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Columna: La apertura de temporada de los Rams en el SoFi Stadium fue espectacularmente rara sin fanáticos

Rams players run onto the field at SoFi Stadium before Sunday's 20-17 win over the Dallas Cowboys.
Los jugadores de los Rams corren al campo en el SoFi Stadium antes de la victoria del domingo 20-17 sobre los Cowboys de Dallas.
(Wally Skalij / Los Angeles Times)

Incluso un nuevo estadio de futbol americano de $5 mil millones necesita fanáticos, pero no hubo ninguno

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La nave espacial SoFi aterrizó oficialmente el domingo con un golpe gigante pero suave.

Incluso un nuevo estadio de futbol americano de $5 mil millones necesita fanáticos, pero no hubo ninguno, la grandeza en expansión sorprende por su vacío.

Incluso un juego histórico entre rivales de toda la vida como los Rams y los Cowboys de Dallas necesita ruido, pero no hubo ninguno, salvo por un sonido grabado que se escuchaba como una autopista.

Los Rams ganaron el juego 20-17, pero lo extraño y sombrío se ganó la noche.

“Extraño es una excelente manera de describirlo”, dijo el entrenador de los Rams, Sean McVay.

Los Rams salieron al campo en medio de humo, bengalas y silencio. Los Cowboys de Dallas llevaron al campo a algo incluso peor que el silencio, una ausencia total de abucheos.

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Los árbitros no anunciaron sus decisiones a nadie. Las porristas arrancaron de algún lugar fuera del edificio. Sam Lagana gritó desde la casa de los Rams a un espacio vacío. Esas caras animadas detrás de las zonas de anotación estaban hechas de cartón.

Con los refuerzos y una gran defensiva, los Rams vencieron 20-17 a los Cowboys en el primer juego de la NFL en SoFi Stadium.

“Me sentí más como en un juego de ligas menores cuando tenía 6 o 7 años jugando”, dijo Aaron Donald de los Rams. “Lo único que no vi fue a mi mamá y mi papá gritando, ‘¡Aaaaaron! ¡Aaaaron!’”.

Los 70.240 asientos son hermosos, pero esta noche eran filas infinitamente tristes y vestidas de negro. El tablero de video Oculus gigante de 120 yardas es asombroso, pero, colgado sobre una nada, parecía un televisor de pantalla grande a todo volumen en una sala abandonada.

Y es una lástima, porque el Sofi se merecía algo mejor.

El lugar es hermoso, espléndido, estupendo. El proceso de cuatro años hasta su inicio es convincente. Será la sede del Super Bowl de 2022, los Juegos Olímpicos de verano de 2028, y eventualmente podría ganarse la reputación de ser el estadio deportivo principal de este país.

“De lejos, el mejor estadio de la NFL”, dijo Jalen Ramsey de los Rams después de jugar un solo partido oficial allí.

INGLEWOOD, CALIFORNIA SEPTEMBER 13, 2020-Rams quarterback Jared Goff
El mariscal de campo de los Rams, Jared Goff, se desliza antes de ser tacleado por el profundo de los Cowboys, Xavier Woods, en el último cuarto.
(Wally Skalij/Los Angeles Times)
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Por todo esto, Stan Kroenke, el dueño de los Rams que lo construyó, merecía un momento mejor que uno de silencio. Se merecía el más gigante de los listones y la más grandiosa ceremonia. Deberían haber lanzado fuegos artificiales, hacer festejos, zumbidos y también rugidos.

En cambio, solo hubo otro recordatorio amortiguado y aleccionador de los efectos secundarios de la pandemia de COVID-19 que nos toma prisioneros. “Stan Canyon” no es inmune. Lo que debería haber sido uno de los eventos más importantes en la historia del deporte de esta ciudad parecía y sonaba como dos equipos participando en un entrenamiento de verano.

Los Rams absorbieron el silencio tanto como sintieron los golpes.

“Se sintió como una pelea, una pelea un poco más intensa”, dijo Donald. “Hacías una jugada y simplemente chocabas las palmas, no tenías la multitud para celebrar, definitivamente era diferente”.

Era el tipo de juego inestable que una gran multitud hubiera amado, empoderado y enriquecido. Los Rams estaban arriba, estaban abajo, se tambaleaban, y luego lo ganaron con dos grandes jugadas y una horrible decisión de los Cowboys que seguramente habría hecho espuma a los de casa.

SoFi Stadium, la nueva joya de la NFL, abrió sus puertas, y fue la culminación de una visión de Stan Kroenke y su deseo de que el futbol americano regrese al mercado angelino.

“Aprecias los reflujos, los flujos, las grandes jugadas, la emoción de la multitud y la cantidad de energía que aportan”, manifestó McVay.

El primer golpe ocurrió cuando los Rams estaban a punto de perder su ventaja de tres puntos luego de que Dallas manejara hasta la yarda 11 de los Rams a principios del último cuarto. Pero en la cuarta y tres yardas por avanzar, el nuevo entrenador de los Cowboys, Mike McCarthy, inexplicablemente hizo la decisión equivocada, y el profundo novato de los Rams, Jordan Fuller detuvo al receptor novato de los Cowboys, CeeDee Lamb, a una yarda de distancia.

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“Jugada increíble, que cambió todo el impulso del juego”, señaló McVay.

Luego, más tarde, con Dallas enfrentándose en un tercer intento mientras buscaba una serie de jugadas para empatar en los últimos seis minutos, Amari Cooper atrapó un pase de primer intento, pero el balón se soltó tras un fuerte golpe de Ramsey, quien participó como el jugador defensivo de la liga más rico después de firmar un contrato de $105 millones.

“Me sentí genial poder dar un paso adelante en el cuarto período cuando llamaron mi número”, dijo Ramsey.

Rams linebackers Samson Ebukam and Leonard Floyd celebrate their win over the Dallas Cowboys.
Los linebackers de los Rarms, Samson Ebukam, izquierda, y Leonard Floyd festejan el triunfo sobre los Cowboys de Dallas.
(Wally Skalij / Los Angeles Times)

A pesar de la extraña atmósfera, todos dieron un paso al frente. McVay superó a McCarthy, el corredor de dos touchdowns Malcolm Brown superó a su homólogo más famoso, Ezekiel Elliott, y los novatos de los Rams como Fuller y el receptor Van Jefferson y el pateador Samuel Sloman superaron a los jovencitos de los Cowboys.

Luego estaba Jared Goff, quien con destreza y calma ejecutó una ofensiva de una manera que Dak Prescott de los Cowboys no lo hizo, y después dijo que la falta de una multitud realmente hizo que se enfocaran.

“Fue muy estimulante estar solo nosotros, sabiendo que nos encontramos en casa pero al mismo tiempo nada más somos nosotros y ellos”, dijo Goff. “No hay nadie más en el estadio. Es realmente un mano a mano”.

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Goff agregó: “Fue en verdad genial poder hacer grandes jugadas y escuchar a nuestros muchachos estallar... Escuché a Johnny Hekker casi todo el juego, gritando entre jugadas... Fue un tipo diferente de diversión sin los fans, pero igual fue divertido”.

No se puede decir lo mismo del pobre SoFi, que hoy es un estadio que necesita un abrazo después de un debut que necesita una segunda oportunidad.

Espere. Van a tener otra gran inauguración para los Rams, ¿verdad? ¿Cuándo la vida vuelva a la normalidad y los aficionados regresen a los asientos? ¿De verdad? ¿Iluminarán el lugar y se hará una reverencia de $5 mil millones? Muy bien.

For the original story in English, please click here.

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