El coronavirus golpea el Valle Central de California, siguiendo un camino cruel y muchas veces recorrido
SACRAMENTO — La demografía de los que se enferman en los poblados rurales de la famosa zona agrícola de Estados Unidos es la misma que la de aquellos que han sido golpeados en las grandes ciudades y suburbios: trabajadores esenciales, muchos de ellos latinos, que no pueden quedarse en casa por razones financieras cuando se enferman en el trabajo y también tienen dificultades para aislarse en viviendas llenas de gente con familias multigeneracionales.
Funcionarios de salud pública y expertos médicos dicen que el patrón de propagación subraya las profundas inequidades del coronavirus en California, que ha infectado a las comunidades negras y latinas y a las regiones más pobres a tasas mucho más altas que a las más ricas y blancas.
El aumento en los casos en el Valle Central ha afectado especialmente a los trabajadores agrícolas, en parte porque a menudo viven en lugares cerrados, comparten el transporte a los lugares de trabajo y tienen poco acceso a la atención médica. El gobernador Gavin Newsom dijo el lunes que la tasa de pruebas positivas de coronavirus en el Valle Central oscila entre el 10.7% y el 17.7%. El promedio del estado es de aproximadamente 7.8% en los últimos siete días.
También se han observado mayores tasas de transmisión de coronavirus en áreas urbanas densas como el Este, el Sur y Centro de Los Ángeles y el Distrito de la Misión de San Francisco, todas ellas hogar de comunidades con un gran número de residentes latinos que realizan trabajos esenciales críticos para mantener a California en funcionamiento como la construcción, fabricación, cocina y preparación de alimentos.
“Estas no son personas que viven en grandes ranchos, es gente que vive en... departamentos densos”, dijo el Dr. George Rutherford, epidemiólogo de UC San Francisco y experto en enfermedades infecciosas. “Creo que es probablemente el mismo patrón que vemos en el Distrito de la Misión, de una fuerza laboral esencial, que en este caso es agrícola, que se encuentra densamente alojada, se expone en su camino hacia y desde el lugar de trabajo o en el sitio de empleo”.
Los habitantes latinos representan el 39% de los californianos, pero son hasta el 56% de los casos de coronavirus en todo el estado y el 46% de las muertes. Los latinos representan un porcentaje aún mayor de residentes en el Valle Central que en todo el estado.
Edward Flores, profesor de sociología del Centro Comunitario y Laboral de UC Merced, que estudió el impacto de la pandemia en el Valle Central, dijo que muchos de estos trabajadores laboran en condiciones que dificultan el verdadero distanciamiento social y pueden tener temor de informar sobre problemas de seguridad por miedo a perder sus trabajos.
“Escuchamos acerca de estos grandes brotes en las plantas empacadoras de carne, en la agricultura y en trabajos de bajos salarios, donde la gente labora codo a codo con otras personas en estos ambientes muy densos”, expuso. “Las órdenes de quedarse en casa hacen poco para los trabajadores esenciales de sueldos bajos que enfrentan los mayores riesgos”.
No debería sorprendernos que lugares como el Valle Central se vean fuertemente afectados. Entre las plantas empacadoras de carne de California, el Valle Central como región ha tenido un cumplimiento deficiente con los estándares de salud y seguridad incluso antes de la pandemia, además, la región ha tenido casi la mitad de las inspecciones desencadenadas por quejas, a pesar de que alberga solo el 13% de las plantas empacadoras de carne del estado, según una investigación de Ana Padilla, directora ejecutiva del Centro Comunitario y Laboral.
Cientos de trabajadores han sido infectados en Ruiz Foods, un empaquetador de alimentos congelados en el condado de Tulare, y Central Valley Meat Co. en el condado de Kings.
Los condados de California con una mayor proporción de hogares con bajos salarios y hacinamiento tienen más probabilidades de verse afectados por la pandemia, según un estudio realizado por Flores y Padilla.
Los epidemiólogos también vieron la propagación de la enfermedad en el Valle Imperial al este de San Diego, “y parece haberse extendido a través del Valle de Coachella y en el Valle Central”, dijo Rutherford. El virus altamente contagioso ha continuado propagándose en los condados de Napa, Sonoma, Solano, Mendocino y Lake, en el valle de Salinas y el norte de California, expuso Rutherford.
Newsom anunció el lunes que enviaría “equipos de respuesta” a ocho condados en el Valle de San Joaquín: San Joaquín, Stanislaus, Merced, Madera, Fresno, Kings, Tulare y Kern, mientras solicita a la Legislatura de California que apruebe $52 millones para mejorar las pruebas, el rastreo y protocolos de aislamiento en esas regiones.
