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EE.UU. despide a Nancy Reagan en un emotivo funeral repleto de personalidades

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Estados Unidos despidió hoy a su ex primera dama Nancy Reagan, fallecida el 6 de marzo a los 94 años, en un emotivo funeral celebrado en Simi Valley (California), que contó con la presencia de 1.000 invitados, incluidos varios representantes de la clase política estadounidense.

Al evento, que tuvo lugar en la biblioteca presidencial Ronald Reagan, acudieron la primera dama Michelle Obama; el expresidente George W. Bush y su esposa, Laura; la aspirante a la nominación presidencial demócrata Hillary Clinton; el gobernador de California, Jerry Brown, y el exgobernador de California Arnold Schwarzenegger, entre otros.

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“En los meses antes de la muerte de mi padre, mi madre repetía que debía estar con él en su último momento”, recordó Patti Davis, hija del matrimonio.

“Su determinación al respecto era feroz. Debía estar a su lado cuando dejase este mundo. Yo le dije que eso quedaba en manos de Dios. Finalmente, allí estuvo. Y pensé: incluso Dios no tiene el arrojo de discutir con ella”, comentó, provocando las risas cómplices de los asistentes.

“Cuando su salud fue a peor se mostró firme e insistente en su deseo de reunirse con mi padre tras su muerte. Espero, para la tranquilidad de Dios, que así sea. El amor que se profesaban el uno por el otro era el sustento que necesitaban”, manifestó.

Patti Davis, que reconoció las tiranteces que marcaron la relación con su madre, sorprendió no obstante con su sentido del humor, sobre todo cuando mencionó una anécdota que incluía al masajista de su padre.

“Mi padre estaba tumbado recibiendo el masaje, y mi madre se acercó sigilosamente y le dio un beso en la nuca. No sabía que fue ella. Cuando el masajista se marchó, mi padre dijo que había que despedirlo y comentó lo del beso. Al final, le dijo que fue ella”, explicó Davis.

“Esta anécdota la volvió a contar poco antes de morir. Fue la última vez que la escuché reír”, añadió.

El último en hablar fue Ronald Prescott Reagan, hijo del matrimonio, quien señaló que el evento era “una celebración y no una tragedia”, como quería que fuera la propia Nancy Reagan.

“A ella le encantaban las fiestas. Quería que su despedida lo fuera también”, apuntó.

Ronald Prescott Reagan recalcó el papel fundamental que jugó su madre en la decisión de su padre de presentarse como aspirante a la Casa Blanca.

“No hubiera existido el presidente Reagan sin Nancy. Fue la absoluta fe de Nancy en las posibilidades de Ronald lo que le llevó a dar el paso. Fue ella quien lo animó, quien lo guió. En ella siempre encontró refugio. Juntos, eran más que la suma de sus partes. Juntos llegaron donde quisieron”, valoró.

Al margen de los discursos de sus hijos, el momento más destacado fue la lectura por parte del ex primer ministro canadiense Brian Mulroney de una carta escrita por Ronald para Nancy en 1981, que contenía el siguiente extracto: “No hay vida para mí sin ti. Vivo en una eterna Navidad porque Dios me dio a ti”.

Los Reagan estuvieron casados durante 52 años y la lectura de esa misiva fue una petición expresa de Nancy Reagan en su testamento, según confirmó Melissa Giller, portavoz de la biblioteca presidencial Ronald Reagan.

Giller aseguró que Nancy Reagan preparó todos los detalles de su funeral, incluidas las flores (rosas y peonías, sus favoritas) que aparecerían sobre su féretro.

El acto comenzó con el Himno de la Batalla de la República, cantado por el coro del instituto Santa Susana, y una lectura a cargo de Anne Peterson, sobrina de Nancy Reagan. A continuación sonaron el “Ave María” y “Pie Jesu-Requiem”, cantadas por la soprano puertorriqueña Ana María Martínez.

Después intervinieron Barton Hegeler, sobrino de Nancy Reagan, así como los periodistas Diane Sawyer y Tom Brokaw.

El funeral concluyó con una homilía del reverendo Stuart Kenworthy, a la que se sumó una versión de “Amazing Grace” con la gaita de Bill Boetticher mientras el féretro de Nancy Reagan se transportaba a su tumba, momento en el que se entonó el “God Bless America”.

Así Nancy Reagan veía cumplida su última voluntad, la de ser enterrada junto al cuerpo de su marido “lo más cerca posible”.

Entre las celebridades que asistieron al funeral se encontraban Katie Couric, Bo Derek, Anjelica Huston, Larry King, Tom Selleck, Tina Sinatra, Gary Sinise, John Stamos e incluso Mr. T, conocido por la serie “The A-Team”.

Durante el miércoles y el jueves, el ataúd con el cuerpo de Nancy Reagan permaneció en la biblioteca presidencial Ronald Reagan para que la población pudiera acudir a dar su último adiós. Cerca de 6.000 personas presentaron sus respetos en esas fechas, indicó Giller. EFEUSA

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