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‘Mis padres son toda mi inspiración’: Inmigrante mexicana se prepara a vivir con o sin Daca

Kathia García, originaria de México, llegó en el 2003 a California.
Kathia García, originaria de México, llegó en el 2003 a California y ahora es licenciada en Sociología, graduada de Cal State Los Angeles.
(Soudi Jiménez/Los Angeles Times en Español)
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En los últimos tres años, Kathia García vivió en incertidumbre. Al no saber que pasaría con la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (Daca) suspendió sus sueños, y aunque el futuro de este programa todavía es incierto, no piensa rendirse porque ya sabe lo que es vivir bajo las sombras.

“No he tenido tiempo de procesar todo, me siento como que es un sueño”, reaccionó la joven mexicana, de 28 años, que este jueves se sumó a decenas de “dreamers” y activistas que celebraban el fallo a favor de este programa, emitido por los jueces de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos.

García se graduó de la licenciatura en Sociología en el 2015, dos años después el presidente Donald Trump anunció que cancelaría el programa Daca. La meta de esta joven, originaria del estado mexicano de Guerrero, es seguir con su maestría universitaria que postergó debido a la disputa legal.

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A la edad de 11 años, allá por el 2003, esta joven emigró junto a su mamá y su hermana. En México, cuenta García, sus familiares no podían cubrir los gastos de la atención médica de la enfermedad que padecía. Ella había sido diagnosticada con lupus. “Sigo con mi tratamiento”, admitió.

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Debido a su estatus migratorio, el camino fue cuesta arriba. No podía trabajar, porque no tenía un número de seguro social. Sin embargo, al aprobarse el programa Daca, en el 2012, le abrió el camino para completar su carrera universitaria y obtener un empleo en una escuela.

“Fue un cambio muy drástico”, reconoció.

“El programa Daca me da la seguridad que voy a poder trabajar y apoyar a mis padres”, agregó.

Sin embargo, la zozobra regresó. En septiembre de 2017 el gobierno federal dejó de recibir solicitudes para este alivio migratorio y se inició una disputa legal, provocada por la decisión del presidente Trump de derogar el programa Daca, que ampara a casi 800 mil jóvenes que llegaron en su infancia.

“Mucha incertidumbre, han sido meses que me ha dado ansiedad, no he tenido paz”, confesó García.

Los “soñadores” tuvieron un respiro ayer; sin embargo, el fallo de la Corte Suprema no cerró el caso por completo.

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Tal como lo informó Los Angeles Times, John G. Roberts Jr., presidente del Tribunal Supremo, calificó la decisión de cancelar este alivio migratorio como arbitraria y no justificada, es decir que los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) no presentaron una razón válida para derogarlo.

“En este caso, la agencia no consideró las cuestiones de si mantener el programa y qué hacer, en su caso, con las dificultades que enfrentarían los beneficiarios de Daca”, escribió Roberts.

“Por lo tanto, el recurso apropiado es devolver Daca a manos del DHS para que considere el problema de nuevo”, agregó el presidente del tribunal.

Entonces, lo que significa es que la lucha continuará y las organizaciones pro-inmigrantes lo que buscan es que se apruebe una reforma migratoria que beneficie no solo a los “dreamers”.

“Aunque sobrevivió hoy sigue siendo algo temporal y sigue estando a riesgo de que el presidente si decide hacerlo correctamente, lo podría terminar”, valoró Luis Pérez, director de asuntos legales de la Coalición de los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (Chirla) sobre el futuro de Daca.

“Seguimos viendo que se requiere una solución permanente”, añadió el jurista.

En efecto, el presidente Trump parece que no se quedará con los brazos cruzados.

A primera hora de este viernes, el mandatario volvió a la carga en su cuenta de Twitter diciendo que “no se perdió ni ganó nada”, porque el máximo tribunal le ha dado al gobierno federal otra oportunidad.

“La Corte Suprema nos pidió que volvamos a presentar Daca”, escribió Trump en esa red social.

“En breve enviaremos documentos mejorados para cumplir adecuadamente con el fallo y la solicitud de ayer de la Corte Suprema”, agregó el presidente.

El fallo de ayer ha sido una noticia agridulce para los “dreamers”. En la mañana del jueves, García se levantó pensando que la decisión sería peor, en el sentido de que los jueces hubiesen votado a favor de la postura manifestada por el presidente estadounidense.

La decisión judicial, sin embargo, abrió una rendija de esperanza y si se mantiene el programa, esta joven mexicana quiere seguir su formación académica.

“Me gustaría regresar a la escuela, sacar mi maestría, quiero ser una trabajadora social”, indicó.

La iniciativa ha unido a más de 200 organizaciones en toda la Unión Americana para gestionar este alivio migratorio

El camino parece escabroso y antes de que Obama aprobara Daca en el 2012, García tuvo que vivir en las sombras.

Hace 48 horas, esta joven pensaba en que si los jueces lo derogaban iba a poder sobrevivir, porque ya enfrentó esa realidad sin ningún alivio migratorio.

“Me daban más ganas de seguir peleando”, manifestó.

Todo apunta que el caso del programa Daca regresará al máximo tribunal de justicia estadounidense, de igual forma los “dreamers” volverán a la lucha como lo hicieron en la era Obama.

La presión que ejercieron los “soñadores” obligó al presidente a aprobar ese alivio migratorio. Y esta vez no será la excepción. García, por su parte, no piensa rendirse y la inspiración que tiene son sus padres.

“Mis padres son toda mi inspiración, porque sé los sacrificios que hicieron en este país por mí, ellos me inspiran a no darme por vencida”, concluyó la joven mexicana.

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