La nueva oleada de COVID-19 postnavideña crea un ‘torbellino viral’
Los funcionarios de salud del condado de Los Ángeles advierten sobre un posible aumento en los casos de COVID-19 luego de las reuniones familiares y los viajes a otras ciudades durante las fiestas, a pesar de las pautas pandémicas que solicitan al público quedarse en sus hogares.
Bajo este escenario, los expertos predicen que podría haber un aumento en los nuevos casos de coronavirus a mediados de enero, un alza en las hospitalizaciones a fines de ese mes y principios de febrero, y otra explosión de muertes a principios o mitad de febrero.
La rápida sucesión de días festivos en los meses de otoño e invierno permite a la gente celebrar y pasar tiempo con sus seres queridos en un breve período. No obstante, este año, en el marco de la pandemia, ello deja poco tiempo para que los casos disminuyan antes de volver a incrementarse, creando así un aumento repentino tras otro.
Es posible que las personas se estén reuniendo en grupos pequeños para tratar de mantenerse a salvo debido al aumento del COVID-19, pero esas interacciones aún pueden impulsar la propagación del virus, comentó el Dr. Tim Brewer, especialista en condiciones infecciosas, de UCLA.
“Estoy muy preocupado por los próximos dos meses”, reconoció el experto.
Para el Dr. Robert Kim-Farley, epidemiólogo médico y especialista en enfermedades infecciosas de la Escuela de Salud Pública Fielding, de UCLA, una persona que estuvo expuesta al COVID-19 en una reunión navideña podría seguir siendo contagiosa en Año Nuevo. Sin embargo, el individuo puede ser asintomático, ir a una fiesta de fin de año y propagar la enfermedad sin saberlo, enfatizó.
Junto con una alta tasa de infección —aproximadamente uno de cada 95 en el condado de Los Ángeles es contagioso con el virus, según estimaciones del Condado— las fiestas están creando un “torbellino viral”, describió.
En el condado de Los Ángeles, el ritmo de decesos diarios es más alto que nunca, y una persona muere a causa del coronavirus aproximadamente cada 10 minutos.
El sábado, los funcionarios de salud del Condado informaron 29.423 nuevos casos durante el día de Navidad y el sábado, combinados. Los números del viernes (15.538 casos) se retrasaron debido a una interrupción del servicio de internet de Spectrum en el área de Los Ángeles.
Las agencias de salud locales también informaron 136 muertes durante esos dos días. El Condado promedió alrededor de 14.000 nuevos episodios por jornada y 88 decesos por COVID-19 al día durante la semana pasada.
En todo el estado, la cantidad de personas hospitalizadas por la enfermedad continúa aumentando; hubo aproximadamente el triple de muertes e individuos internados en Navidad en comparación con las ocurridas el Día de Acción de Gracias.
El sábado, el condado de Orange rompió el récord más alto de nuevos casos en un solo día, con 5.953, y superó así la cifra máxima registrada por última vez el 20 de diciembre, cuando se reportaron 4.606 casos. El Condado promedió alrededor de 3.500 nuevos casos de coronavirus por día durante la semana pasada.
El Condado también tuvo el sábado su mayor recuento de muertes por COVID-19 en un solo día, con 63 decesos, rompiendo el récord establecido por última vez el 29 de septiembre, cuando se informaron 33 defunciones. El Condado registró un promedio de 12 fallecimientos por día durante la semana pasada.
En el condado de Los Ángeles, las hospitalizaciones por COVID-19 aumentaron a 6.815 en Navidad, más del triple de la cifra alcanzada en Acción de Gracias.
Las unidades de cuidados intensivos (UCI) en todo el condado de Los Ángeles están efectivamente llenas, y en Navidad hubo 1.368 personas con COVID-19 en las UCI, casi el triple de la cifra registrada para el Día de Acción de Gracias.
La tasa del alza de hospitalizaciones se ha ralentizado recientemente. A mediados de diciembre, las personas internadas por COVID-19 en todo el estado aumentaban casi un 5% por día; en Nochebuena y Navidad, las hospitalizaciones crecieron menos del 0.5% cada día.
Pero las cifras estables de hospitalización en un momento en que el sistema de UCI en gran parte del estado está a punto de colapsar puede significar poco si las reuniones de Navidad derivan en un gran aumento de personas internadas y muertes en las próximas semanas.
Una fuente de un hospital público en el condado de Los Ángeles afirmó que se están contratando a médicos de departamentos muy diversos para ayudar con el alza anticipada de pacientes con COVID-19.
