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Variantes más contagiosas de COVID-19 traen nuevas incertidumbres a California

Coronavirus patients are housed in a makeshift ER unit at Arrowhead Regional Medical Center last month.
Pacientes con coronavirus son alojados en una unidad de emergencia improvisada en el Arrowhead Regional Medical Center, el mes pasado.
(Irfan Khan / Los Angeles Times)
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Los casos confirmados de coronavirus en California superaron la marca de los tres millones este martes, en medio de un creciente optimismo de que el brote finalmente podría estar estabilizándose, incluso cuando los funcionarios notaron algunos factores alarmantes que podrían complicar las proyecciones.

Los casos continuaron aplanándose en todo California, incluso en el muy afectado condado de Los Ángeles, después de dos meses de aumentos sin precedentes. Las hospitalizaciones por COVID-19 también se han estabilizado y comenzaron a declinar levemente, dando un respiro abrumadoramente necesario a las instalaciones médicas, que aún están colmadas de pacientes con COVID-19.

Después de un comienzo lento, California comenzó a aumentar la distribución de la vacuna contra el coronavirus, que los funcionarios ven como la mayor esperanza para doblar la curva y recuperar la maltrecha economía.

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El suministro limitado de dosis probablemente significará que muchos aún deban esperar semanas, si no meses, para recibirlas, pero hay un creciente optimismo de que la administración entrante de Biden pueda acelerar el proceso.

De todos modos, a pesar de estos desarrollos positivos, los funcionarios expresan una creciente preocupación por las variantes nuevas y potencialmente más contagiosas del coronavirus, que se han detectado en California y otros sitios.

Se cree que una de las nuevas cepas es un 50% más transmisible que la variedad convencional del coronavirus; si se generaliza, provocaría más infecciones, hospitalizaciones y muertes.

Es posible que una de las nuevas cepas se convierta en la versión dominante de la propagación del coronavirus en el estado en los próximos meses; al mismo tiempo, muchos californianos esperan ver una reapertura significativa de la economía si las condiciones siguen mejorando. Gran parte del estado permanece bajo la orden de aislamiento en el hogar durante seis semanas, que dejó a muchos propietarios de pequeñas empresas, incluidos restaurantes, salones de belleza y gimnasios, al borde de la ruina financiera.

La semana pasada dicha restricción fue levantada en la región de Sacramento, lo cual les dio a los condados la opción de permitir que los salones de belleza reabran con una capacidad limitada y que se reanude el servicio de restaurantes al aire libre. La mejora continua de la pandemia en otros lugares probablemente ejercerá una nueva presión sobre los funcionarios gubernamentales para aprobar la reapertura de más negocios, aunque la capacidad de camas de cuidados intensivos (UCI) disponibles sigue siendo críticamente limitada en el sur de California, el Valle de San Joaquín y el Área de la Bahía.

Según los funcionarios estatales, la norma de aislamiento en el hogar en una región se levantará una vez que se pronostique que la capacidad de UCI disponible sea del 15% o más durante las próximas cuatro semanas.

A los expertos en salud les gustaría notar disminuciones significativas, tanto en los casos como en las hospitalizaciones, antes de confiar en que California está saliendo del brote. Las disminuciones en los casos diarios de coronavirus en los últimos días podrían haberse visto afectadas por las demoras en los reportes durante el feriado por el Día de Martin Luther King Jr.

“Puede que sea necesario mantener un optimismo cauteloso”, expuso el Dr. Robert Kim-Farley, epidemiólogo médico y experto en enfermedades infecciosas de la Facultad de Salud Pública Fielding de UCLA. “Sin embargo, incluso si estamos aplanando la curva en esta etapa, es un nivel demasiado alto para estar satisfecho con él. Tenemos que lograr disminuciones sustanciales en el número de casos, hospitalizaciones y decesos”.

La marca de tres millones de casos, confirmada a través de una encuesta independiente de The Times de los departamentos de salud del condado y de la ciudad, demuestra cuán ampliamente se ha extendido el coronavirus por el estado más poblado del país.

Borrar ese umbral significa que aproximadamente uno de cada 13 californianos ha dado positivo en algún momento durante la pandemia. Pero los funcionarios piensan desde hace tiempo que las pruebas captan solo un cierto porcentaje de las infecciones, porque muchas personas afectadas por el virus son asintomáticas o tienen síntomas leves.

Aún así, el crecimiento en el recuento de casos documentados ha sido meteórico. El estado tardó aproximadamente 10 meses en llegar a un millón de casos confirmados, lo cual sucedió a mediados de noviembre. California llegó a alcanzar las dos millones de infecciones acumuladas poco antes de Navidad.

Ahora, apenas unas cuatro semanas después, el estado sumó otro millón de casos a su total.

California registra más de 34.400 muertes acumuladas por coronavirus, y el número de decesos diarios sigue siendo alto. Un recuento de The Times encontró 696 defunciones reportadas el martes, el segundo recuento más alto en un solo día de toda la pandemia. Aproximadamente 500 californianos han fallecido a diario por COVID-19 recientemente. Hay tantos muertos en el condado de Los Ángeles cada día, que los funcionarios de calidad del aire han levantado los límites a las cremaciones.

