El tiempo se acaba: Los Lakers tienen ocho partidos para demostrar su valía en la postemporada

NEW ORLEANS —  Les quedan ocho partidos en una temporada que se ha descarrilado, ocho partidos para aferrarse a la poca esperanza que realmente tienen, ocho partidos para hacer bien las cosas que no pudieron hacer en los primeros 74 partidos de la temporada regular, ocho partidos para que estos Lakers controlen su propio destino.

Y ahora, después de que los Lakers sufrieran una aplastante derrota ante los Pelicans de Nueva Orleans en la lucha por la clasificación en la Conferencia Oeste, después de que los Lakers esperan a ver si LeBron James está lo suficientemente sano como para seguir jugando después de sufrir una lesión en el tobillo izquierdo el domingo por la noche, los Lakers han llegado realmente a la encrucijada de su temporada.

“El tiempo se está acabando”, dijo el entrenador de los Lakers, Frank Vogel, el domingo por la noche. “Tenemos que conseguir algunas victorias y dirigir nuestra atención a Dallas. Lo que sea necesario para vencer a Dallas, tenemos que hacerlo”.

Antes de enfrentarse a los Mavericks el martes en Dallas, los Lakers tienen que mirar la clasificación y puede no gustarle lo que vean.

La derrota por 116-108 ante los Pelicans ha dejado a los Lakers en un terreno inestable.

Los Lakers están medio partido por detrás de los Pelicans, novenos cabezas de serie, en el Oeste, y tienen sólo un partido de ventaja sobre los San Antonio Spurs, undécimos cabezas de serie, por la décima plaza que asegura un puesto en el torneo de play-in.

Tanto los Pelicans como los Spurs tienen el desempate sobre los Lakers, lo que significa que ganar el mayor número de estos ocho partidos que quedan es muy importante.

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El dolor de desperdiciar una ventaja de 23 puntos que era de 20 en el descanso se hizo aún más doloroso al saber que James llegó cojeando a su entrevista posterior al partido diciendo que su tobillo se encontraba “horrible” y que estaba “bastante adolorido”.

“Este partido ha terminado”, dijo Vogel. “Vamos a pasar la página al siguiente. Quiero decir, no es bueno. Duele. Este juego duele. Ha sido un gran partido. Pero tenemos que reagruparnos, tenemos que encontrar la manera de ganar a Dallas y conseguir algunas victorias en la recta final. El tiempo se nos está acabando. Salimos con la urgencia adecuada para este partido, pero no fuimos capaces de cerrarlo”.

Los Lakers tienen el segundo calendario más duro frente a ellos, enfrentándose a equipos con un récord combinado de victorias de .569.

Se enfrentan a Dallas (46-29) el martes y a Utah (45-30) el jueves, ambos en la carretera.

Los Lakers vuelven a casa para jugar de nuevo contra estos Pelicans (32-43) el viernes y contra los Nuggets (44-31) el próximo domingo. Los Lakers juegan después en Phoenix (61-14), líder de la liga, y en Golden State (48-27).

Los Lakers juegan su último partido en casa de la temporada contra los Thunder de Oklahoma City (21-53) y el final de temporada en Denver el 10 de abril.

A los Spurs les quedan ocho partidos y el 13º calendario más duro, enfrentándose a equipos con un porcentaje de victorias de 0,513. A los Pelicans les quedan siete partidos y tienen el 23º calendario más difícil, enfrentándose a equipos con un porcentaje de victorias de .475.

“No me siento mal conmigo mismo o con el equipo, porque todo lo que hace falta son dos o tres partidos para darle la vuelta”, dijo Malik Monk. “Hemos jugado muy bien en el aspecto ofensivo, además de esta noche, los últimos dos partidos. Así que nunca dejo de confiar en lo que podemos hacer, especialmente cuando tenemos a Bron en nuestro equipo. Así que, sólo tenemos que permanecer juntos y no tener un cuarto tiempo como lo tuvimos. No podemos anotar sólo 14 puntos y pensar que vamos a ganar”.

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