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¿La calificación de ‘aprobado/no aprobado’ frenará la disminución de la matrícula en colegios comunitarios de California?

Estudiantes caminan junto a un edificio del City College de Los Ángeles.
Se ha autorizado una mayor flexibilidad hacia un sistema de calificación de aprobado/no aprobado para los colegios comunitarios de California.
(Al Seib / Los Angeles Times)
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La primavera pasada, Josh Potgieter enfrentó una grave crisis de salud mental. El estudiante de un colegio comunitario de San Diego había tomado un trabajo adicional para pagar la renta. La responsabilidad combinada con el estrés de las labores universitarias y el peso de la pandemia exacerbaron su ansiedad y depresión.

Potgieter se vio afectado emocionalmente. Le preocupaba su clase de biología, una clase obligatoria que necesitaba tomar para transferirse a una universidad. La biología no era su punto fuerte y temía que una calificación baja pudiera arruinar su promedio, lo que podría poner en peligro su sueño de asistir a una universidad competitiva de cuatro años.

Pero si dejaba la clase, perdería la ayuda financiera que necesitaba para permanecer en la escuela. En cambio, optó por una calificación de “aprobado/no aprobado”, obteniendo crédito por la clase sin afectar su promedio (GPA por sus siglas en inglés) o el apoyo financiero.

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“Era una cosa menos de la que tenía que preocuparme”, expresó Potgieter, de 20 años, quien ahora estudia ciencias políticas en UC Berkeley.

En un momento en que la caída en la inscripción en los colegios comunitarios de California es drástica, provocada en parte por las dificultades de la pandemia que obligaron a los estudiantes a conseguir un trabajo en lugar de educación, el sistema se ha movido para adoptar permanentemente un sistema de calificación de aprobado/no aprobado más indulgente: un salvavidas de expedientes académicos diseñado para evitar que los alumnos abandonen los estudios.

Los estudiantes tendrán hasta el último día de clases antes de los exámenes finales para decidir si quieren una calificación con letra o un crédito de aprobado/no aprobado para proteger su GPA. Además, pueden optar por un “retiro justificado” por dificultades relacionadas con el coronavirus para evitar una sanción en el expediente.

Pero el generoso cronograma y las opciones de calificación, aprobadas la semana pasada por la Junta Directiva, conllevan un riesgo considerable para el proceso de transferencia hacia las universidades, incluidos muchos en los sistemas de la Universidad de California y la Universidad Estatal de California, que requieren calificaciones con letras en materias básicas.

Los Colegios Comunitarios de California y los defensores de los estudiantes sostienen que la atención cuidadosa por parte de los consejeros académicos y los alumnos puede abordar este problema.

Creen que se necesita una mayor flexibilidad en el uso de las opciones, que se promulgaron como medida de emergencia en 2020 cuando la pandemia obligó a cerrar los campus, es necesaria casi dos años después para mantener a los estudiantes inscritos, especialmente aquellos de poblaciones desatendidas que se han visto afectadas de manera desproporcionada por la pandemia.

La decisión sobre esta forma de calificación es otro ejemplo más de cómo la pandemia ha alterado permanentemente la forma en que los colegios comunitarios abordan las necesidades de los alumnos.

Los cambios que alguna vez se consideraron temporales, que incluyen más opciones de clases en línea y ofrecen subvenciones para necesidades básicas, se han vuelto necesarios para que los estudiantes que se sienten presionados sigan cursando estudios superiores.

“Esto es un testimonio de que esta es nuestra nueva normalidad. Necesitamos aceptarla y aprender de ella”, subrayó Marty Alvarado, vicerrector ejecutivo de servicios educativos de los Colegios Comunitarios de California.

Potgieter, quien creció en el sistema de cuidado adoptivo, sabe de primera mano cómo la carga del estrés financiero fue un gran obstáculo al tratar de permanecer en el colegio comunitario.

“La ansiedad y la depresión afectan a las personas que provienen de entornos de bajos ingresos en niveles más altos, en comparación con aquellos que provienen de la clase media y alta, también es más probable que quienes asisten a los colegios comunitarios tengan ingresos más bajos y necesiten mayores recursos”, señaló Potgieter.

La Campaign for College Opportunity cree que la flexibilidad es clave.

“Sabemos que cuando un estudiante universitario deja la escuela, a menudo se retira para nunca volver. Esto podría ser el factor determinante en lo que persiguen en términos de su carrera y trayectoria de vida”, señaló Jessie Ryan, vicepresidenta ejecutiva de la organización.

Las universidades han aumentado los esfuerzos para reclutar nuevos estudiantes y reconectarse con los que se fueron. El trabajo dentro del Distrito de Colegios Comunitarios de Los Ángeles, compartido durante una reunión de la Junta Directiva esta semana, incluyen anuncios publicitarios y de radio que promocionan Los Angeles Harbor College. En Los Angeles Trade Tech College se están realizando intentos de llegar a 12.000 estudiantes que no han regresado a la escuela.

“Cualquier cosa que podamos hacer para eliminar las barreras una vez que estén dentro, creo que es nuestra responsabilidad hacerlo”, manifestó Ryan.

Una mayor capacidad para elegir un sistema de aprobado/no aprobado o un retiro justificado, que se registra en un expediente académico como una clase abandonada debido a una circunstancia atenuante, generalmente se considera una herramienta útil, detallan los defensores.