El Dr. Tomás Aragón, funcionario estatal de salud pública y director del Departamento de Salud Pública de California, calificó el número de casos como “un recordatorio serio de que el COVID-19 prevalece en todo el estado”. El médico añadió: “Todos debemos hacer nuestra parte quedándonos en casa, usando una mascarilla, evitando las reuniones, especialmente en interiores. Hay que lavarse las manos con frecuencia y vacunarse cuando uno sea elegible”.

“Si bien estamos viendo algunas señales alentadoras a medida que las hospitalizaciones y las tasas de casos disminuyen, California sigue implacable en su compromiso en la batalla contra el COVID-19”, remarcó Aragón. “No podemos volvernos complacientes porque ahora hay una vacuna disponible”.

California también ha experimentado un aplanamiento, e incluso un ligero descenso, en la cantidad de personas que requieren hospitalización por COVID-19. El número de pacientes internados en el estado alcanzó un pico hace aproximadamente dos semanas, el 6 de enero, en 21.936; este lunes había 20.062 californianos con coronavirus en los hospitales del estado.

Las hospitalizaciones por COVID-19 se redujeron sostenidamente en 10 de los últimos 12 días.

El número de personas lo suficientemente enfermas como para necesitar cuidados intensivos también bajó de un máximo de 4.868, el 10 de enero, a 4.693 este lunes pasado. La cantidad de enfermos de COVID-19 en las UCI de California disminuyó en siete de los últimos ocho días.

Aunque leve, cualquier descenso es una buena noticia para los asediados hospitales y para los trabajadores de la salud del estado, que han tenido que lidiar con aumentos bruscos y sostenidos de pacientes desde principios de noviembre.

“Estos son rayos de esperanza”, consideró el Dr. Mark Ghaly, secretario de salud y servicios humanos de California.

Sin embargo, muchas UCI en todo el estado siguen estresadas, especialmente en el sur de California y el Valle de San Joaquín, que han informado una disponibilidad del 0% en sus unidades de cuidados intensivos durante semanas. Eso obligó a pacientes críticamente enfermos a esperar en la sala de emergencias, y mantuvo a otros aguardando durante horas en ambulancias frente a los hospitales.

Las disminuciones en la tasa diaria de casos, así como en el porcentaje de personas a las que se les hace la prueba y se detecta la infección, presagian una caída correspondiente en la cantidad de pacientes con COVID-19 que necesitan ir al hospital, expuso Ghaly el martes. Otro dato prometedor, agregó, es que la tasa de transmisión estatal modelada, o R-efectivo, ahora cayó por debajo de 1, lo cual significa que aquellos que dan positivo en la prueba, en promedio, van a infectar a menos de un individuo.

Cuando el R-efectivo está por debajo de 1, los recuentos de casos disminuyen gradualmente. “La buena noticia es que […] la propagación de COVID no está creciendo en el estado, sino que está bajando, aunque un poco más lentamente de lo que nos gustaría”, reconoció el funcionario.

La variante que llamó más atención recientemente es la conocida como B.1.1.7, una cepa mutada, identificada por primera vez en Gran Bretaña en septiembre pasado, y que desde entonces fue detectada en los condados de Los Ángeles, San Diego y San Bernardino. No es una de las más dominantes en California, pero eso podría cambiar pronto.

Por ahora, la vacuna sigue estando destinada al personal médico y de primeros auxilios. Pero los funcionarios esperan proporcionar pronto detalles sobre la próxima ronda.

Las variantes mutantes recién detectadas plantean nuevas amenazas.

La investigación sugiere que B.1.1.7 es aproximadamente un 50% más transmisible que la cepa estándar del coronavirus, y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU (CDC) advirtieron que podría ser predominante en marzo. Un virus más transmisible significa que las personas tienen aún mayor probabilidad de infectarse si están expuestas a él y no llevan mascarilla ni practican el distanciamiento físico.

Los científicos creen que las vacunas contra el coronavirus existentes son eficaces contra la variante B.1.1.7. Pero el hecho de que se presuma más contagiosa significa que la cepa, que podría infectar a más gente, generaría un alza de las hospitalizaciones y muertes.

Una segunda variante mucho más común en California, que comenzó a atraer mayor atención durante el fin de semana, se conoce como L452R. Aunque es relativamente antigua —se habló de ella por primera vez en Dinamarca en marzo y fue identificada en el condado de Alameda en mayo— de repente se ha vuelto más presente en California.

El análisis genético de muestras de virus estudiadas en 12 condados de California, en su mayoría del norte del estado, encontró que mientras que la L452R se identificó en aproximadamente el 4% de las muestras de virus estudiadas a fines de noviembre y principios de diciembre, repentinamente representó el 25% de los estudios de muestras entre mediados de diciembre y principios de enero.

“Por eso es preocupante”, comentó a los periodistas el Dr. Charles Chiu, virólogo y profesor de medicina de laboratorio en la UC San Francisco, en una rara conferencia de prensa ofrecida el domingo por la noche y organizada por el Departamento de Salud Pública de California. “Preocupa el hecho de que potencialmente pueda ser más infecciosa”.

La mutación involucra una parte crítica del virus que regula qué tan adherente es a la parte de la célula humana a la que se une, desde la cual puede inyectar su material genético y secuestrarlo para hacer copias de sí mismo. Eso plantea la pregunta de si las vacunas que existen ahora seguirán siendo efectivas, aunque se necesitarán más estudios para determinar la respuesta.

Lin reportó desde San Francisco, Money desde Long Beach.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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