“Esta enfermedad continúa creciendo en el estado de California. Sigue extendiéndose, pero no de manera uniforme”, manifestó Newsom el lunes mientras hablaba en Diamond Nuts en Stockton. “Está impactando desproporcionadamente a ciertas comunidades y partes del estado”.
Mientras que el condado de L.A. está reportando 400 nuevos casos de coronavirus por cada 100.000 residentes en las últimas dos semanas, el condado de Kern - hogar de Bakersfield - ahora está viendo una tasa de 913 nuevos casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes; hace un mes, ese número era 133, según un análisis del Times.
El condado de Kings está viendo 581 nuevos casos de coronavirus por cada 100.000 residentes; Stanislaus, 560; Tulare, 550; San Joaquín, 525; Merced, 506; Madera, 475; y Fresno, 438. Las pautas estatales dicen que los condados deben aspirar a no más de 100 casos nuevos por cada 100.000 habitantes durante un período de dos semanas.
“Estamos viendo un número excesivo de casos”, dijo el Dr. Mark Ghaly, secretario de la Agencia de Salud y Servicios Humanos de California. La tasa de transmisión efectiva de la enfermedad en la región es tan alta como 1.4, lo que significa que cada individuo infectado la transmite, en promedio, a otras 1.4 personas. “Tenemos mucho trabajo por hacer para lograr bajar la tasa de transmisión aquí en el Valle Central”.
“Algunas de las camas de hospital regulares de las que dependemos para la atención diaria están llenas de pacientes con COVID a una tasa del 65%”, expuso Ghaly.
Las tasas de mortalidad por el coronavirus también son más altas en varios condados del Valle de San Joaquín que en el condado de Los Ángeles, como Stanislaus, Madera, San Joaquín y Merced.
Newsom dijo que los $52 millones que está pidiendo a la Legislatura que apruebe para los departamentos locales de salud pública en el Valle Central provendrán de $499 millones en subvenciones que el estado recibió de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. El gobernador detalló que quiere usar los $52 millones para mejorar “nuestros protocolos de aislamiento, nuestros protocolos de cuarentena, nuestros protocolos de prueba y para ayudar a nuestros trabajadores de la salud al proporcionarles más apoyo y mayor personal” en el Valle Central.
Newsom comentó que sus esfuerzos dirigidos reflejarán los del condado Imperial, que ha sido una de las áreas más afectadas del estado. El condado rural, que limita con México y Arizona, ha reportado 688 nuevos casos por cada 100.000 residentes en las últimas dos semanas; hace un mes, ese número era mucho peor: 1.173.
“Pudimos hacer algunas mejoras en términos de transmisión y propagación del virus mediante el despliegue de varios equipos de respuesta”, manifestó Newsom.
Esos equipos estaban formados por personal estatal, federal y local que trabajaba para aumentar la capacidad del hospital y reducir la transmisión a través del rastreo de contactos y ayudar con los brotes en el lugar de trabajo. La oficina del gobernador dijo que esos esfuerzos ayudaron a disminuir el número de casos nuevos en las últimas semanas.
“Estamos haciendo exactamente lo mismo... en todo el Valle Central”, subrayó Newsom.
Juanita Ontiveros, de la Fundación de Asistencia Legal Rural de California, calificó las acciones del gobernador como “un buen paso”, pero dijo que creía que se necesitaría ayuda adicional en el futuro, especialmente porque los beneficios del seguro de desempleo federal expirarán esta semana.
Ella comentó que le gustaría ver parte del dinero utilizado para la ayuda financiera directa a los trabajadores afectados. Ontiveros expuso que muchas familias en el valle han visto despedidos a ambos padres, a veces en negocios que posteriormente han cerrado sin planes de reabrir a medida que las economías locales se doblan bajo la recesión.
“Nunca es suficiente”, dijo Ontiveros. “Se puede ver el estrés, la preocupación y la agonía en los rostros de las personas, especialmente cuando escuchan que el [seguro de desempleo] está llegando a su fin. Todo esto es una pesadilla para los trabajadores y sus familias”.
Geneva Moorad, quien trabaja en una organización sin fines de lucro en Stockton y es voluntaria con inmigrantes, dijo que le preocupa que no llegue suficiente ayuda a la comunidad indocumentada, la cual ha sido la más afectada porque aquellos sin estatus legal tienen problemas para encontrar asistencia y pueden temer la deportación.
Moorad, quien vino a Estados Unidos desde Panamá y vivió indocumentado durante muchos años, dice que hay un gran temor en el Valle Central en este momento por las consecuencias de buscar ayuda médica y financiera.
“Tienen demasiado miedo de pedir servicios”, reveló Moorad. “Para mí es muy difícil creer que van a obtener ese dinero”.
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