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¿Podría el coronavirus afectar a la población sin hogar de California? Hay preocupación entre los funcionarios de salud

A video monitor inside the Medical Health and Coordination Center at the California Department of Public Health in Sacramento shows the number of coronavirus cases around the world, as of Thursday.
Un monitor de video dentro del Centro de Coordinación y Salud Médica del Departamento de Salud Pública de California, en Sacramento, muestra la cantidad de casos de coronavirus COVID-19 en todo el mundo hasta el jueves.
(Justin Sullivan / Getty Images)

Dado que se prevén más casos de coronavirus en California, a los funcionarios de salud les preocupa que las personas sin hogar puedan ser especialmente vulnerables a un brote.

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Cuando una mujer del condado de Solano se presentó con una aparente infección viral y necesitó ser atendida, los médicos decidieron enviarla a uno de los hospitales más concurridos de Sacramento, sin advertir de que se convertiría en la primera persona del país en ser diagnosticada con el nuevo coronavirus, sin causa conocida.

La sala de emergencias del centro de atención, UC Davis Medical Center, a menudo está colmada de pacientes sin hogar, quienes poseen débiles sistemas inmunológicos por vivir en campamentos a lo largo de las riberas y aceras de la capital estatal.

El potencial de un brote entre esa población sin protección, tanto en Sacramento como en todo California, está comenzando a preocupar a algunos funcionarios de salud pública a medida que se propaga el coronavirus.

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El jueves, un estudiante en el campus principal de UC Davis, a unas 30 millas del hospital, fue aislado después de mostrar síntomas leves del virus. El viernes, se diagnosticó un segundo caso de origen desconocido en el condado de Santa Clara. Y el sábado, un hombre murió por el coronavirus en el estado de Washington, el primer fallecimiento en Estados Unidos.

“Pensaba en eso mientras estaba en la... ducha, literalmente, [el jueves] por la mañana”, aseguró Peter Beilenson, director de servicios de salud del condado de Sacramento, donde los preparativos para un posible brote local comenzaron casi inmediatamente después de que la mujer del condado de Solano fuera diagnosticada. “Habíamos contactado a escuelas y hogares de ancianos, a instalaciones de atención médica, etc., y yo pensé: ‘¿Y qué hay de las personas sin hogar?’”.

Beilenson y otros señalaron que los desamparados presentan riesgos y desafíos únicos para los brotes de enfermedades infecciosas. Aunque el número de casos de coronavirus sigue siendo de sólo unas pocas docenas en Estados Unidos, las personas sin hogar en particular, por múltiples razones, podrían ser vulnerables tanto a una rápida propagación de la enfermedad como a casos más graves.

Las personas que carecen de hogar a menudo viven hacinados y no tienen posibilidad de mantener una higiene básica, incluido el lavado de manos. También pueden enfrentar un peligro extra de infección grave debido a enfermedades preexistentes o el uso frecuente de drogas o alcohol, factores que pueden agravar un caso de infección por COVID-19.

Algunos desamparados también se mudan con frecuencia, lo cual les dificulta acceder al tratamiento y potencialmente aumenta la propagación del virus si son portadores. “Desafortunadamente, sabemos que las personas que viven en condiciones de hacinamiento e insalubridad tienen un mayor riesgo de contraer diversas enfermedades infecciosas”, consideró el Dr. Jeffrey Klausner, profesor de medicina y salud pública en UCLA. “Esta es definitivamente una población... con otras afecciones médicas crónicas, por lo cual si se contagian el coronavirus, están en peligro de sufrir complicaciones más graves”.

Con un número sin precedentes de personas que viven en las calles de California, y grandes campamentos que ahora son comunes en las zonas urbanas, el coronavirus crea una situación diferente a la de los anteriores brotes de enfermedades transmisibles.

Eso ha llevado a un escenario incierto, en el que la planificación tiene lugar a medida que el brote evoluciona, y los funcionarios de salud pública lidian con las posibles complejidades de manejar una pandemia en medio de una crisis de desamparados.

A nivel estatal, sin embargo, el Departamento de Salud Pública indicó que no considera a la población sin hogar hasta este momento. “Es probable que los desamparados no tengan ningún riesgo particular de contraer COVID-19 relacionado con viajes internacionales o la exposición a viajeros recientes”, indicó la agencia el viernes, en un comunicado enviado a The Times.

