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¿A dónde van a parar los que piden asilo sin centros de detención? Sentimientos mixtos entre la comunidad

Por ahora, en Los Ángeles, varias organizaciones pro inmigrantes se han mostrado en contra de una instalación de detención para niños indocumentados en Arleta.
(AP)
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Mariana Bustamente tiene familiares indocumentados que piensan pedir asilo en Estados Unidos, sin embargo lo que le preocupa es qué será de ellos si las autoridades de inmigración los detienen, y dónde van a terminar recluidos.

“Muchos activistas comunitarios están luchando para que desaparezcan los centros de detención privados, pero mi pregunta es qué pasa cuando las ciudades se niegan a abrir estos centros… qué tan lejos nuestros familiares van a terminar”, pregunta Bustamente.

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Así como la residente del condado de Orange, también Alfonso Esquivel, un inmigrante indocumentado, cree que sería mejor permitirle a esos centros abrir en zonas locales, donde sus familias que viven a corta distancia puedan ayudarlos de alguna manera.

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“Creo que los familiares que viven lejos de los detenidos tienen menos oportunidad de ayudarlos… aunque también puedo ver el punto de que esos centros no son buenos para nuestros refugiados”, sostiene.

Las preguntas de la comunidad surgen de un movimiento de parte de activistas pro-inmigrantes para cerrar los centro de inmigración privados en todo el país, muchos de los cuales han sido acusados de no otorgarle servicios de salud a los detenidos, y hasta de darles comida en malas condiciones, sin contar el maltrato sicológico y la intimidación.

Al menos 103.000 niños migrantes se encuentran en centros de detención en todo el país, de acuerdo a un informe de las Naciones Unidas.

Esta semana, el Ayuntamiento de Los Ángeles respaldó por unanimidad una propuesta para prohibir temporalmente que empresas privadas como VisionQuest operen centros de detención de inmigrantes dentro de la ciudad.

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La presidenta del Concejo Municipal, Nury Martínez, quien defendió la propuesta, criticó al gobierno federal por separar y maltratar a las familias.

“Nuestros hijos inmigrantes ya han pasado por el infierno”, dijo Martínez. “Empresas como VisionQuest están haciendo de sus vidas un martirio en sus instalaciones, y me opongo fundamentalmente a cualquier idea de compañías para ganar dinero con la miseria y el dolor de los niños”.

“Como hija de inmigrantes mexicanos, me opongo vehementemente a colocar a niños inmigrantes en lo que algunos llaman instalaciones de detención o centros. Los llamo prisiones”, agrega.

Por ahora, en Los Ángeles, varias organizaciones pro-inmigrantes se han pronunciado en contra de una instalación de detención para niños indocumentados en Arleta, en el Valle de San Fernando, al calificarlo como símbolo de opresión de derechos para los que buscan refugio.

Según el Centro de Informes de Investigación, el gobierno federal otorgó, en julio, a VisionQuest $25 millones en cuatro subvenciones en los próximos años para albergar a cientos de menores no acompañados en Texas, Arizona, Nuevo México y California.

En noviembre, el director ejecutivo de VisionQuest, Mark Contento, dijo en Twitter: “Si 20.000 niños aparecieran de repente en tu puerta, ¿qué harías? ¿cómo tratarías con ellos? ¿cómo los cuidarías? La oficina del reasentamiento de refugiados está haciendo un trabajo increíble. ¿Lo harías?”.

La administración del presidente Donald Trump contempla establecer un objetivo “cero” admisión de refugiados para el año fiscal 2020, todo esto a pesar de que la aceptación de los mismos ha reducido al 75% desde el 2016.

En respuesta a la propuesta de prohibición en Los Ángeles, VisionQuest le dijo a CNS que “está buscando establecer un refugio para migrantes que proporcione ropa, comida, escolaridad, atención médica y vivienda para menores no acompañados”.

El portavoz de la compañía, Jeff Bender, dijo: “Nuestro objetivo es reunirlos con la familia o una familia de acogida dentro de los 90 días posteriores a su arribo al centro para llegar al punto de un entorno de vida estable”.

Sin embargo, varios funcionarios no creen estas palabras.

“Yo no creo que separar familias tiene espacio en la política de inmigración estadounidense, y no pienso que arrancar a los niños de los brazos de sus padres y colocarlos en jaulas hace que Estados Unidos sea más seguro”, dice la supervisora de Los Ángeles, Sheila Kuehl.

Portavoces de ICE sostienen que la gente que busca asilo debe atravesar un proceso, dentro de este la detención, por lo que abrir los centros depende del número de personas que pide alivio.

Alejandra Gallo, residente de Oxnard, también tiene sentimientos encontrados sobre la prohibición de centros.

“Lo ideal sería dejar libre a la gente que llega en busca de alivio, pero eso no va a suceder. Al final del día todo el que pisa tierra estadounidense es detenido, y necesita un familiar cerca para ayudarlo… Creo que los activistas deberían mejor luchar por la entrega rápida de familiares”, sostiene.

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