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El coronavirus empeora en el condado de Los Ángeles a medida que las esperanzas de una reapertura temprana se desvanecen

Emergency room entrance to Ronald Reagan UCLA Medical Center
Entrada a la sala de emergencias del Centro Médico Ronald Reagan UCLA.
(Robert Gauthier / Los Angeles Times)

Las diferentes situaciones a lo largo de California están causando que algunos se irriten bajo la orden de quedarse en casa del Gobernador Newsom, mientras que otros están presionando para prolongarla.

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El coronavirus está disminuyendo en muchas partes de California, pero continúa propagándose en el condado de Los Ángeles, lo que suscitó un nuevo debate sobre si los funcionarios tendrán que comenzar a relajar las restricciones para quedarse en casa en ciertas secciones del estado y al mismo tiempo dar un lapso más largo a las regiones más afectadas para aplanar la curva.

El mapa epidemiológico del estado está comenzando a reflejar el dicho de que California es muchos estados en uno. Diecinueve condados desde Humboldt hasta Tuolumne no han registrado muertes por el virus. E incluso condados moderadamente poblados, como Fresno y Monterey, tienen porcentajes de un solo dígito.

Pero el condado de Los Ángeles ha tenido 944 personas muertas por COVID-19, con 315 decesos sólo la semana pasada.

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Incluso ajustado por su población más grande, su tasa de 9.3 muertes por cada 100.000 personas es 58% más alta que el próximo condado urbano más afectado, Riverside, y 72% más alto que el epicentro del Área de la Bahía, el condado de Santa Clara, según un análisis del Times de datos de coronavirus.

La mitad de todos los pacientes hospitalizados por coronavirus en California están siendo tratados en el condado de Los Ángeles, que alberga a una cuarta parte de la población del estado, según el análisis.

Aunque un pico de muertes generalmente va a la zaga del número de infecciones entre una y tres semanas, es difícil saber si el condado de Los Ángeles ha doblado la curva sobre la propagación del virus. Hubo 7.218 nuevos casos confirmados para el período de siete días que terminó el domingo, en comparación con 3.152 la semana anterior.

Pero las pruebas inconsistentes y los retrasos en los laboratorios a menudo hacen que esos números no sean confiables. Otra medida clave de infección, la cantidad de hospitalizaciones, se mantuvo relativamente estable la semana pasada, ni aumentó ni disminuyó.

Las diferentes situaciones en todo el estado están causando que algunos funcionarios locales se irriten bajo la orden general de quedarse en casa del gobernador Gavin Newsom, mientras que otros están presionando para prolongarla.

Los funcionarios en partes de la Costa Central, el Valle Central y el extremo norte de California, donde el coronavirus parece estar más bajo control, quieren reabrir su economía y le han pedido a Newsom que trabaje con ellos para eliminar su orden de refugio en el hogar.

Algunos han propuesto una reapertura lenta de lugares como restaurantes e iglesias, con un enfoque continuo en el distanciamiento social y el uso de cubiertas faciales.

El presidente Trump fue demandado por parte del paquete de ayuda para el coronavirus que podría negar los cheques a más de un millón de americanos casados con inmigrantes.

Las marcadas diferencias en la forma en que el coronavirus ha afectado a varias partes de California se ha convertido en un problema inquietante a medida que se habla de relajar las restricciones. Las autoridades de los seis condados del norte, Butte, Glenn, Tehama, Yuba, Sutter y Colusa, señalaron que hasta el viernes la región sólo tenía un paciente con COVID-19 en cuidados intensivos. El condado de San Luis Obispo, otro lugar que espera reabrir, ha registrado sólo una muerte.

Newsom ha reconocido estas diferencias, diciendo que las “condiciones locales” se tendrán en cuenta al considerar las decisiones para aliviar las restricciones.

“Consideraremos esas cosas no sólo desde la perspectiva de la propagación del virus, de la cantidad de muertes y líneas de tendencia, sino también en términos de nuestra capacidad”, expuso.

Pero muchos condados urbanos, incluido Los Ángeles, siguen preocupados de que la reapertura demasiado pronto pueda causar nuevos brotes y terminar dañando más la economía a largo plazo.

Seis condados del Área de la Bahía de San Francisco afectados por COVID-19 anunciaron el lunes que planean retener en gran medida las órdenes de refugio en casa durante el mes de mayo.

