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Curso gratuito de tapicería abre nuevas puertas laborales

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Alguien le regaló dos paneles de puerta para coche y como no tenía otra opción, Ernie Romero se los llevó a pie hasta su casa. Sin saberlo, ese sería el inicio de una carrera de más de 43 años.

“Camino a mi casa pasé por una tapicería y el dueño me vio cargando los paneles de las puertas y así nomás, me preguntó que si quería a aprender a ser tapicero. Le dije que sí”.

Romero apenas tenía 15 años cuando Ángel B. González le ofreció el trabajo en la tapicería, pero desde los 5 años armaba y desarmaba cuanta cosa le provocaba curiosidad.

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De hecho, el ahora profesor de tapicería en la escuela de Educación Continua de San Diego afirma que los buenos tapiceros son apasionados del trabajo con las manos y de la satisfacción de ver la obra terminada.

Un recorrido al taller de tapicería que se ubica en el Educational Cultural Complex (4343 Ocean View Blvd.), lo deja a uno con ganas de cortar, coser y doblar los coloridos materiales que regresan a la vida dilapidados asientos de coche o a aquél sofá que lleva más de 20 años en la familia.

El programa gratuito de tapicería inició en Educación Continua en 1973. Romero ha estado a cargo del mismo desde hace 28 años y lo ha visto crecer de un par de máquinas de coser y un puñado de estudiantes, a contar con más de 100 000 dólares en equipo profesional de tapicería y 26 alumnos por clase.

“No es recomendable que haya más (alumnos) porque cada proyecto es intrincado y hay que enseñarles paso por paso”, dijo Romero.

Eso les consta a Joaquín Martínez, originario de Tijuana, y a Alfonso Verdín de San Diego, que desde junio asisten a las clases de lunes a jueves de 7 a.m. a 1 p.m.

Martínez cocina hamburguesas en un restaurante de comida rápida, pero desea dedicarse mejor a la tapicería abriendo su propio taller. Junto con Dale están retapizando el asiento de un Impala 1962 con la técnica “tuck and roll” que Verdín dice es difícil pero “se ve muy bien”. Ambos han disfrutado inmensamente el curso básico que lleva 250 horas de instrucción.

Al terminarlo, pueden seguir con el curso especializado en automóviles, de 350 horas de duración y después, si lo desean, proseguir con el de muebles, de 250 horas de duración.

A decir de Romero, aproximadamente el 25 por ciento de los estudiantes cursan los tres módulos, que en total implican 850 horas de instrucción, pero reciben un certificado que puede abrirles muy buen camino en el ámbito laboral. “Casi todos los días recibo llamadas de talleres de tapicería preguntándome si tengo gente que mandarles para trabajar”, dijo Romero.

De hecho, ese es el motivo por el que la Escuela de Educación Continua decidió abrir este programa, tras realizar investigaciones de mercado que demostraron una demanda en ese rubro debido a que los veteranos de la industria se han venido jubilando en las últimas décadas.

A las clases llega de todo, explica Romero, jóvenes, jubilados, hombres y mujeres, de todas las etnias y de todos lados, pero todos tienen en común una inclinación artística.

En cuanto a los ingresos que pueden esperarse como tapicero profesional, el profesor Romero indica que casi siempre el sueldo base es de 11 a 15 dólares la hora, y en el caso de los automóviles se puede llegar a ganar hasta 35 la hora, y hasta 20 en el caso de los muebles.

Mucha gente también opta por abrir sus propios pequeños negocios. De hecho, si algo quisiera añadir Romero a su programa, es instrucción para los alumnos de cómo iniciar su propia micro empresa.

¿El otro sueño de Romero?

“Quisiera que regresara el artesano… Hay muchos técnicos, pero faltan más de aquellos maestros artesanos de antaño…”, y su mirada parece perderse en el recuerdo de Ángel B. González, a quien alcanzó a darle las gracias y decirle adiós antes de que descansara para siempre.

Más información

Para obtener mayores informes sobre el Programa de Tapicería de la Escuela de Educación Continua, visite sdce.edu/job-training/upholstery (sitio en inglés) o llame al 619-388-4956 de lunes a viernes de 10 a.m. a 7 p.m. (en inglés). Las clases son gratuitas para residentes de San Diego.

Las clases se imparten en el Educational Cultural Complex ubicado en 4343 Ocean View Boulevard, San Diego, 92113.

El profesor Ernie Romero y su asistente, Michael Mendoza hablan español.

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