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Desalojo en el corredor salvadoreño a cambio de votos. La estrategia que implica al concejal Gil Cedillo

Cerca de unos 50 negocios fueron afectados con el cierre de la acera en la esquina de la avenida Vermont y la calle 11.
Cerca de unos 50 negocios fueron afectados con el cierre de la acera en la esquina de la avenida Vermont y la calle 11, en Los Angeles.
(Soudi Jiménez/Los Angeles Times en Español)
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El hervidero de ventas y clientes comprando en la acera desapareció de un plumazo en la esquina de la calle 11 y la avenida Vermont, en la ciudad de Los Ángeles. Es decir, desde el inicio de semana en esta zona, conocida como el Corredor Salvadoreño, se observan unas bardas metálicas sobre la calle y empleados municipales que pasan durante varias horas realizando tareas de limpieza diariamente.

“Lo único que hacen es lavar”, advierte Douglas Ulloa, uno de los afectados que durante tres años ha vendido ropa en la acera, pero que desde el lunes ha tenido que guardar sus prendas y sufrir la pérdida de al menos $400, mientras las deudas se acumulan porque las facturas no se detienen. “Esta no es la primera vez”, asegura el comerciante al referirse a la disposición de la ciudad.

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La medida es impulsada por Gil Cedillo, concejal del Distrito 1, al elevarse las quejas de los residentes del vecindario. Sin embargo, los vendedores consideran que ellos están pagando los platos rotos en medio de la campaña electoral, en donde este grupo de comerciantes, en su mayoría inmigrantes salvadoreños, se siente vulnerable y como lo revelaron algunos habitantes de la zona a Los Angeles Times en Español la percepción no está equivocada.

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“Todas las personas que vendemos sabemos que el trasfondo de lo que está pasando es algo político, y como la mayoría no podemos votar, están usando eso [en contra]”, apuntó Ulloa.

En las elecciones venideras, programadas para el 7 de junio, Cedillo buscará la reelección. Si resulta ganador, este es prácticamente su último período como concejal, cargo que ha desempeñado desde el 2013, luego de pasar por la Asamblea y Senado estatal (1998-2012), en donde promovió iniciativas de ley a favor de los inmigrantes como bandera.

En contra de esa trayectoria, el concejal empujó la remoción de un poco más de 50 comerciantes que, por los últimos 8 años, se colocaban a diario en la acera frente a la plaza en donde operó por mucho tiempo el extinto Banco Agrícola, un punto de referencia para la comunidad salvadoreña, porque esa agencia era utilizaba para enviar remesas a su tierra.

“Yo solo dependo de esto, imagínese para pagar la renta de mi apartamento, no es fácil”, dijo con tristeza Magdalena Monterrosa al revelar que el jueves durante la mañana solo había vendido $20 de una variedad de tintes, desodorantes, perfumes y cremas que ofrece a sus clientes. Por lo menos sus pérdidas son del 80%, sin contar que los primeros tres días de la semana no vendió ni un centavo.

Monterrosa tuvo que mover sus ventas a unos 100 metros hacia el sur sobre la avenida Vermont, frente al Bank of America. Junto ella se ha colocado el guatemalteco Julio Vargas y su esposa, la salvadoreña Natalia Barrientos, con la venta de cocos, nances, mangos, semilla de paterna y semita, entre otros productos.

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En los últimos 15 años, el oriundo de Chiquimula ha hecho una gran clientela con los cocos. Cuenta que el lunes la pareja se colocó en la esquina de la avenida Vermont y el boulevar Venice. No pudieron vender ni un centavo. El martes se quedaron en casa y el miércoles se apostaron un poco cerca de la calle 12, en donde ya lo comienzan a ubicar sus clientes.

“Está despacio”, aseguró.

“Aquí sacas el día de trabajo”, reconoció Vargas, detallando que entre los dos con su esposa vendieron el miércoles alrededor de $150.

Al caer la tarde, Raymundo Rodríguez caminaba pausado sobre la avenida New Hampshire. Este hombre de 74 años se dirigía a su casa, ubicada en la parte de atrás del Corredor Salvadoreño. En su opinión, los vecinos comparten la preocupación por el desorden que provocan las ventas en la zona y ahora celebran que finalmente se haya dado el cambio que deseaban.

“Ahorita está el paso libre”, dijo al indicar que antes la acera estaba bloqueada y era un problema para los peatones.

A su juicio, lo que ha pasado es resultado de las pláticas con Cedillo. El concejal llegó la semana pasada a este vecindario y prometió a los habitantes que vería las opciones para remover las ventas de la acera en la avenida Vermont, medida que entró en vigor el 9 de mayo.

“Vamos a votar por él, pero que vea la forma para que se vayan esas personas”, aseguró Rodríguez, residente en este vecindario desde hace 46 años.

En el principio, en esta zona solamente era un vendedor de cocos, recuerda Robert Carrillo. Eso data de hace 15 años aproximadamente. Sin embargo, en los últimos 6 años hubo un amplio incremento de comerciantes. Al mismo tiempo, se elevó la basura en los alrededores y el bloqueo en el paso de los peatones.