Sumado a ello, ya se le ha pedido al personal que posponga las vacaciones planeadas. “Esto está empeorando, y aún no hemos llegado al pico de Navidad o Año Nuevo”, comentó un médico de un hospital del condado de Los Ángeles. “Siento que la cantidad de personas que van a morir porque el sistema hospitalario está abrumado se disparará”.
La calidad de la atención para los pacientes con COVID-19 y otros que necesitan asistencia por diferentes enfermedades o traumas disminuirá si los hospitales se sobrecargan más, advirtió Kim-Farley, de UCLA.
La directora del departamento de epidemiología de UCLA, Karin Michels, entiende que la gente se siente aislada y privada de contacto social. Pero es importante limitar el contacto con quienes no se comparte vivienda y no desestimar las precauciones, remarcó. “Para muchos de nosotros, será una de las cosas más importantes de nuestra vida... Será por algún tiempo hasta que terminemos con esto, y debemos superarlo juntos”, comentó.
Las personas tienden a sentirse más seguras en el interior, y también tienen una falsa sensación de seguridad cuando están cerca de sus familiares, indicó Ali Mokdad, epidemiólogo de la Universidad de Washington. “Son sus seres queridos... Es más probable que uno se quite la mascarilla y baje la guardia”, comentó.
Las celebraciones que reúnen a varias generaciones podrían ser particularmente peligrosas, ya que los más jóvenes, que tienen mayor probabilidad de ser asintomáticos, pueden exponer a sus familiares mayores y más vulnerables, agregó.
Mokdad comentó que su modelo, elaborado por el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, muestra que la mayor parte del aumento del estado es impulsado por reuniones en espacios interiores.
Sus datos sugieren que los casos de California alcanzarán su punto máximo a mediados de enero.
Antes de que el gobernador Gavin Newsom pusiera en marcha la orden de quedarse en casa, a principios de este mes, el modelo predijo un pico en febrero y “podría haber muchas más infecciones”, señaló.
California emitió un aviso para viajeros no esenciales, incluidos los residentes del estado que regresan, pidiéndoles que se pongan en cuarentena durante 10 días al llegar. San Francisco y el condado de Santa Clara dictaron órdenes obligatorias, que exigen que los viajeros se pongan en cuarentena a su regreso desde lugares fuera del Área de la Bahía: 10 días para San Francisco, 14 días para Santa Clara.
Los funcionarios de salud instaron a quienes viajaron durante las vacaciones a ponerse en cuarentena durante 10 días, para ver si desarrollan signos de enfermedad.
“Será un desastre realmente grande si la gente regresa y vuelve directamente al trabajo”, comentó el jueves la directora de salud pública del condado de Los Ángeles, Bárbara Ferrer.
La funcionaria también señaló que los inspectores del Condado examinarán los centros comerciales durante el fin de semana posterior a Navidad para ver si hay demasiada concurrencia, lo cual también aumenta el riesgo de transmisión del virus.
Según las órdenes regionales de permanencia en casa del estado, se supone que los centros comerciales deben tener un límite del 20% de su capacidad, pero está claro que eso no se está cumpliendo. “Vamos a evaluar detenidamente este fin de semana los centros comerciales, porque las imágenes que hemos visto son […] otro pequeño desastre”, comentó Ferrer el jueves. “Se supone que la ocupación ha bajado al 20%. Pero cuando indagas, se ven más concurridos. Y eso solo significa que debemos hacer un desglose completo de lo que requerimos”.
La orden regional de permanecer en el hogar para el sur de California, que entró en vigencia justo antes de la medianoche del 7 de diciembre pasado, durará hasta este martes, aunque los funcionarios estatales ya admitieron que, muy posiblemente, se extenderá.
Si las autoridades deciden adoptar un enfoque más sólido de la orden existente, ésta podría ser impuesta por el estado para toda la región o por un condado individual.
El director médico del condado de Los Ángeles, el Dr. Jeffrey Gunzenhauser, considera que la abrumadora cantidad de personas que contrajeron COVID-19 en las últimas semanas superó incluso las expectativas del departamento de salud.
La mayor cantidad de internados con COVID-19 en el condado de Los Ángeles durante el pico de verano fue de alrededor de 2.200. Ahora son más de 6.800. “Sabíamos que serían muchos, pero no pensamos que llegaría tan lejos”, remarcó Gunzenhauser. “Es desgarrador”.
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