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Los expertos dicen que el aislamiento y el aburrimiento por quedarse en casa pueden provocar sus propios daños

Dr. Steven Siegel with his dog Philly
El Dr. Steven Siegel, de 55 años, psiquiatra y presidente del Departamento de Psiquiatría y Estudios de Comportamiento de la Escuela de Medicina Keck de USC, con su perro Philly frente a su oficina en Glendale.
(Genaro Molina / Los Angeles Times)

El daño psicológico del encierro es más difícil de medir y es probable que dure más tiempo, lo que hace que aumente la tasa de violencia doméstica, depresión y otras condiciones mentales.

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El Dr. Steven Siegel se despierta todas las mañanas a las 5, alimenta a sus perros, prepara una taza de café recién hecho y comienza a hacer ejercicio. A las 7:30 a.m., ha desayunado, se ha duchado, vestido y está trabajando en su oficina.

No importa que la oficina sea sólo una habitación apartada en su casa de Glendale. La rutina, dice Siegel, es la mejor manera de combatir la monotonía y el estrés del encierro de COVID-19, que ahora se extiende hasta su sexta semana.

“Tenemos más control sobre esto de lo que podría ser evidente”, argumentó Siegel, psiquiatra de Keck Medicine de USC y presidente del Departamento de Psiquiatría y Estudios del Comportamiento. “Cualquiera que sea tu rutina, hazla. Luego, ponte a trabajar, incluso si eso significa que la barra de la cocina se convierte en un escritorio entre las 8 y las 5 horas.

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“No puedes controlar el resto del mundo, pero sí lo que haces. No tengo poder como individuo sobre cuándo terminará el COVID, pero tengo mucho poder sobre cómo respondo a esto”.

Las preocupaciones sobre que el coronavirus nos infecte a nosotros o a nuestros seres queridos han alimentado la ansiedad y el miedo, pero el aislamiento y el aburrimiento de quedarse en casa pueden ser dañinos a su manera. Y el daño psicológico del encierro es más difícil de medir y es probable que dure más, lo que aumenta la tasa de violencia doméstica, depresión y otras afecciones mentales.

“Esa es una realidad”, dijo Ellen Bradley-Windell, trabajadora social clínica y cofundadora y directora del Valencia Relationship Institute. “Ya estamos viendo las consecuencias de que las familias estén en casa, los niños en cuarentena y estudiando en el hogar”.

“Así que me preocupa el suicidio, las personas con aislamiento social, las que viven solas, también la respuesta tardía en los conflictos familiares y matrimoniales, además de los problemas de comportamiento de los niños”.

Dr. Steven Siegel works in his office at home in Glendale.
El Dr. Steven Siegel, que trabaja desde su oficina en Glendale, dice que la rutina es la mejor manera de combatir la monotonía y el estrés durante la crisis del coronavirus.
(Genaro Molina / Los Angeles Times)

Los expertos en salud mental también temen un aumento en el abuso de alcohol y drogas a medida que las personas se automedican para lidiar con el estrés. Las ventas de alcohol en todo el país crecieron un 55% comparado con el año pasado, mientras que las ventas de marihuana recreativa incrementaron casi un 50% en una semana este mes.

“Para las personas con problemas mentales importantes, el aislamiento es lo peor porque vives en tu cabeza, no tienes una retroalimentación”, expuso Siegel. “No cuentas con alguien que te asegure que estás bien y que no deje que te hundas”.

Bradley-Windell está intentando otro enfoque con las personas que trata, alentándolos a centrarse en lo positivo manteniendo un diario de gratitud de las cosas por las que están agradecidos.

La Dra. Michelle G. Craske, directora del Centro de Investigación de la Ansiedad y la Depresión de UCLA, ha elaborado un paquete semanal en línea sobre el COVID-19 con consejos sobre cómo hacer frente a estas tensiones. Entre sus sugerencias: mantenerse conectado, hacer ejercicio regularmente, limitar la cantidad de noticias de coronavirus que consume y practicar actos de bondad.