“Lo que está pasando es que hay mucho desorden”, indicó el residente que lleva 45 años en el vecindario.

En su vivienda, Carrillo tiene dos rótulos con los colores azul, blanco y amarillo en donde se lee el nombre del concejal Cedillo.

¿Cedillo hizo alguna promesa de limpiar si votas por él? Se le preguntó.

“El lo prometió”, respondió sin inmutarse, detallando que está apoyando la reelección del concejal al igual que su vecino.

“El lo va a hacer, está trabajando en eso”, agregó Carrillo, asegurando que conoce de primera mano las ofertas que se le han presentado a los comerciantes.

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Hasta la fecha, el concejal no se ha presentado a hablar con los comerciantes, como lo ha hecho con los residentes del vecindario.

Antes de entrar a la política, Cedillo fue organizador sindical. Asimismo, en Sacramento encabezó la lucha para aprobar la licencia de conducir para los indocumentados e impulsó el California Dream Act, ley que permitió que los inmigrantes con un estatus irregular obtuvieran ayuda financiera en las universidades.

De igual manera, cuando se lanzó al puesto de concejal por el Distrito 1 contó con el apoyo de activistas y voluntarios salvadoreños, una comunidad con la que se mostró cercana y que visitó en el vecindario Pico Union cuando quería asegurar votos para ocupar el puesto que tiene.

“Cedillo tiene una trayectoria bien definida a favor de los trabajadores, las comunidades inmigrantes y las personas más vulnerables en nuestra sociedad”, analizó Mario Beltrán, estratega político y ex-director político de Salvadoran American National Association (SANA).

“Cualquier desviación de esa plataforma sería incongruente con su legado y reputación”, valoró Beltrán en una crítica que trata de matizar por la cercanía con Cedillo. Beltrán dirigió las campañas del referido político desde el 2002 hasta el 2017, cuando obtuvo su segundo término en el concilio municipal.

El cierre de la acera en la avenida Vermont, que también incluye las calles 11 y 12, ha sido un golpe para los comerciantes. La mayoría de ellos no ha podido generar ingresos esta semana.

Algo parecido sucedió en diciembre de 2021. En esa ocasión, varios comerciantes se instalaron en el estacionamiento de la plaza en donde estuvo el extinto Banco Agrícola. En la actualidad hay cerca de 30 vendedores que siguen dando sus servicios con normalidad en ese espacio comercial, quienes tienen que pagar $1.500 mensuales.

Según los vendedores, ellos tienen un plazo de 30 días para dejar ese estacionamiento.

Sin embargo, los que fueron afectados con el cierre reciente de la acera no pudieron ingresar a esa plaza, porque ya no hay espacios disponibles, algo que pudimos corroborar en un recorrido realizado por esa zona para verificar lo que había ocurrido.

“La reubicación no sería tan conveniente, porque los clientes están en este lugar; aquí es un lugar turístico, la gente viene y siente un poquito de nostalgia de su país”, aseguró Brenda Montoya, una de las comerciantes afectadas, en respuesta a la propuesta principal que maneja la oficina del concejal.

Los comerciantes lo que desean es regresar a la acera, pero están dispuestos a implementar cambios para no bloquear el paso de los peatones, mantener limpia la zona, instalar un lavamano y un baño portátil, entre otras disposiciones que desean plantear a las autoridades.

A juicio de Conrado TerrazasCross, vocero de la oficina del concejal Cedillo, el retorno de los vendedores o cualquier plan que se implemente debe pasar por la aprobación de los habitantes del vecindario, siendo el objetivo fundamental mantener la zona limpia y segura.

“Necesitamos hablar con los residentes y garantizar que [el plan] respeta a los residentes”, apuntó el vocero, detallando que se encuentran buscando diferentes opciones y lugares para reubicar a los comerciantes. “Nosotros estamos ahí para mejorar la comunidad”, insistió.

Al interrogarlo sobre el desalojo a cambio de votos, el funcionario se desmarcó por completo.

“Eso es solo una mentira”, respondió TerrazasCross.

El señalamiento no le sorprende a Salvador “Chamba” Sánchez, profesor de Ciencias Políticas del Colegio Comunitario de Los Ángeles. El experto plantea que en este período los candidatos andan en busca de apoyo financiero y votos. En ese sentido, agrega que Cedillo tiene “una buena excusa” para apoyar a los habitantes del vecindario.

“Aunque tenga una conexión con la comunidad salvadoreña que le ha ayudado mucho, aquí está tomando una decisión electoral”, aseveró el politólogo.

“El tiene que ganar los votos que están ahí porque la campaña está un poco cerrada. El creía que iba a barrer y no lo está haciendo, no quiere tomar riesgo de nada, quiere asegurar cualquier voto”, abundó Sánchez.

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Si bien es cierto que no es algo ético, este tipo de comportamiento es algo a lo que recurren los políticos para sobrevivir. El especialista considera que una forma de ponerle freno a Cedillo sería por medio de la confrontación de la comunidad.

“Cedillo es un político nato”, dijo el académico.

“Les dice siempre a la gente lo que ellos quieren oír”, concluyó Sánchez.

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