Activistas pro-inmigrantes se preparan para protesta contra ‘el muro del odio’ este sábado
LOS ANGELES — Miles de activistas y residentes del área fronteriza saldrán a las calles cerca de un cruce internacional en El Paso, Texas, para una marcha masiva y una manifestación en contra del muro propuesto por el presidente Donald Trump, y en apoyo de una reforma migratoria significativa y humana.
El movimiento que ocurre a mediodía del 26 de enero, espera a por lo menos cinco mil participantes pro-inmigrantes de toda la nación y estados clave como California, Nevada y Florida.
Mientras que los políticos de Washington continúan en el estancamiento presupuestario, que ha resultado en el cierre gubernamental más prolongado de la historia, los activistas fronterizos exigen que no se asigne fondos para la construcción de un muro.
“Somos las personas en el terreno y somos las personas que sabemos que la idea de un ‘Muro de odio’ que se extiende a lo largo de México y Estados Unidos, es un desperdicio y está en bancarrota moral”, dice Fernando García, de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos (BNHR), una de las organizaciones de derechos de inmigrantes más grande del sudoeste.
“Esta es una crisis artificial creada por el presidente. Las ciudades en la frontera como El Paso, son las ciudades más seguras del país”, afirma.
El número total de inmigrantes arrestados en la frontera se encuentra en un mínimo histórico, según las estadísticas de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
Las detenciones en la frontera sur pasaron de 1.6 millones en el año fiscal 2000 a menos de 400,000 en el año fiscal 2018, incluso con el doble de personal de la Patrulla Fronteriza.
Las poblaciones de inmigrantes no autorizados que residen en Estados Unidos están disminuyendo y lo han estado por cerca de una década, sostienen los activistas.
Además, El Paso se ha clasificado sistemáticamente como una de las ciudades más seguras de Estados Unidos, según los datos de delitos recopilados para informes de compañías de seguros y de bienes raíces.
En junio del 2017, El Paso fue considerada la segunda ciudad más segura de las “50 ciudades más seguras en América”, según un informe publicado por SafeWise, una marca de seguridad y protección del hogar.
Otros estudios han corroborado que el índice de criminalidad de ciertas ciudades no tiene nada que ver con la inmigración.
El muro de Trump fue hace unos días condenado por los representantes demócratas y políticos tanto locales como nacionales.
“El intento de Trump de atraer al liderazgo demócrata a la mesa de negociaciones con su “compromiso” para la financiación del muro fronterizo es patético”, dijo Gil Cedillo, concejal de Los Ángeles.
“El Presidente una vez más mantiene como rehenes a un grupo de personas, esta vez 800,000 empleados del gobierno y sus familias, a cambio de la aprobación de su inhumano e innecesario muro fronterizo”, añadió el concejal angelino.
Afirmó también que “el presidente no se da cuenta de los efectos a largo plazo que un cierre del gobierno creará en la economía y en las innumerables vidas de quienes trabajan sin remuneración”.
Thomas A. Saenz, presidente y consejero general del Fondo de Educación y Defensa Legal México-Americana (MALDEF), recalcó que Trump ha cerrado el gobierno porque nadie le dará su muro de frontera fetichizado, que es costoso, innecesario y divisivo.
“La gran ironía de que Trump haya cerrado el gobierno de los Estados Unidos debido a la negativa del Senado a usar el dinero de los contribuyentes estadounidenses, para pagar un muro que México prometió que pagaría por México no se pierde para nadie”, dijo Saenz.
“La actual dirección del Congreso debe intensificarse para producir proyectos de ley a prueba de veto, sin pérdidas de dinero en el muro y una inversión para introducir una mayor humanidad en nuestra política y práctica de inmigración”, aseveró.
La marcha comenzará cerca del centro de El Paso y continuará hacia un puerto de entrada internacional ubicada cerca del sitio de construcción de un muro fronterizo en curso.
Allí, los manifestantes también planean denunciar y oponerse a la construcción del monumento racista de Trump, a la militarización de la región, y exigirán una reforma migratoria humanitaria e inclusiva que proteja e integre a los Soñadores, los beneficiarios del Estatus de Protección Temporal (TPS) y las víctimas de violencia doméstica.
La movilización comenzará en la Plaza San Jacinto (111 W. Mills), se detendrá en el Puerto Internacional de Entrada de Santa Fe y terminará en Chihuahuita (106 Calleros Ct).
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