“El levantamiento prematuro de las restricciones podría conducir fácilmente a un gran aumento en los casos”, dijo un comunicado de los funcionarios de salud de los condados de Alameda, Contra Costa, Marín, San Francisco, San Mateo y Santa Clara, así como la ciudad de Berkeley, que tiene su Departamento de salud propio.

Manifestaron que planeaban relajar algunas de las restricciones, pero no especificaron cuáles.

El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, quien también expresó su preocupación por una reapertura temprana, emitió una nota optimista el lunes. Dijo que las medidas de distanciamiento social estaban demostrando ser efectivas, “la curva realmente está comenzando a aplanarse”, e incluso sugirió que podrían reducirse las restricciones bajo la orden de permanecer en el hogar de la ciudad.

En un notable discurso sobre el estado de la ciudad, el alcalde Eric Garcetti dijo que Los Ángeles está “bajo ataque” del coronavirus, con su vida diaria “irreconocible”. Expuso que se necesitarían grandes recortes.

La orden de permanecer en casa del condado de Los Ángeles dura hasta el 15 de mayo. Bárbara Ferrer, directora de salud pública del Condado, señaló que las autoridades esperan que las muertes por coronavirus y los recuentos generales de casos comiencen a disminuir a mediados de mayo.

“Vamos a ser impulsados por nuestras experiencias: aumentar nuestra capacidad para evaluar, identificar a las personas que son positivas y luego hacer un seguimiento de contactos”, subrayó. “Creo que cuando pongamos esos sistemas en su lugar, estaríamos en el punto donde podremos relajarnos”.

Un factor significativo en la gran cantidad de muertes en el condado de Los Ángeles es el virus que atraviesa numerosas instalaciones de vida asistida, donde los pacientes de edad avanzada son extremadamente vulnerables a la enfermedad. Se han desplegado tropas médicas con la Guardia Nacional de California para ayudar al personal en un puñado de hogares de ancianos. A partir del lunes, el 45% de todas las muertes por coronavirus en el condado de Los Ángeles se han relacionado con esas instalaciones, principalmente en hogares de ancianos.

De los 29 decesos que informó Ferrer el lunes, 11 fueron trabajadores de la salud. Y de todas las personas que murieron durante la pandemia, dijo, el 92% tenía problemas de salud subyacentes.

Por malos que sean los números, el condado de Los Ángeles no está cerca de la ciudad de Nueva York, que ha sufrido 11.708 muertes, una tasa de 139 por cada 100.000 personas. Lugares como Nueva Orleans, Boston y Detroit también tienen tasas de mortalidad muchas veces más altas que el condado de Los Ángeles.

El Dr. Grant Colfax, director de salud pública en San Francisco, comentó que una de las métricas clave que analiza es si hay una disminución sostenida en el número de personas hospitalizadas.

“Estoy hablando de reducciones significativas durante un período de dos semanas”, apuntó Colfax. Se cree que el período de incubación del coronavirus es de dos a 14 días.

Por ahora, el número de hospitalizaciones se ha mantenido más o menos plano, y Colfax dijo que estaría mirando durante las próximas dos o cuatro semanas para ver una disminución en la cantidad de hospitalizaciones.

El alcalde de San Francisco, London Breed, manifestó que entendía que sería un desafío soportar otro mes de quedarse en casa tanto como sea posible.

“Ya ha sido muy difícil, estoy seguro que así es para muchos de ustedes, especialmente para los niños que no pueden jugar con sus amigos o los adultos mayores que se están graduando de la escuela preparatoria. También, los pequeños que quieren ir a los parques. No poder ver a tu abuela o abuelo”, dijo Breed el lunes.

Pero advirtió nuevamente de no repetir los errores que cometió San Francisco durante la pandemia de gripe española de 1918 al levantar las restricciones demasiado pronto, lo que condujo a una segunda ola mortal de casos de gripe.

“La gente se quitó las mascarillas y salió a la calle y se fue de fiesta y pasó un buen rato”, señaló. “Y unos días después, estábamos aún peor que cuando empezamos”.

Newsom dijo que esperaba anunciar modificaciones a la orden de quedarse en casa en cuestión de semanas, mientras se molestó con las personas que acudieron a las playas de los condados de Ventura y Orange durante el fin de semana.

“Este virus no descansa los fines de semana”, manifestó Newsom durante su sesión informativa diaria COVID-19 en Sacramento. “Lo único que nos retrasará son las personas que no practican el distanciamiento físico y el distanciamiento social apropiado. Eso en particular va a ralentizar nuestra capacidad para reabrir esta economía”.

Para leer esta nota en inglés,haga clic aquí.

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