En El Sereno, los homicidios aumentan en medio del proceso de gentrificación
Aunque la delincuencia y la falta de vivienda aumentan, muchos residentes de toda la vida están preocupados por el aburguesamiento, ya que los revendedores renuevan rápidamente las casas y ponen etiquetas con precios millonarios.
LOS ÁNGELES — El verano pasado, algo más que el COVID-19 empezó a inquietar a Eddi Ortiz.
Dos detectives del Departamento de Policía de Los Ángeles pasaron por su cafetería, Holy Grounds Coffee and Tea. Estaban investigando un tiroteo y querían revisar las grabaciones de las cámaras de seguridad.
Ortiz accedió, pero se sintió inquieto.
A menudo oía hablar de robos a negocios y de autos, y ahora, de otro tiroteo.
El recuento informal de Ortiz fue confirmado por las estadísticas de la policía. La delincuencia está empeorando en El Sereno, una sección de Los Ángeles de mayoría latina y muy unida entre Lincoln Heights, South Pasadena y Alhambra.
La violencia con armas de fuego y los homicidios se han disparado en toda la ciudad en los últimos dos años, reflejando un aumento en todo el país que se cree que está relacionado en parte con la inestabilidad social detonada por la pandemia.
En 2021, Los Ángeles registró casi 400 homicidios, la cifra más alta desde 2007, aunque todavía muy por debajo de los picos de principios de la década de 1990.
En El Sereno, ocho personas fueron asesinadas el año pasado, lo que supone un notable aumento respecto a las dos o tres de los últimos siete años, según los datos recopilados por el Times a partir de los registros de la oficina del forense del condado de Los Ángeles.
La mayoría de los homicidios están relacionados con las pandillas, según la policía y las autoridades municipales.
“Parece un número bajo, pero si se tiene en cuenta que El Sereno es pequeño en comparación con otras partes de la ciudad, es significativo”, dijo Ortiz sobre los recientes asesinatos.
Como en otras partes de la ciudad, el aumento de las armas de fuego, incluidas las “armas fantasma” que carecen de número de serie, ha contribuido a alimentar la violencia.
La pandemia ha golpeado con especial dureza a barrios latinos de clase trabajadora como El Sereno, al mismo tiempo que han aumentado la delincuencia y la falta de vivienda.
Sin embargo, aunque los problemas han aumentado, muchos residentes de toda la vida están preocupados por la gentrificación de su barrio. En los últimos años, los revendedores de viviendas las han renovado y les han puesto precios millonarios. Las matrículas de autos de Massachusetts, Nueva York y Nevada son cada vez más comunes.
Mientras que los propietarios de viviendas pueden beneficiarse del aumento del valor de las casas, los inquilinos temen que el precio de las mismas los desplace de este barrio de unos 40.000 residentes, que en 2013 tenía un 82% de latinos, un 11% de asiáticos y un 5% de blancos, según los datos del censo y un análisis del Times.
De hecho, una encuesta comunitaria patrocinada por varios grupos y empresas el pasado mes de abril reveló que los residentes de El Sereno solían enumerar la vivienda asequible y la falta de hogar como principales preocupaciones.
El Sereno se define por su singular geografía, en medio de colinas onduladas, con Cal State Los Angeles enclavada en su extremo sureste. Se encuentra en la frontera de Los Ángeles y el Valle de San Gabriel, con South Pasadena al norte.
Valley Boulevard, la emblemática franja repleta de restaurantes de cocina de provincias de toda China, tiene aquí su extremo occidental.
Las vías de Union Pacific atraviesan la zona, lo que hace que los trenes que pasan sean un objetivo tentador para los ladrones.
Aquí también se encuentra una parte de la autopista 710, objeto de una batalla que lleva décadas, con casas compradas por el Departamento de Transporte de California que permanecen vacías ya que los residentes de El Sereno y South Pasadena se oponen a una extensión para conectarla con la autopista 210.
El sargento Jaime Chacón, que supervisa la unidad de pandillas de la División Hollenbeck de la Policía de Los Ángeles, que incluye a El Sereno, dijo que ha habido un aumento en las peleas de pandillas derivadas de la venta de drogas y los robos de trenes.
“Todo lo que se envía desde los puertos pasa por aquí, y a lo largo de la ruta, los vagones son asaltados”, expuso Chacón. “Inevitablemente, la pandilla que controla la zona donde se asalta el tren quiere su parte de la tajada”.
Chacón señaló que no había visto tantos tiroteos y homicidios desde que se trasladó a Hollenbeck hace casi una década.
Dijo que algunos delitos pueden abordarse aumentando las patrullas, pero la violencia de las pandillas y otros grupos de criminales es un problema más espinoso porque está profundamente arraigado a la historia del barrio.
Las soluciones llevarán tiempo y deberían incluir más programas de intervención con las pandillas, en los que los trabajadores, a menudo con antecedentes en esos grupos, ayudan a los jóvenes a tomar mejores decisiones, dijo.
