El condado de Los Ángeles se mueve para crear un nuevo sistema penal juvenil centrado en la “atención”, no en el castigo
Después de varios años de reformas graduales, Los Ángeles está actuando para desmantelar el sistema penal juvenil más grande del país a favor de un modelo de “atención primero”, que se parecería menos a una prisión y enfatizaría el apoyo emocional, el asesoramiento y el tratamiento.
El plan exige que los niños y adultos jóvenes que han cometido delitos sean atendidos en entornos hogareños, e incluye centros para jóvenes y equipos de apoyo las 24 horas del día, los 7 días de la semana, que establecen relaciones con aquellos que de otro modo podrían estar encerrados en instalaciones lejos de casa.
La Junta de Supervisores del Condado de Los Ángeles dio los primeros pasos el martes para la transición de la libertad condicional juvenil a un nuevo Departamento de Desarrollo Juvenil propuesto, en un enfoque de tres fases que tomará al menos cinco años. En San Francisco se han probado estrategias similares; así como en Houston; Nueva York; Condado de King, Washington; y Oregón.
Los supervisores Sheila Kuehl y Mark Ridley-Thomas señalaron en su moción que, a pesar de los mejores esfuerzos de la junta para reformar un sistema plagado de controversias e investigaciones de abuso, ha quedado claro que se requiere un nuevo enfoque.
“El modelo actual de justicia juvenil en el Condado sigue estando muy centrado en el castigo y la responsabilidad forzada, porque esa es simplemente la naturaleza de cualquier modelo arraigado en los principios de los sistemas de libertad condicional y aplicación de la ley”, dijeron los supervisores en su moción.
El director interino de libertad condicional Ray Leyva, quien no estuvo disponible el martes para una entrevista, explicó en una carta a la Junta que rechazó la idea de los defensores que, según él, querían “retirar fondos y descartar” su agencia, y que han centrado mucha atención en sus debilidades pasadas, en lugar de su “historial de reformas recientes”.
Dijo que hay desafíos sustanciales por delante para llevar a cabo las nuevas políticas que los defensores de los jóvenes quieren ver, incluida la falta de opciones de vivienda en el Condado y la falta de una red sólida de servicios y apoyos comunitarios.
También expresó su preocupación por la reorientación del “trabajo sustancial del personal de la ciudad dedicado y comprometido a agencias privadas sin infraestructuras sostenibles”.
El sindicato que representa a unos 3.400 funcionarios del servicio de detención tiene inquietudes similares.
Hans Liang, presidente del sindicato AFSCME Local 685, informó que su esperanza es que los supervisores cumplan su promesa de que los miembros de su sindicato tendrían los primeros puestos en el Departamento de Desarrollo Juvenil. Muchos oficiales de libertad condicional ya tienen títulos avanzados, como maestría en trabajo social, explicó.
Liang expresó que espera que los supervisores creen un modelo de “tipo híbrido”, con una división de desarrollo juvenil dentro del departamento, en lugar de una nueva institución.
Los jóvenes bajo custodia deben rendir cuentas por sus acciones, pero es igualmente importante que reciban tratamiento y servicios de rehabilitación para garantizar que puedan ser adultos exitosos, señaló Liang.
“Dentro del marco actual, podemos crear esos resultados y modelos específicos que están siendo defendidos por estos grupos”, señaló.
El Departamento de Libertad Condicional de la ciudad, se ha visto afectado en los últimos años por indagaciones de abusos y escándalos.
Una investigación del Times del año pasado descubrió que, el uso de gas pimienta en niños y adultos jóvenes bajo custodia se ha disparado en los últimos años, lo que ha provocado recientes llamamientos a la reforma, como también lo han hecho las agresiones al personal.
En 2004, el Departamento de Libertad Condicional del Condado fue puesto bajo supervisión federal, después de que una investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló condiciones inseguras y abusivas en sus pasillos juveniles. Cuatro años después, una investigación similar encontró violaciones generalizadas de los derechos civiles en sus 19 campos de libertad condicional.
Desde entonces, la Junta de Supervisores ha trabajado para reducir el sistema penal juvenil. Aproximadamente 500 jóvenes están detenidos en las instalaciones cerradas del Condado.
Kuehl, a quien le quedan dos años de su mandato, comentó que, si fuera por ella, la mayoría de los jóvenes bajo custodia no serían recluidos en recintos de esta naturaleza.
“Ahora, siempre tendremos jóvenes que necesitan estar aislados de la comunidad porque son peligrosos y es [lo mejor para] la seguridad pública”, señaló Kuehl, quien no planea postularse para la reelección. “Entonces, habrá instalaciones cerradas, pero no creo que queramos verlas como prisiones con alambre de púas”.
Los defensores de los jóvenes señalan que el sistema incluye desigualdades alarmantes. Los jóvenes negros de Los Ángeles tienen seis veces más probabilidades de ser arrestados, y son 25 veces más propensos a ser encarcelados que sus pares blancos, según datos del Departamento de Justicia de California analizados por investigadores del Condado.
Y los niños y adultos jóvenes bajo custodia comúnmente tienen serios problemas de salud mental, complicados aún más por un trauma infantil significativo, incluido el abuso físico, emocional y sexual.
Durante los próximos meses, los funcionarios deben determinar cómo se creará y financiará el nuevo departamento, y si alguna ley estatal evitaría que la iniciativa avance.
El plan aprobado por unanimidad por los supervisores el martes exige una reducción gradual de las operaciones juveniles del Departamento de Libertad Condicional, y una inversión inicial de $75 millones en el Departamento de Desarrollo Juvenil en el próximo presupuesto del Condado, que se aprueba en junio.
Se necesita una nueva mentalidad para atender mejor a los jóvenes bajo custodia, señalaron los supervisores en su moción.
“Se debe resistir a un dicurso sobre estos jóvenes que no deje espacio para la esperanza y la curación, e insistir en una estructura que promueva el desarrollo juvenil positivo y la rehabilitación a toda costa”, escribieron Kuehl y Ridley-Thomas.
Ridley-Thomas lo dijo más tarde de forma más directa: “Nuestra juventud no puede mejorar encerrada en una celda”.
Matt Stiles contribuyó a este artículo.
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