Detiene ICE a migrantes... alcoholizados

AGENCIA REFORMA/MÉXICO —  Cerca de la mitad de los 675 migrantes arrestados durante las redadas en Estados Unidos desde que Trump asumió la presidencia no tenía antecedentes penales o había cometido delitos por tráfico de drogas, el delito más grave de la mayoría había sido conducir alcoholizados, según datos obtenidos por el diario The Washington Post.

Los registros proporcionados por los asesores del Congreso ofrecieron este viernes una mirada más detallada sobre los antecedentes de los individuos arrestados y considerados para ser deportados por agentes de inmigración y aduanas en ciudades como Los Ángeles, Chicago, Atlanta, San Antonio y Nueva York.

Del total de personas arrestadas con cargos criminales -498 personas- el 29 por ciento corresponde a tráfico de drogas; 14 por ciento por asalto y 43 por ciento por “otros cargos”.

Dos personas fueron condenadas por asesinato, 80 por asalto y 57 por “drogas peligrosas”.

El grupo más grande -163 migrantes condenados por delitos de tráfico- sólo fueron mencionados brevemente. Sin embargo, el 90 por ciento de estos casos tenían que ver con conducción bajo los efectos del alcohol, informó el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés).

De los detenidos en las redadas, 177 no tenían antecedentes penales, aunque 66 tenían cargos pendientes, en gran parte relacionados con migración.

El total de detenciones tras dos meses de operativos representa un aumento del 32 por ciento en las detenciones de deportación durante el mismo periodo durante 2016.

Aunque los funcionarios de la Administración de Trump indicaron que la mayoría eran delincuentes 5 mil 441 no lo eran, del doble del número de migrantes indocumentados arrestados por agentes en 2016.

Trump ha reiterado que las amenazas a la seguridad nacional son su máxima prioridad. Poco después de haber sido elegido Presidente de EU, prometió deportar a criminales serios para el país, pero los críticos indican que los agentes de inmigración se han dirigido a estudiantes, padres de ciudadanos estadounidenses que no tienen antecedentes penales graves y delincuentes menores.