Las víctimas de los homicidios de El Sereno del año pasado eran en su mayoría hombres latinos de entre 30 y 40 años.
Varios de ellos fueron asesinados a lo largo de la avenida Alhambra y el bulevar Valley, que corren paralelos a las vías del tren y están alineados con negocios industriales y almacenes.
El concejal de Los Ángeles Kevin de León, cuyo distrito incluye El Sereno, dijo que la pandemia ha amplificado las desigualdades existentes.
“Sabíamos que las desigualdades estaban ahí”, manifestó. “Pero la pandemia mundial las ha expuesto de una manera tan cruda que es casi darwinista: solo los fuertes sobreviven”, comentó De León, que se presenta como candidato a la alcaldía.
Cree que eso ha llevado a algunas personas a aprovecharse y cometer delitos.
De León, ex senador estatal, ganó el puesto de concejal en 2020 después de que su predecesor, José Huizar, fuera suspendido de su cargo. Huizar se ha declarado no culpable de cargos federales que incluyen soborno, chantaje y fraude.
En Huntington Drive, un importante corredor repleto de restaurantes, panaderías y mercados, han surgido campamentos de indigentes en los últimos años. Muchas de las personas que viven en tiendas de campaña en Huntington, tenían raíces en la zona, según las autoridades y los residentes.
Yolanda García, cofundadora de la Sociedad Histórica de El Sereno, cree que muchos delitos están vinculados a las pandillas o a los desamparados.
“Hay gente con problemas de salud mental que anda por ahí robando propiedades y casas”, dijo. “Ese es un gran problema que está ocurriendo en la comunidad”.
Aunque la mayoría de los participantes de una encuesta comunitaria dijeron que se sentían seguros, algunos señalaron la falta de vivienda, la violencia de las pandillas y los robos, como factores de inseguridad.
“Me siento muy inseguro cuando camino por mi barrio”, escribió un residente. “Me han dañado el auto mientras conducía por Huntington Drive y un indigente estaba de pie en la calle lanzando objetos a los vehículos que pasaban”.
En la División Hollenbeck de la policía de Los Ángeles, hubo un aumento de los delitos violentos cometidos por residentes sin hogar hasta el 23 de octubre de 2021, en comparación con el año anterior, con un número casi igual de personas sin hogar denunciando haber sido víctimas de delitos violentos.
Poco después de entrar en el Ayuntamiento, De León encabezó la compra de dos hoteles para alojar a los desamparados de El Sereno, en el marco de una iniciativa financiada con fondos federales denominada Proyecto Roomkey. Todas las personas de los campamentos, excepto dos, se trasladaron a los hoteles, dijo De León.
Una vez desalojados los campamentos, disminuyeron los delitos contra la propiedad en las inmediaciones, así como los robos que se producían dentro de los campamentos, expuso Chacón.
Agregó que la policía de Los Ángeles está trabajando ahora con funcionarios de Union Pacific para reforzar la seguridad a lo largo de las vías del tren.
“Union Pacific está muy preocupada por el aumento de los robos de carga en Los Ángeles, y hemos tomado varias medidas para hacer frente a esta actividad criminal”, dijo Robynn Tysver, un portavoz de la compañía, en un comunicado.
En la esquina de Lowell Avenue y Huntington Drive, a pocos metros de los límites de la ciudad de Alhambra, hay un jardín comunitario con verduras que brotan entre fuentes y pérgolas.
El jardín es un centro de festivales y eventos comunitarios, un lugar donde los residentes pueden intercambiar ideas y recursos. También es un santuario para un barrio que se enfrenta a una compleja mezcla de delincuencia y aburguesamiento, dijo Erika Crenshaw, su cogestora.
La zona que rodea al jardín se ha librado en gran parte de la delincuencia, excepto por el asesinato de un hombre de 30 años a una milla de distancia en Huntington Drive.
Pero en otras partes de El Sereno, algunos residentes y propietarios de negocios siguen en alerta.
En una tarde reciente, dos baristas de Holy Grounds tomaron los pedidos de un grupo de clientes.
En su mayoría, las personas que se detienen a tomar una taza de café son residentes latinos de larga data.
Ortiz ha vivido en El Sereno de forma intermitente durante más de 10 años. Ayudó a administrar la cafetería antes de convertirse en el único propietario.
Hace unos años, alguien se metió a la parte trasera de la cafetería, que se alquila a los locatarios. Ortiz consiguió que el hombre, que parecía estar bajo los efectos de las drogas, se marchara.
No fue el único incidente: Un indigente les robó el tarro de las propinas. Una camarera fue acosada sexualmente de camino al trabajo.
“Como propietario de un negocio, tengo que preocuparme por la seguridad de los baristas”, dijo Ortiz. “Es una preocupación que no tenía hace unos años”.
Los redactores del Times Maloy Moore y Kevin Rector contribuyeron a este informe.
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