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Senadores republicanos alarmados por comentarios de Trump

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El revuelo causado por las críticas de Donald Trump a la familia de un capitán del ejército caído en combate pone en apuros a los senadores republicanos que enfrentan campañas de reelección reñidas y es un ejemplo de los desafíos políticos que provoca a sus propios correligionarios el candidato republicano a la presidencia.

El escándalo en torno a los comentarios de Trump sobre la familia Khan podría ser un adelanto de lo que se viene y del delicado análisis que tendrán que hacer los candidatos republicanos al Congreso a la hora de decidir hasta qué punto alinearse con el volátil magnate.

Encabezados por John McCain, ex prisionero de guerra, varios senadores republicanos que buscan la reelección criticaron los reiterados comentarios de Trump sobre los padres del capitán del ejército estadounidense Humayun Khan, muerto en combate en Irak. Y el martes, un representante de Nueva York pasó a ser el primer legislador republicano que dice que votará por la candidata demócrata Hillary Clinton.

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McCain emitió un largo comunicado en el que dijo que Trump no tiene derecho “a difamar a algunos de los mejores de nosotros”.

“Espero que los estadunidenses entiendan que esos comentarios no representan el sentir de nuestro Partido Republicano, sus dirigentes ni sus candidatos”, agregó.

El senador Charles Grassley dijo que las palabras de Trump “no coinciden con mis creencias sobre cómo se debe tratar a los miembros de las fuerzas armadas y a sus familares”.

El senador Richard Burr afirmó que “el capitán Khan es un héroe estadounidense en todo el sentido de la palabra y los Khan merecen nuestro sincero agradecimiento”.

Sin embargo, como los demócratas se encargan de hacer notar, la mayoría de los republicanos que critican a Trump ya se habían comprometido a votar por él y por ahora nadie la ha retirado su respaldo.

Varios, incluidos el líder de la cámara baja Paul Ryan y el líder de la mayoría en el Senado Mitch McConnell, evitan mencionar al magnate por su nombre.

“No importa lo que Trump haya dicho o hecho, desde los vergonzosos ataques personales hasta sus comentarios racistas, John McCain está ciegamente comprometido a ‘apoyar al nominado’’’, afirmó Max Croes, director de campaña de la rival demócrata de McCain, la representante Ann Kirpatrick.

“Ya pasó el momento para que McCain asuma una postura de principios y le dé la espalda a Trump”, sostuvo Croes.

Todo el revuelo actual fue causado por las acusaciones de Trump a Khizr y Ghazala Khan, cuyo hijo murió en combate en Irak en el 2004. Trump se quejó de que Khizr Khan lo “atacó brutalmente” al presentarse en la convención demócrata con una constitución en la mano y preguntar si Trump la habría leído alguna vez, afirmando de paso que el magnate jamás había hecho un sacrificio.

Trump respondió diciendo que sí había hecho sacrificios y preguntando por qué Ghazala Khan no había hablado pese a presentarse en el escenario. La madre del soldado muerto dijo después que no lo hizo porque se sentía abrumada.

La agitación en torno a los Khan se suma a una serie de dilemas que genera Trump a los senadores republicanos, que necesitan su apoyo para captar el voto de los fieles partidarios del millonario, pero se arriesgan a ahuyentar a republicanos moderados, independientes, minorías y mujeres si expresan su total respaldo al candidato a la presidencia.

“No hay duda de que Donald Trump le está complicando mucho las cosas a los candidatos a la Cámara de Representantes y al Senado en la votación de noviembre”, expresó Brian Walsh, estratega republicano y ex vocero del Comité Senatorial Nacional Republicano.

En un editorial del diario Syracuse Post-Standard, el representante republicano Richard Hanna dijo que no basta con condenar los comentarios de Trump. “No está capacitado para servir a nuestro partido y no puede liderar este país”, afirmó.

El legislador dijo que, si bien tiene muchas diferencias con Clinton, “confío en que puede liderar”.

Los candidatos deben también decidir si aparecen junto a Trump cuando el millonario hace campaña en sus estados. Cuando Trump se presentó en un acto en Columbus, Ohio, el lunes, el senador republicano Rob Portman no se hizo ver, supuestamente porque tenía programados otros compromisos. La misma excusa esgrimió Grassley al no aparecer por un acto de Trump en Iowa la semana pasada.

Estratega huye del Partido Republicano y de Trump

Hace menos de cuatro años, el Partido Republicano escogió a varios dirigentes prestigiosos para ayudarlo a salir adelante. Esta semana, una de ellos anunció su renuncia al partido... expulsada por Donald Trump.

Sally Bradshaw no es un nombre conocido por el gran público, pero su decisión estremeció a todos los profesionales de la política. Colaboradora durante muchos años del gobernador de Florida Jeb Bush, Bradshaw era miembro del grupo de cinco estrategas encargado de identificar las falencias del partido y formular recomendaciones para ganar la Casa Blanca después de la derrota de 2012.

Ahora, dice, votará por la demócrata Hillary Clinton si la contienda en su estado de Florida se vuelve demasiado reñida.

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