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El aumento del salario pone fin al cuidado infantil asequible

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Cuando, el 1 de enero pasado, el salario mínimo en California llegó a los $10.50 la hora, más de un millón de personas recibieron un aumento. Pero para un incalculable número de familias de todo el estado, el incremento de sueldo podría dejarlos fuera de los subsidios para cuidado infantil.

Este año, por primera vez, dos padres que trabajen a tiempo completo en posiciones de salario mínimo y que tengan un hijo serán considerados ‘muy solventes’ para calificar para los subsidios estatales que pagan por cuidado infantil y preescolar. Hace 10 años, desde que el estado impuso las condiciones para recibir el beneficio, éste está vinculado a los niveles de ingresos de 2005.

“Es una consecuencia no intencionada, eso nunca fue parte del plan”, dijo Rich Winefield, exdirector ejecutivo de Bananas, un agencia de referencia para guarderías y preescolar en Oakland. “Es increíble que tengamos políticas que ocasionen esto”.

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Eso es sólo uno de los posibles efectos que el aumento salarial tendrá para las empresas de California, sus empleados y sus clientes. La mayor parte del debate sobre el salario mínimo en todo el país se ha centrado en el aumento de los ingresos de los trabajadores y la posible pérdida de empleos a medida que los empleadores se ajustan a pagar mayores costos. Pero los votos para aumentar gradualmente el salario mínimo a $12 o $15 en varios estados también podrían afectar el acceso de los padres a los beneficios de cuidado infantil.

En cierto sentido, el aumento del salario mínimo es inequívocamente bueno: da a los trabajadores más pobres un aumento, después de décadas de salarios estancados. Y un piso salarial en aumento también llevará a los empleadores a aumentar los ingresos de los empleados con experiencia que ganan más que el mínimo, para preservar su jerarquía.

La economía es una máquina compleja, sin embargo, y lo que parece ser una herramienta sencilla para que la gente tenga más dinero puede obligarlos a tomar decisiones desgarradoras. California da a los padres más pobres del estado un descuento en sus gastos de guardería y preescolar, que llegaron a cientos de dólares al mes para los padres de 403,561 niños el año escolar pasado. Pero el estado no aumenta el límite de ingresos para calificar para subsidios de cuidado infantil desde 2007, cuando determinó que, para obtener el descuento, una familia de tres debía ganar $42,216 dólares o menos, lo cual representaba el 70% del ingreso promedio del estado en 2005. El límite de ingresos aumenta para las familias más grandes. Dos personas que ganan el salario mínimo actual en el estado y que trabajan 40 horas a la semana ganan $43,680.

Durante años, los padres han rechazado las promociones y los aumentos en el trabajo para poder mantener sus beneficios, sostienen los defensores y los profesionales en el cuidado de niños. Hasta octubre, May Martínez y su esposo ganaban menos que el límite de ingresos como guardias de seguridad en CBS Studios. Martínez, de 27 años, estudia una licenciatura y recibió un subsidio del estado para enviar a sus hijas, de 4 y 2 años, en la guardería de Santa Clarita mientras está en clase. Entonces, su esposo consiguió una promoción y un aumento. La mujer estaba encantada; hasta que le contó a la guardería de sus hijos las noticias. El Centro para la Educación de la Primera Infancia, en Canyon College, Santa Clarita, notificó a Martínez que el aumento pondría a la pareja sobre el umbral de ingreso que el estado estableció para subsidios de cuidado infantil. En lugar de pagar $167 cada mes al centro de cuidado por el turno de medio día, a Martínez se le cobraría entonces la tasa de mercado de $ 2,400. Después de pagar el alquiler, los servicios públicos y los alimentos, los nuevos costos de la guardería superarían los nuevos ingresos de la promoción del marido de Martínez. “Estamos en un agujero”, afirmó Martínez. Al principio, su marido intentó rechazar el salario, pidiendo a sus supervisores que le dieran la promoción sin el aumento, pero no fue posible. La pareja tuvo conversaciones serias acerca de rechazar el nuevo trabajo por completo, pero ninguno quería arriesgarse a enojar a sus jefes.

Martínez finalmente decidió que este año se mudará a un horario a tiempo parcial en La Verne College, y tomará cursos nocturnos y en línea para poder cuidar a sus hijas durante el día. “Es una injusticia”, expresó Martínez, y agregó que ahora no tiene ni idea de cuándo podrá terminar su carrera y comenzar a trabajar. “Se va a retrasar por completo”.

A seiscientas millas de distancia, en Humboldt, Alicia Combs está inmersa en un pánico similar. Hace seis años, Combs estaba sin hogar, pasaba de un sofá a otro, pero comenzó a rehacer su vida después de tener su primer hijo, en 2010. Por entonces consiguió un trabajo como ayudante de oficina en Eureka, finalmente tuvo otro hijo, y gracias a un subsidio estatal puso a ambos en una guardería infantil.

