Los robos de catalizadores de autos se disparan en California durante la pandemia

Terrence McNally no notó nada raro cuando se subió a su Toyota Prius una mañana del pasado diciembre.

Entonces arrancó el motor.

“Sonaba como si tuviera una Harley-Davidson en el asiento trasero”, dijo este residente de Long Beach de 72 años.

McNally se encontraba entre el creciente número de víctimas de robos de catalizadores. Todos los coches vienen equipados con este dispositivo, fabricado con metales preciosos que transforman las emisiones tóxicas del vehículo en vapores inofensivos como el dióxido de carbono.

Estas piezas se han convertido en una inusual ganancia para los ladrones, que pueden ganar cientos de dólares vendiéndolas a los proveedores de piezas de automóviles. Los catalizadores pueden fundirse y extraer los metales más valiosos, como el paladio y el rodio. Debido a la demanda mundial de estos dispositivos de control de emisiones, tan sólo una onza de estos metales preciosos puede valer miles de dólares.

Los robos de catalizadores siempre han afectado a los propietarios de vehículos en las grandes ciudades, pero los informes sobre delitos se han disparado desde el comienzo de la pandemia. Solo en el condado de Los Ángeles, el departamento del sheriff informó de un aumento del 400% en los robos de convertidores catalíticos de 2019 a 2020. En toda California, los reemplazos de convertidores catalíticos han aumentado más del 90% durante 2020, dijo Doug Shupe, portavoz de AAA.

“Realmente nos está mostrando [...] Desafortunadamente, que la pandemia realmente causó algunas dificultades económicas y dificultades para muchas personas”, dijo Shupe. “Eso ha llevado a lo que supongo que se podría llamar, criminales emprendedores con más tiempo en sus manos, y a gente que está buscando maneras de hacer dinero rápido”.

El miércoles, los agentes del sheriff del condado de Los Ángeles detuvieron a 19 sospechosos que se cree que están involucrados en una serie de robos en las últimas semanas. Las autoridades también recuperaron un alijo de 250 piezas -con un valor estimado de 750.000 dólares-, además de un arma de fuego y aproximadamente 100.000 dólares, tras una búsqueda de varias horas en cuatro lugares diferentes, dijo la portavoz del departamento del sheriff Natalie Arriaga

Los Toyota Prius son un objetivo favorito porque los vehículos emiten menos toxinas, lo que deja un catalizador más limpio y valioso. Las estrictas leyes que rigen la venta y el uso de catalizadores del mercado de accesorios dificultan la obtención de un recambio más barato. Como resultado, los concesionarios de Toyota suelen tener un retraso de meses en los pedidos de estas piezas, dijo Avi Margalit, propietario del taller de reparación de automóviles de Los Ángeles Hybrid Fix.

Según él, el gobierno debería suavizar las restricciones sobre los catalizadores de recambio para que los clientes no tengan que pagar tanto.

“Me gustaría que el estado de California suavizara un poco sus restricciones, porque al fin y al cabo, se supone que estos dispositivos mantienen el aire limpio”, dijo Margalit. “Hay gente que ... está conduciendo, contaminando, porque no puede permitirse los 3.000 dólares [para un reemplazo], o no tenía el seguro para la cobertura de la pieza”.

Gracias a su plan de seguro a todo riesgo, McNally sólo pagó un deducible de 250 dólares en su concesionario Toyota por un nuevo catalizador, que costó más de 2.000 dólares. Pero también gastó unos 100 dólares en alquilar un coche mientras esperaba el recambio durante tres semanas.

Margalit dice que intenta que la pieza sea más difícil de robar para los ladrones. Suele soldar el nuevo catalizador al coche o añadir pernos adicionales. Siempre lo graba con el número de identificación del vehículo y, en los últimos años, inscribe en cada pieza: “Robado. Llame a la policía”.

“No espero que un ladrón lea eso y denuncie el robo”, dice Margalit. “Lo hago para fastidiarlos, o por si intentan venderlo”.

La responsabilidad de evitar los robos recae en gran medida en los propietarios de vehículos, como Mary Ann Holm, de 58 años, que una mañana de diciembre se despertó y descubrió que alguien había robado el catalizador de su Honda Element, aparcado en una calle residencial de Long Beach.

Llamó a la policía y consiguió que le cambiaran la pieza. Pero antes de sacar su coche reparado del aparcamiento, empezó a buscar la manera de evitar otro robo.

“Sabía que una vez que lo reparara, los ladrones probablemente volverían para llevárselo”, dijo Holm. “Es un plan muy bueno para un robo como éste: saben que vas a ir a que te lo cambien y vas a tener uno nuevo”.

Compró una gran jaula de hierro para cubrir el catalizador y la hizo instalar por casi 300 dólares. En menos de un mes, alguien intentó llevarselo de nuevo.

Los productos preventivos, como las jaulas o abrazaderas de los catalizadores, tienen una gran demanda. Kate Brueggemeier, directora general de la empresa CatClamp, con sede en Ohio, dijo que el negocio ha experimentado un “crecimiento exponencial”, multiplicándose por veinte en los últimos 18 meses.

“Hacemos todo lo que podemos para mantener intactas nuestras líneas de suministro, pero los pedidos llegan muy rápidamente”, dijo Brueggemeier, y añadió: “Los robos se han disparado”.

Las jaulas pueden disuadir a los ladrones, al igual que soldar los catalizadores a los coches. Shupe recomienda guardar los vehículos en garajes cerrados con llave o en zonas bien iluminadas en el exterior. También se pueden recalibrar las alarmas de los coches para que suenen cuando alguien esté manipulando debajo del vehículo, añadió.

Pero añadir medidas preventivas no ataja la raíz del problema. Brueggemeier dijo que las fuerzas del orden deberían tomar medidas contra los desmanteladores de autos, y Shupe sugirió inscribir los catalizadores con los números de identificación de los vehículos, para alertar a los concesionarios de las piezas robadas.

“Si los proveedores dejaran de comprar simplemente lo que probablemente es una pieza robada, el problema podría frenarse considerablemente”, dijo Shupe.

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