Pero los estudiantes que sueñan con obtener una licenciatura deberán ser cautelosos en sus decisiones de calificación, ya que no existen políticas uniformes entre las universidades para guiar las decisiones.

“Hay 100 universidades privadas solo en California, 23 del sistema CSU y nueve del UC. A menos que haya una comprensión estandarizada de cómo se aceptarán o procesarán estas calificaciones de aprobado/no aprobado en estas escuelas, creo que debemos tener mucho cuidado con la forma en que difundimos la información”, enfatizó Armando Durán, decano de consejería y asesoramiento de servicios estudiantiles de Pasadena City College (PCC).

Los expertos en inscripción y asesoramiento de PCC explicaron que se aconseja a los alumnos que no utilicen la opción para los requisitos principales, que hablen con los consejeros y se conecten con los funcionarios de admisiones en cada una de las universidades que les interesen para asegurarse de que sus decisiones de calificación no perjudiquen las posibilidades de ser aceptados.

Para las clases de educación general y optativas, tener más tiempo para elegir su opción de calificación les da a los estudiantes la oportunidad de tomar una decisión informada.

“Si un estudiante termina con una calificación ‘A’ en la clase, genial, eso está mejorando su GPA y no hay necesidad de que consideren el sistema de aprobado o no aprobado”, indicó Sharis Azar, consejera de PCC. “Pero si obtienen una calificación más baja de lo que esperaban, y contaban con un puntaje más alto, ahora existe la opción de considerar y tienen todo el semestre para ponerse en contacto con alguien para hablar con ellos sobre la decisión”.

En Cal State, los cursos de comunicación escrita, comunicación oral, pensamiento crítico y matemáticas no serían elegibles, ni algunas clases que funcionan como requisitos previos para inscribirse en cursos de división superior. También podrían surgir desafíos cuando se trata de programas de posgrado “que a menudo consideran cursos específicos y las calificaciones para determinar si un estudiante es elegible para la admisión en su programa”, señaló Andrew Wright, director de admisiones de Cal State Long Beach.

En UCLA, se aceptó “aprobado” como crédito para los cursos de invierno, primavera y 2020 debido a la pandemia. Desde el otoño de 2020 en adelante, esa opción de calificación no se ha otorgado para los cursos de preparación principales.

“Los cursos que no son de preparación principal y que se toman para satisfacer los requisitos de educación general y/o para cumplir con los requerimientos de la unidad de transferencia se pueden cambiar a una calificación de aprobado. Aceptaremos resultados de ‘aprobado’ en cursos de inglés y matemáticas, pero también preferiremos calificaciones con letras en esos cursos”, detalló Gary Clark, director de administración de inscripciones de UCLA.

Los requisitos están destinados a garantizar que los estudiantes estén bien preparados para su licenciatura cuando se transfieran a ese sistema.

“Requerimos algunas de las evaluaciones de materias principales para alrededor de 35 licenciaturas diferentes porque eso realmente los preparará para ahorrarles tiempo y dinero una vez que ingresen a nuestro campus, que estén lo más preparados posible”, indicó la vicerrectora adjunta de UC Santa Cruz, Michelle Whittingham.

Un análisis de un colegio comunitario estatal mostró que, si bien la opción de retiro justificado aumentó durante la pandemia, la opción de aprobado/no aprobado no se ha utilizado ampliamente. Una de las razones puede deberse a que no conocen la opción.

“Si los estudiantes tuvieran una muerte en su familia, abandonarían la clase como es la práctica estándar”, señaló Iulia Tarasova, representante estudiantil del sistema durante la reunión de la junta. “Los alumnos no serían proactivos”, explicó, a menos que tengan una fuerte conexión con un consejero o profesor.

Alvarado espera que eso cambie. Los funcionarios universitarios indicaron que una mejor estrategia de comunicación es parte del plan para garantizar que los estudiantes comprendan sus opciones.

“Estos cambios permanentes permitirán que los alumnos tengan al menos cierta estabilidad en su rendimiento académico”, comentó Gerardo Chávez, presidente del Senado Estudiantil de los Colegios Comunitarios de California y estudiante del Colegio Comunitario de Riverside City.

Chávez, de 23 años, comentó que la pandemia ha afectado a los alumnos que a menudo se han convertido en los principales proveedores de las familias afectadas por el virus, retrasando sus estudios académicos para pertenecer a la fuerza laboral.

“Especialmente para los estudiantes que provienen de un entorno de clase trabajadora, es muy difícil para ellos dedicarse por completo a su educación cuando existe la cuestión de quién trae el pan a la mesa”, enfatizó.

Tener más tiempo para decidir si optar por aprobado/no aprobado o solicitar un retiro justificado podría marcar una gran diferencia para los alumnos cuyas prioridades han cambiado, agregó.

Para Potgieter, esta opción marcó la diferencia para estar tranquilo en relación a su clase de biología, que no era una asignatura obligatoria para su licenciatura en ciencias políticas.

“Si no se me hubiera permitido optar por la opción de calificación de aprobado/no aprobado, el estrés añadido habría exacerbado mis discapacidades”, comentó. “Me temo que la presión adicional, combinada con los escasos recursos de salud mental e incapacidad en mi colegio comunitario, me pudo haber impedido aprobar mis cursos y transferirme a UC Berkeley”.

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