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El condado de Orange, listo para aprobar el distrito de mayoría latina, en medio de acusaciones de manipulación

A man passes by a mural of Our Lady of Guadalupe
Un hombre pasa por un mural de Nuestra Señora de Guadalupe, en el Distrito Histórico del Centro de Santa Ana.
(Allen J. Schaben / Los Angeles Times)

La Junta de Supervisores del condado de Orange parece estar preparada para seleccionar un mapa que establezca un distrito de mayoría latina por primera vez y, al mismo tiempo, dé influencia a los votantes asiáticos, a medida que el proceso de redistribución de distritos -que se realiza una vez por década- se acerca a su finalización.

Las líneas para los distritos de supervisores se han trazado durante mucho tiempo de una manera que dificulta la elección de los latinos. Han pasado 15 años desde que hubo un representante latino en la junta de cinco miembros.

El martes, la junta redujo sus opciones a cinco propuestas, basadas en dos mapas principales.

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A pesar de que las cinco propuestas crean un distrito de mayoría latina, algunas de ellas provocaron acusaciones de manipulación para excluir a los demócratas.

A diferencia del condado de Los Ángeles, que delegó la redistribución de distritos de este año a una comisión independiente, los propios supervisores del de Orange tendrán la última palabra sobre los esquemas de los distritos que representarán si buscan la reelección.

El primer mapa primario, denominado Propuesta 4C1, fue elaborado por el supervisor Andrew Do, un republicano vietnamita estadounidense, y crea un distrito que tiene casi el 53% de latinos en edad de votar, incluidas partes de Anaheim, Garden Grove, Orange y Santa Ana. El mapa también establece un distrito con aproximadamente un 28% de votantes asiáticos.

El segundo mapa, 5A1, crea un distrito con un 52% de latinos en edad de votar, que incluye todo Santa Ana y partes de Anaheim, Garden Grove, Tustin y Orange. Ese mapa, que también establece un “distrito de influencia” con casi un 30% de votantes asiáticos, fue elaborado por el supervisor Doug Chaffee, uno de los dos demócratas en la junta, de mayoría republicana.

Chaffee basó su mapa en una propuesta de la Mesa de Participación Cívica del condado de Orange, que tiene como objetivo promover la participación cívica en las comunidades de color e incluye a defensores del medio ambiente y laborales, asiáticos, isleños del Pacífico y latinos.

La mayor diferencia entre los dos mapas primarios es qué parte del interior del sur del condado de Orange, que generalmente se inclina hacia los conservadores, se agrupa en un distrito costero y dónde se ubica Costa Mesa, actualmente representada por la supervisora Katrina Foley.

Foley, una demócrata, discrepó con el mapa que separa Costa Mesa, donde vive, del de la vecina Newport Beach, y la agrupa con el distrito de influencia asiática. Tanto Chaffee como Foley son blancos.

Costa Mesa y Newport Beach comparten un distrito escolar, un refugio para personas sin hogar y preocupaciones comunitarias similares. Las dos ciudades no se han separado en distintos distritos en la historia del condado, añadió Foley. “Es difícil para mí no sentir que esto es un objetivo político”, expresó. “Según la Ley de Mapas Justos de California, uno de los criterios es que no se puede apuntar políticamente ni siquiera a una persona que está en el estrado”.

Docenas de oradores ingresaron a las cámaras del condado el martes.

“Es muy importante para mí el tema de la redistribución de distritos que podría afectar a mi comunidad durante los próximos 10 años”, remarcó Alma Chávez, residente de Fullerton, expresando su apoyo a las variaciones de la propuesta de la Mesa de Participación Cívica del Condado de Orange, que no avanzó. “Apoyo estas propuestas porque representan a todas las comunidades, especialmente a la comunidad latina en Santa Ana pero también a las ciudades aledañas, que podrían ser las más afectadas”.

Los supervisores pasaron más de una hora el martes debatiendo varios cambios a la propuesta de Do, y finalmente ordenaron al personal que regresara con cuatro versiones de ese mapa.

El condado de Orange no ha sido mayoritariamente blanco en casi 20 años y se ha vuelto cada vez más diverso desde el punto de vista político. El lugar, alguna vez bastión del conservadurismo, se ha convertido en morado; votó dos veces en contra de Donald Trump y también en contra de la destitución del gobernador Gavin Newsom en septiembre pasado. Su población es 38% blanca, 34% latina y 22% asiática.

Julia Gómez, abogada de la ACLU, reconoció que muchas de las propuestas, incluido el mapa 4C1 que la junta finalmente avanzó, crean una ventaja partidista para los votantes republicanos en tres de los cinco distritos, a pesar de que el registro del partido republicano en el país tiene una tendencia a la baja. “La Ley de Mapas Justos prohíbe explícitamente la manipulación partidista y establece que la junta […] no adoptará límites de distrito de supervisión con el propósito de favorecer o discriminar a un partido político”, señaló.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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