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Los Ángeles muestra un polémico mural chicano censurado hace 37 años

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Treinta y siete años después de ser censurado, la artista chicana Barbara Carrasco logró hoy rescatar del anonimato el mural “Historia de Los Ángeles: una perspectiva mexicana”, eliminado de la exhibición que conmemoraba en 1981 el bicentenario de la ciudad por su contenido polémico.

La iniciativa artística “Pacific Standard Time: LA/LA”, de la Fundación Getty, sumó esta obra a la muestra “Murales Rebeldes”, que llevó sus 6 metros de alto y 24 de largo de colorido recorrido histórico hasta Union Station, la principal estación de ferrocarril de Los Ángeles, donde se expondrá hasta el 22 de octubre.

“Ha sido una batalla larga y dura por defender la historia de nuestra ciudad y los hechos precisos que marcaron la diversidad de nuestra comunidad, que representé en esta obra”, dice a Efe la artista de ascendencia mexicana sobre su obra, almacenada durante años en una bodega.

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La odisea de la obra de Carrasco comenzó hace 37 años cuando Agencia de Reurbanización Comunitaria de Los Ángeles (CRA, por su sigla en inglés) le encargó realizar un mural que recogiera la historia de la ciudad para ser exhibido en la conmemoración de la efeméride de la ciudad.

Entonces, la artista buscó la asesoría de varios historiadores y personas que habían vivido o documentado el desarrollo de la urbe, y tras casi un año de investigación realizó el diseño de la obra, que partiría de lo que ella considera los cimientos de la ciudad.

“Los orígenes de la ciudad están en una mujer, Nuestra Señora de Los Ángeles, el pueblo de la reina”, explica Carrasco, nacida en El Paso, en Texas, pero criada en Los Ángeles.

Con ese concepto en mente, la artista pintó un mural en el que destaca una mujer de tez oscura y una cabellera negra de la que se desprenden 51 escenas que relatan cronológicamente parte de la historia de la ciudad con especial énfasis en los grupos minoritarios.

Sin embargo, la reacción de quienes encargaron la obra no fue lo que ella esperaba.

“No me censuraron la obra de inmediato, me pidieron que eliminara algunas escenas porque creían que no hacían parte de la historia de Los Ángeles, que la obra tenía muchas imágenes, que estaba muy congestionada”, recuerda Carrasco.

Catorce de las imágenes fueron rechazadas, entre ellas una que muestra el blanqueo del famoso mural “América Tropical” (1932), de David A. Siqueiros, los disturbios denominados “Zoot Suit” y que afectaron a jóvenes chicanos en 1943 y la muerte del periodista Rubén Salazar durante una marcha en 1970.

“Esto hace parte de nuestra historia, son hechos precisos. No me inventé nada, es ridículo que se considere controvertida la historia”, insiste Carrasco.

Aunque el mural fue bautizado “Historia de Los Ángeles: una perspectiva mexicana”, la artista integró además episodios de otras culturas, como el confinamiento en campos de concentración de estadounidenses de origen japonés durante la Segunda Guerra Mundial.

La obra también fue tildada en su época como feminista, cruel y dolorosa.

“En el mural están todos representados, mujeres, hombres, blancos, mexicanos, chinos, japoneses, afroamericanos; todos los que somos”, apunta.

Carrasco recuerda que muchas personas le recomendaron retirar las imágenes para que pudiera ser exhibida. No obstante, se negó e incluso inició una batalla legal para proteger la obra.

“No podemos censurar este mural en un momento en que la transparencia y el diálogo son los más desesperadamente necesarios”, indica John Echeveste, responsable de LA Plaza, una de las organizaciones que respaldó el rescate de la obra.

Aunque Carrasco sabe que los murales siguen siendo piezas de arte estigmatizadas cree que valió la pena guardar todos estos años la obra porque por fin el público podrá darle el valor necesario.

“Rescatar este mural en este momento es muy importante. No podemos repetir los mismos errores que se cometieron en el pasado y olvidarnos de la historia que nos ha marcado, dice a Efe Hilda Solis, de la Junta de Supervisores del Condado de Los Ángeles, sobre los, en su opinión, actuales casos de “discriminación y atropellos contra las minorías”.

Ahora, la autora espera que “Historia de Los Ángeles: una perspectiva mexicana” confía en que este mural no tenga que volver a la oscuridad de la bodega.

“Tenía 27 años cuando comencé esta obra y ahora tengo 62, y sigo buscándole una casa permanente. Espero que pueda encontrar un lugar en la ciudad y en el corazón de la comunidad, no solo de la mexicana”, pide.

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