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Mayor presencia de hispanos en sistema judicial asegura defensa de comunidad

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Cada vez que un estudiante latino opta por convertirse en abogado la comunidad hispana gana terreno en la defensa de sus derechos y de poder tener procesos justos, asegura Cruz Reynoso, el primer latino en convertirse en juez de la Corte Suprema de California.

“Poco a poco, la gente latina tiene más amparo y eso es porque hay más abogados y jueces hispanos, la situación va bien pero podría mejorar”, advirtió Reynoso en una entrevista con Efe.

El camino para lograr que haya más representación latina en el sistema judicial de Estados Unidos no ha sido fácil, tal como atestigua este hombre de leyes, de 86 años y profesor de la Facultad de Leyes de la Universidad de California de Davis.

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Nacido en 1931, en Brea, California, Reynoso es el tercero de once hermanos, hijos de dos inmigrantes mexicanos que llegaron a EE.UU. provenientes de Los Altos de Jalisco.

Cuenta que su familia tuvo que librar batallas contra la injusticia y la discriminación. Junto a sus hermanos, el latino tuvo que estudiar en escuelas segregadas y de baja calidad, donde sólo estudiaban mexicanos con materiales educativos dejados por los niños blancos.

“Nos dijeron que nos enviaban a estudiar en esas escuelas porque no hablábamos inglés, pero esa razón no me convenció nunca porque nosotros hablábamos inglés perfectamente”, recuerda.

Reynoso trabajó desde niño en el campo y al mismo tiempo no paró de estudiar hasta graduarse de la Universidad de California Berkeley, de donde salió como el único hispano de su clase.

Desde entonces se convirtió en un pionero en el sistema judicial estatal. Fue el primer director hispano de la organización California Rural Legal Assistance (CRLA), que brindaba ayuda legal a los trabajadores rurales pobres del estado, y también fue uno de los primeros profesores de leyes de ascendencia hispana.

Una de las cumbres de su carrera llegó cuando en 1982 se convirtió en magistrado de la Corte Suprema de California, el primer latino en cruzar este hito, tras ser designado por el gobernador Jerry Brown, durante su primer mandato (1975-1983).

A partir de ahí, de a pocos han empezado a surgir en el ámbito judicial y político abogados, fiscales, jueces y legisladores hispanos que, como Reynoso, son en su mayoría descendientes de mexicanos, en un estado con un gran mayoría hispana.

Un caso reciente es el nombramiento este año de Xavier Becerra como Fiscal General de California, el primer latino en ocupar este cargo y que en sus nueve meses en el puesto ha liderado varias batallas contra la actual administración en la Casa Blanca y en defensa de los indocumentados.

“Afortunadamente en California tenemos un procurador latino que esta oponiéndose a cualquier reglamento que pueda perjudicar a nuestra comunidad”, aseveró Reynoso, que ve en la lucha de Becerra semejanzas con la lucha que él mismo libró décadas atrás.

La trayectoria de Reynoso ha sido un modelo a seguir incluso para indocumentados como el mexicano Sergio García, quien tras una batalla de años ha sido el primero en lograr ejercer la abogacía sin contar con un estatus legal.

“Somos dos generaciones, una sola misión. El Juez Reynoso es un gran hombre”, aseguró a Efe García.

Para Reynoso, es clara la necesidad de más abogados latinos defendiendo a su comunidad, especialmente porque muchos inmigrantes son de bajos recursos económicos y no tienen como acceder a una defensa legal.

“Estos jóvenes tienen mucha ambición de representar a sus clientes y defenderlos, y afortunadamente en las facultades de leyes están aumentando estos estudiantes, por el momento vamos bien”, estimó Reynoso, quien saludó el creciente número de legisladores en la Asamblea estatal.

Sin embargo, el jurista cree que la defensa de la comunidad latina no sólo se debe hacerse desde las cortes, sino también desde otros puestos de liderazgo y en campos como la educación, la medicina y las ciencias.

Cuándo se le pregunta sobre un posible retiro, Reynoso sonríe y dice que le gustaría disfrutar de las maravillas del campo californiano, pero siente que tiene una responsabilidad de seguir educando al universitario hispano para que luche por sus propias causas y no dejen en manos de otros las riendas de su destino.

“Todavía nos queda mucho por hacer, vamos por buen camino pero no podemos quedarnos con esto, tenemos que prepararnos para ser la mayoría”, valoró.

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