EE.UU. y sus políticos, ante las primeras votaciones de 2016
EE.UU./AP — Primero fue la promesa de cambio político en la histórica elección de Barack Obama en 2008. Después la de dar la vuelta a las formas políticas de Washington tras el avance del Tea Party en 2010.
Pero para algunos estadounidenses, el cambio y los avances han sido demasiado lentos, o no llegaron a realizarse. En la víspera de la primera cita electoral de cara a los comicios presidenciales de 2016, esos electores presionan para acciones más enérgicas e inflexibles con una intensidad que ha sacudido tanto a los mandos del Partido Republicano como del Partido Demócrata.
Los candidatos Bush y Clinton —miembros de dos de las familias de la élite política del país— y otros con profundos vínculos con la dirección de las formaciones se han visto inesperadamente desafiados por un empresario multimillonario reconvertido en estrella de la telerrealidad, un joven senador abalado por los líderes republicanos y un descarado socialista demócrata.
“Muchas personas sienten que el status quo es una máquina que los está moliendo”, dijo la senadora demócrata Claire McCaskill. “Todos ellos están gravitando hacia candidatos que son inquietantes y prometen cambios enormes”.
De hecho, las campañas de los republicanos Donald Trump y Ted Cruz, así como el demócrata Bernie Sanders, se han alimentado por meses de enojo, frustración y ansiedad ante el panorama económico y la seguridad nacional que está innegablemente cambiando, y un sistema político que algunos electores consideran indispuesto o incapaz de enfrentar nuevos desafíos.
Los salarios apenas alcanzan y el costo de la vivienda, educación y salud están subiendo. El país tiene hoy más diversidad racial y étnica que en cualquier otro momento en su historia, con datos del censo proyectando que los blancos estadounidenses representarán menos de la mitad de la población para la mitad del siglo. Las nuevas amenazas terroristas que surgen desde Medio Oriente se sienten confusas y también demasiado cercanas a casa.
Los caucuses del lunes en Iowa ofrecerán la primera evidencia sólida de si los candidatos externos pueden convertir en votos la energía de sus campañas. Trump y Cruz han estado peleando por la supremacía en Iowa, mientras Sanders ha hecho mella en la ventaja de Hillary Clinton en la contienda demócrata.
Sanders, un independiente que pertenece a grupos demócratas en el Congreso, pasó años peleando contra la influencia de los ricos y los intereses corporativos en la política estadounidense. Sin embargo, incluso él se dice sorprendido de lo que está sucediendo.
“Mi instinto me dijo que este mensaje resonaría entre los estadounidenses, pero para ser honesto, ha resonado más fuerte y rápido de lo que hubiera pensado”, dijo Sanders a The Associated Press.
Las preocupaciones de los estadounidenses sobre la trayectoria del país no son nuevas. Por años, los sondeos han mostrado que una enorme mayoría opina que el país va en la dirección equivocada.
Una encuesta reciente de AP-GfK mostró que 74% de los estadounidenses tienen una idea negativa de la dirección del país; 51% de los republicanos y 38% de los demócratas mencionaron al menos una razón política de su opinión negativa, mucho más que un motivo económico o relacionado con la política internacional.
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