Es una estrategia que, según los funcionarios de la ciudad, ayudó a seguir reduciendo el crimen violento

Para Jessica Lin, investigadora del Centro de Georgetown para la Ciencia y Seguridad de la Salud Global, quien ha trabajado con personas sin hogar, si el coronavirus llega a la población desamparada, presentaría un peligro potencialmente rápido, tanto para quienes viven en los campamentos como para los trabajadores sociales, residentes cercanos y proveedores de salud que los asistan.

La preparación para esa contingencia podría ayudar a mitigarla, remarcó, aunque sólo sea capacitando a los proveedores de asistencia para que reconozcan los síntomas. No hacerlo, advirtió Lin, “los pone a todos en riesgo”. “Tal vez en este momento [las personas sin hogar] no interactúan con gente que ha viajado... pero una vez que se propague a la población general o local, será una preocupación”, agregó.

Algunos condados están siendo proactivos con respecto a la salud de sus residentes sin vivienda, al acercarse a ellos para informarles sobre el coronavirus y examinarlos en busca de una potencial infección.

En Sacramento, Beilenson señaló que a los asistentes sociales que trabajan con desamparados se les pidió la semana pasada que hicieran una serie de preguntas de salud para identificar a aquellos que podrían tener COVID-19. Pero el plan fue descartado cuando quedó claro que demasiadas personas tenían síntomas asociados con muchas formas de enfermedad, no sólo el coronavirus.

“Muchos tosen y tienen otros síntomas que podrían ser cualquier cosa”, indicó Beilenson.

Aún así, remarcó, el Condado planea ser activo en el traslado de los residentes sin hogar que parezcan estar gravemente enfermos a los centros de tratamiento que estarán preparados para recibir pacientes contagiosos.

Un tema de preocupación si el virus llega a los desamparados es dónde estos pacientes podrían ser aislados para detener un brote más amplio. “Si se extiende a esa población, ¿cómo encontramos lugares para poner en cuarentena a un grupo para el que ya ahora no tenemos espacio en muchos casos?”, se preguntó Lin.

Hasta el momento, los funcionarios de salud pública en los condados de Solano y Sacramento dependen en gran medida de las cuarentenas en el hogar para aquellos que pueden haber estado expuestos.

Según Beilenson, el plan en Sacramento es usar un motel local si las personas sin hogar necesitan estar aisladas porque los refugios “no están preparados para eso”. En el pasado se han empleado moteles para casos sospechosos de tuberculosis.

En Los Ángeles, el Departamento de Salud Pública planea reunirse con proveedores de servicios para personas sin hogar y mantener una reunión informativa con los administradores de refugios y otras viviendas provisionales, a fin de discutir estrategias que reduzcan la transmisión del virus y gestionar una cuarentena si fuera necesario.

En San Francisco, los desamparados están “entre las poblaciones prioritarias” y consideradas especialmente vulnerables al coronavirus, según el departamento de salud del Condado, que declaró una emergencia esta semana, aunque todavía no ha aparecido ningún caso local.

Esa declaración significa que “el Departamento de Personas sin Hogar y Viviendas de Apoyo ahora es parte del Centro de Operaciones de Emergencia de la ciudad, y está activamente involucrado en la planificación y preparación para la población desamparada”, expusieron los funcionarios del Condado en un comunicado.

Beilenson cree que es casi seguro que el virus afectará a más personas en la comunidad en general. “Se va a extender”, señaló. “Definitivamente tendremos más casos aquí”.

Para Klausner, el médico de UCLA, resultaría útil ser más proactivos vacunando contra la gripe a los desamparados. Esa enfermedad es mucho más preponderante que el COVID-19, y prevenir esos casos en la comunidad de personas sin hogar tiene el doble beneficio de mejorar la salud general y mantener los casos de gripe fuera de las salas de emergencia. “En el día a día, corren un riesgo mucho mayor de influenza”, indicó.

Pero pocos dudan de la vulnerabilidad general de la población sin hogar de California. El año pasado, hubo un brote de tifus en una zona de miseria cercana a Skid Row. En otros lugares, incluido San Diego, los desamparados han sufrido casos de hepatitis A, y Klausner precisó que individuos sin vivienda en Santa Mónica recientemente presentaron algunos casos de fiebre de las trincheras, transmitida por los piojos del cuerpo.

“Somos una comunidad confinada”, expuso Edward Linwood, quien vive en un hotel de ocupación individual cerca de Skid Row y agregó que muchos de sus vecinos cercanos son ancianos o discapacitados. “Si una persona lo contrae, se propagará... Todo lo que ha afectado a Los Ángeles llega aquí”.

La reportera de planta Gale Holland contribuyó con este artículo.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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