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Willow, la perra que trabaja olfateando crímenes cibernéticos contra niños

Willow
Willow, de dos años de edad, alerta un gabinete donde se esconde un disco duro mientras practica búsquedas con el investigador criminal de la Oficina del Fiscal del Distrito de San Diego, Ron Burleson, en la oficina de la fuerza especial para Crímenes Cibernéticos contra Niños. Willow está entrenada para detectar dispositivos de almacenamiento de datos como discos duros, memorias USB y tarjetas flash.
(John Gibbins/The San Diego Union-Tribune)

La perra detectora de olores electrónicos de 2 años de edad ya ha colaborado en una media docena de búsquedas

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Desde que empezó su nuevo trabajo en San Diego hace un par de meses, Willow la labrador inglés ya ha demostrado su valía a su entrenador Ron Burleson.

La perra de 2 años, especialmente entrenada para olfatear dispositivos electrónicos de almacenamiento, ha participado en media docena de búsquedas de órdenes de arresto y libertad condicional con Burleson, un investigador de la Oficina del Fiscal del Distrito del Condado.

En una salida, encontró un celular que los agentes de la ley habían pasado desapercibido.

“Confiamos en que vamos a ser capaces de encontrar cosas que antes se pasaron por alto”, dijo.

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La pareja está asignada a la Fuerza de Tareas de Crímenes Cibernéticos contra los Niños de San Diego, un grupo que utiliza los recursos de las agencias policiales locales, estatales y federales para identificar a los delincuentes que usan internet para explotar sexualmente a los niños.

Vestida con un chaleco especial que promociona su capacidad de detección electrónica, Willow busca un compuesto químico distintivo que se utiliza en dispositivos electrónicos como teléfonos celulares, unidades de disco duro, discos duros y tarjetas de memoria. Tales dispositivos son a menudo escondidos por depredadores y pueden ser difíciles de encontrar para los agentes de la ley.

“Sabemos que cuando ella golpea, está señalando medios de almacenamiento porque no hay nada más para lo que se utilizaría (la sustancia química que detecta)”, dijo.

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Cuando un perro de detección electrónica determina que el olor único está presente, se sentará para alertar a sus entrenadores. Cuando el perro acierta, se le da una recompensa en forma de comida.

Estos perros especialmente entrenados han ayudado en casos de alto perfil, incluyendo el arresto del ex portavoz de Subway Jared Fogle en 2015, quien fue condenado por pornografía infantil y otros cargos. Un perro llamado Bear ayudó a los investigadores a encontrar discos duros escondidos en la casa de Fogle.

Burleson dijo que 31 canes se han sometido a un entrenamiento similar para convertirse en perros de detección electrónica, y Willow es la primera asignada al sur de California.

Según su biografía online, Willow se entrenó inicialmente como perro de servicio pero sufrió un cambio de carrera para convertirse en una K9 de detección electrónica.

En un video producido por la Oficina del Fiscal del Distrito del Condado, Willow y Burleson aparecen registrando una habitación. Hay tarjetas de almacenamiento y teléfonos celulares escondidos en una caja de juguetes de plástico, en un gabinete y debajo de un sillón estilo puff.

“Muéstrame, muéstrame”, dice Burleson en el video mientras el investigador canino hace un hallazgo. “¡Bien, que buena perra!”

Willow, que costó más de 12 mil dólares, fue pagada por una subvención de la Fundación de la Policía de San Diego, dijo Burleson.

Cuando no encuentra dispositivos ocultos, indicó Burleson, Willow puede ayudar de otras maneras también.

A veces, los agentes policiales entregan órdenes de registro en la casa de un sospechoso donde hay niños. “La perra puede actuar allí como un animal de terapia para calmar a los niños y brindarles algo de consuelo”, expuso Burleson.

También sirve como terapeuta no oficial en la oficina de Kearny Mesa del grupo de trabajo.

“Cuando no estoy llevando una orden de registro, ella se encuentra en la oficina. Va de cubículo en cubículo, buscando a alguien que le tire la pelota”, dijo. “Y cuando pasamos un mal día mirando algunas de estas pistas, (la perra) es una buena adición”.

Burleson tiene otros tres perros en casa, donde vive Willow. Como es un animal de trabajo, se le trata de forma diferente, sobre todo a la hora de comer.

Willow come tres tazas de comida de perro al día, todas de la mano de Burleson.

“Ella nunca come en un tazón”, indicó. “Siempre come de mi mano. Escondo cosas y las buscamos, entonces ella obtiene su recompensa.

“Tengo que hacer eso un par de veces al día. Definitivamente vale la pena, pero es mucho trabajo”.

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