“Ciertamente, diferentes personas con diversas situaciones de la vida podrían estar experimentando distintos tipos de estrés y grados de angustia”, dijo. “Estos factores estresantes también pueden manifestarse de manera diferente en cada individuo. Algunas personas pueden experimentar pocas o ninguna consecuencia grave para la salud mental, mientras que otras podrían tener síntomas de depresión, ansiedad o estrés”.

A medida que la pandemia de coronavirus se hace más sombría, los jóvenes están considerando la posibilidad de mudarse a casa con sus padres y la familia extendida. Pero eso presenta riesgos.

Combatir esto se hace más difícil por el hecho de que no hay un final definitivo para la cuarentena. Aunque la orden de quedarse en casa de California está programada para expirar el 15 de mayo, el gobernador Gavin Newsom dijo que levantarlo probablemente suceda gradualmente y dependerá de que el estado cumpla con ciertos criterios, incluida la disponibilidad de pruebas y la capacidad hospitalaria, todo fuera de nuestro control.

“A veces estoy un poco desesperada por la incertidumbre que nos rodea”, dijo Melissa Whitson, profesora y coordinadora del programa de psicología comunitaria en la Universidad de New Haven. “Si supiera que es una cierta cantidad de tiempo, diría: ‘Está bien, tengo que cumplirlo’. Pero la realidad es que no sabemos cuánto tiempo va a pasar”.

Whitson reveló que algunas de las cosas que está viendo en la crisis actual le recuerdan lo que ha visto en las personas que padecen el trastorno de estrés postraumático.

“Lo que sabemos sobre el trauma es que los síntomas asociados con él tienden a empeorar cuando nos sentimos desesperanzados. Y cuando creemos que no tenemos control sobre nada”, expuso. “Esto ciertamente se parece a esa situación”.

“Además está también la pena”, agregó. “Lamentando la vida que teníamos y el no poder hacer cosas que normalmente podíamos hacer”.

Ese dolor, en parte, ha motivado a los manifestantes en más de dos docenas de estados, incluido California, a pedir el fin de las órdenes de quedarse en casa, una medida que los expertos en salud dicen que podría provocar otra ola de infecciones y muertes por coronavirus.

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“Están siendo muy reactivos porque no saben qué más hacer. Pero desde una perspectiva psicológica estas reacciones se basan en el miedo porque se sienten fuera de control”, explicó Bradley-Windell.

Las inseguridades financieras empeorarán todos esos problemas (aislamiento, aburrimiento, incertidumbre y miedo). Con más de 20 millones de estadounidenses que han solicitado beneficios de desempleo en las últimas cinco semanas y las filas fuera de los bancos de alimentos que crecen a diario, eso es algo que no se resolverá simplemente dejando que la gente salga de la casa.

“Esta crisis actual realmente pone de relieve una gran debilidad en nuestra sociedad: que esta clase vulnerable y masiva de personas tendrá problemas si sus ingresos se detienen durante unos meses”, expuso Siegel. “No deberíamos estar en una situación en la que no podamos responder a una crisis médica sin que la gente pierda su capacidad de comprar alimentos y refugio”.

“En Los Ángeles, las personas que no tienen comida ni refugio se han convertido en la nueva norma”.

Después de años de búsquedas infructuosas de encontrar formas de sacar a la gente de las calles, la crisis de COVID-19 ha ofrecido una solución, el Condado ha alquilado más de 2.000 habitaciones de hotel y solicitado 13.000 más para darles a las personas sin hogar un lugar propio para quedarse.

“¿Dónde está el lado positivo?”, preguntó Siegel acerca de la pandemia. “Si logramos salir de esto con una mentalidad que nos dice que muchos de nosotros podemos ser un poco menos ricos para que un montón de nosotros podamos ser un poco menos pobres, casi diría que el COVID vale la pena”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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