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Cientos de alumnos “aprenden” a celebrar el Día de Muertos en un cementerio

Maestras y alumnos de escuelas católicas posan junto a un altar confeccionado por estudiantes este miércoles, en el Cementerio El Calvario de Los Ángeles, California (EE.UU.). EFE/ Iván Mejía
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En su esfuerzo por educar sobre las raíces y el significado del tradicional Día de Muertos, cientos de estudiantes de escuelas católicas de Los Ángeles, California, recibieron clases este miércoles en un cementerio, donde decoraron cráneos de azúcar, cuadros y flores de papel artesanal.

Aunque en EEUU es más popular el “Halloween” que el Día de Muertos, alumnos de escuela primaria que nacieron en este país o llegaron siendo niños acudieron al panteón El Calvario del este de Los Ángeles, donde, en inglés, aprendieron sobre el día de los finados del mundo latino.

Entre inciensos y danzas folclóricas, los jóvenes, con evidente alegría, pusieron manos a la obra para confeccionar coloridas flores de papel, marcos decorados para fotografías de fallecidos y calaveras de azúcar.

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De esta manera, decoraron un altar por cada una de las 15 escuelas participantes, dejándolos listos en el camposanto para este sábado 2 de noviembre, Día de Muertos, una tradición mexicana vinculada a las celebraciones católicas del Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.

“Estos lindos altares representan todo lo que quiere decir ‘pasar a otra vida’”, indicó a Efe Nelly Villaneda, maestra de educación religiosa de la Arquidiócesis de Los Ángeles.

“Ponemos fotos de nuestros seres queridos para decirles que los estamos recordando; no nos hemos olvidado de ustedes”, expuso la educadora y explicó que las calaveras son “un símbolo de vida eterna”.

“No hay que temerle a la muerte”, porque eso significa “pasar a un lugar donde vamos a estar en eterna gloria”, apuntó Villaneda.

Las clases en el panteón El Calvario fueron organizadas por los administradores de cementerios, funerarias y escuelas católicas de la Arquidiócesis de Los Ángeles.

Florencia Terán, maestra de primaria en la escuela Nuestra Señora de Guadalupe, del este de la ciudad, dijo que los niños en EEUU crecen escuchando de sus padres y abuelitos que en Latinoamérica “el Día de Muertos visitaban el cementerio”.

Sin embargo, agregó, en la cultura estadounidense los cementerios evocan en los chicos escenas de “miedo y terror”. La educación consiste en “mostrarles el ambiente familiar del que cuentan los abuelitos” precisamente en los panteones.

“El Día de Muertos es una celebración de la Vida”, aseguró Terán.

Los alumnos dedicaron los altares a seres queridos fallecidos como abuelos, tíos e incluso mascotas, recordados entre aromas de ofrendas florales conocidas en México como Cempazuchitl (Tagetes Erecta).

“El Día de Muertos debería de ser parte de los programas de estudio en todo EEUU. Así como en los libros de Historia enseñan que George Washington fue el primer presidente de EEUU, también deberían incluir el Día de Muertos”, sugirió Terán.

Sobre la tumba convertida en altar se les pone un vaso de agua “por si tienen sed, la comida que les gustaba, velitas para que alumbren su camino y si fallecieron niños hasta los juguetes con que jugaban”, indicó la educadora.

Por su parte, Claudia Castillo, maestra de primaria en la escuela Sagrado Corazón de Jesús, afirmó que sus alumnos piensan que ir al cementerio “?a celebrar con muertos?” debe ser algo espantoso.

“Saben más de Halloween porque es una fiesta comercial de disfraces y dulces”, apunta.

“Pero les explico que el Día de los Muertos es una gran fiesta en el panteón, donde se reúnen las familias para recordar con cariño a sus difuntos”, detalló.

Castillo narró la anécdota de una alumna que pensaba que el “pan de muerto” es algo de mal sabor.

“Pero su abuelita, junto a ella, se puso a cocinar ‘pan de muerto’, que hoy le parece sabrosísimo mojadito con chocolate, y la señora envío panes para ponerlos en los altares diseñados por los niños”, explicó la maestra.

Castillo recuerda que un mayor interés por conocer del Día de Muertos lo produjo la película estadounidense de dibujos animados “Coco” (2017), de los directores Lee Unkrich y Adrián Molina.

En su argumento, el personaje central, el niño Miguel, entra por equivocación en la Tierra de los Muertos, de donde sólo podrá salir si un familiar difunto le concede su bendición.

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