Luego, en septiembre pasado, esta madre soltera recibió un aumento automático de menos de un dólar. Eso colocó su salario en $21.21 dólares la hora, lo cual significaba que ganaría alrededor de $160 dólares más que el límite de ingresos mensuales para su familia de tres.

Con la ayuda del subsidio, Combs pagaba alrededor de $360 para enviar a ambos niños a la guardería. Ahora, tendrá que abonar casi $1,000 al mes, una suma que no puede pagar. “Trabajé muy duro para llegar donde estoy, y si pierdo el subsidio para el cuidado de los niños, no sé qué voy a hacer”, dijo.

A medida que el salario mínimo asciende a $15, más padres están en una situación similar. “Muchos legisladores, probablemente hasta el gobernador, no se dieron cuenta del impacto que el salario mínimo tendría sobre el costo de proveer cuidado infantil”, manifest´ó Kim Kruckel, directora ejecutiva del Child Care Law Center, organización sin fines de lucro en San Francisco.

En agosto, el Comité Estatal de Apropiaciones del Senado retuvo un proyecto de ley que habría actualizado los criterios para subsidios de cuidado infantil al ingreso medio estatal actual, debido a las preocupaciones de que sería demasiado elevado. El Departamento de Finanzas estimó que elevar el umbral conduciría a un incremento de costos “en decenas de millones”.

H.D. Palmer, portavoz del Departamento de Finanzas, señaló en un correo electrónico que “desde 2013, California ha invertido $742 millones en programas subsidiados de cuidado infantil y educación temprana”, y dijo que a pesar del aumento del salario mínimo, la mayoría de las familias que reciben subsidios permanecería en el programa en 2017.

El estado gastará $3,000 millones en programas de cuidado infantil y preescolar este año fiscal, lo cual ubica los niveles de financiamiento al umbral donde se encontraban antes de la recesión.

En diciembre último, los miembros de la Asamblea Miguel Santiago (D-Los Ángeles) y Lorena González (D-San Diego) presentaron un nuevo proyecto de ley que aumentaría el límite de ingresos de subsidios.

Los representantes de los padres y los proveedores de cuidado de niños planean presionar a los comités de presupuesto de la Asamblea y el Senado en los próximos meses, para exigir que Brown aumente el límite en la última negociación del presupuesto, que pasará en junio.

Hasta el propio gobernador podría proponer un aumento del límite, sin embargo, “hasta el momento no ha mostrado interés en mejorar la financiación o la calidad de la atención infantil”, afirmó Winefield, la exejecutiva de cuidado infantil.

Mientras tanto, los proveedores de cuidado infantil tienen sus propias preocupaciones sobre el aumento de los salarios. Lisa Wilkin, que dirige 10 guarderías en Los Ángeles, sostiene que para reducir los costos ha tenido que recortar posiciones de trabajo. El director ejecutivo del Consorcio de Cuidado Infantil redujo el año pasado, a regañadientes, dos puestos administrativos, y este año deberá dejar ir a cinco asistentes de maestros más para ajustarse al aumento del salario.

Pero no hay mucho que se pueda hacer al respecto; California exige que los centros de cuidado de niños empleen un adulto por cada cuatro bebés que admiten. “Si usted tiene una persona menos trabajando un turno en un restaurante, tal vez el servicio es más lento, pero si usted tiene una persona menos en el cuidado de niños, entonces están violando la ley”, afirmó Wilkin, quien solía cubrir el 100% de los seguros de salud, odontológicos y de vida de los empleados, pero este año está considerando cambios. “Es una industria de bajos salarios. Quiero pagar a mis maestros más dinero”, remarcó. Sin embargo, expresó que no puede cobrar mucho más de lo que ya lo hace, porque el estado limita la suma que los centros cobran para cuidar a los hijos de padres de bajos ingresos.

Este año, los centros recibirán una tarifa estándar de $875 al mes para el preescolar de tiempo completo para cada niño con un subsidio. Parte de ese costo es pagado por el estado, y algunos son pagados por los padres, dependiendo de sus ingresos.

En realidad, el costo para los proveedores de cuidado infantil por un mes de preescolar de tiempo completo varía de $ 800 a $ 1,500, según el área.

El salario mínimo aumentó los ingresos de los trabajadores principiantes en los centros de Wilkin, pero ella no ha podido aumentar mucho los salarios de los maestros con más experiencia.

Para Kristin Schumacher, analista del California Budget & Policy Center, si los proveedores de cuidado infantil tienen que seguir reduciendo beneficios y comprimiendo su escala de sueldos pueden tener dificultades para retener a sus trabajadores. “¿Por qué preocuparse por los niños todo el día cuando puedes uno puede trabajar y ganar más en Costco?”, reflexionó Schumacher.

Natalie.Kitroeff@latimes.com

Siga en Twitter a @NatalieKitro.

Traducción: Diana Cervantes

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