora santo Juan Diego. La virgen le pidió al indio que subiera a la cumbre del cerro del Tepeyac para cortar unas rosas; él las tenía que llevar ante el señor obispo como prueba de sus milagrosos encuentros y así pedirle la construcción de un templo.

Con este pasaje en su mente, Rodríguez compró hace 20 años la imagen de una virgen pequeña que puso en su hogar. Hace 12 años, en una visita a La Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en Ciudad de México, el fiel compró la figura de una virgen más grande y en el patio frontal de su casa le construyó un altar permanente con piedras de río.

Desde entonces, anualmente lleva a cabo el festín en su propio hogar ubicado en la ciudad de Los Ángeles, entre las calles Bonnie Brea y al oeste de la calle Tercera.

Los seis hijos de Rodríguez también son devotos así como su esposa, pero nadie puede ponerle mano al altar de la virgen. “Yo le digo a mi esposa, tu hazte cargo de la comida y déjame adornar a mí”, dice Rodríguez entre sonrisas.

“Invito a la comunidad a celebrar con mi familia esta fecha importante con una misa oficiada a las 7 de la noche, el 11 de diciembre, por un padre de la Iglesia San Judas Tadeo”, sostiene el creyente.

Durante la celebración, se reza el rosario, se ofrece champurrado, ponche y tamales estilo Distrito Federal. A la media noche no faltan los sonidos del mariachi en vivo que cantan las mañanitas.

Rodríguez no revela cuánto dinero o tiempo gasta en comprar flores, adornar, preparar la comida o llevar el mariachi al evento, ya que enfatiza que para darle gracias a la virgen por todos los milagros que le ha hecho, no podría pagarle con dinero.

“Para celebrarla no hay precio, yo no me fijo en eso. Al contrario, le vivo agradecido por haberme ayudado a comprar mi casa y por ayudarme a abrir mi negocio de grúas”, dice Rodríguez.

Desde que el fiel construyó el altar de la virgen frente a su hogar, mucha gente camina por la calle lo admira, inclusive aquellos que no son latinos.

“En Iztapalapa, una delegación de la ciudad, se hacen unas fiestas muy grandes para celebrar a la Virgen de Guadalupe. Las familias hacen altares grandísimos, en el suelo ponen flores de aserrín pintado y hay competencias en cada colonia. De ahí yo tomé la idea y fue como armé el altar”, dice Rodríguez.

Para este devoto, no solo hay que darle gracias a Dios o la virgen una vez al año sino siempre.

“Tenemos vida, tenemos trabajo, tenemos familia… hay mucho por qué dar gracias. Y para aquellos que critican mis creencias, puedo decir que la Virgen es la madre de Dios y por ello debemos respetarla”, añade.

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