El FBI investiga a ‘agentes sexuales’ en Tijuana que conectan hombres para explotar menores de muy corta edad
“Es William, de esta noche. Precious era extraña y divertida. Ya estoy pensando en volver el próximo jueves. Por favor, envíame fotos de tres o cuatro de las más jóvenes, así puedo elegir”.
Investigadores del FBI sostienen que William Dixon Adelman, un hombre de 51 años, de Studio City, envió el pedido a un agente sexual de Tijuana el 3 de julio de 2015, el mismo día en que los registros de cruce fronterizo muestran que regresó a los Estados Unidos desde México.
“Delgada, bonita... como Precious pero más pequeña”, continuaba la solicitud. “¿Tienes un departamento seguro? La gente del hotel enloquecería ¿no es cierto?”.
El agente respondió que tenía un “buen” lugar en mente, pero que se necesitaban reservas: “En ese lugar puedes llevar a chicas realmente jóvenes; 9, 10, 11”.
Los correos electrónicos, utilizados para enjuiciar a Adelman tras su arresto este mes, por cargos de viajar con la intención de tener relaciones sexuales ilícitas, ofrecen una mirada a un nicho de la industria del turismo sexual en Tijuana: hombres que buscan explotar a menores de muy escasa edad.
El agente especial de supervisión del FBI en San Diego, Joseph Rothrock, señaló que la agencia investigó entre tres y cuatro casos en los últimos seis meses, de estadounidenses que viajan con la intención de tener relaciones sexuales con menores de edad. Al menos dos de los casos recientes, incluido el de Adelman, provienen de un hombre de Tijuana acusado de establecer encuentros sexuales entre ciudadanos de los Estados Unidos y niños pequeños. Un tercer caso involucra las Filipinas. El funcionario señaló que los casos son el resultado inicial de una constante iniciativa para enfrentar el tráfico de niños en México, que se lleva adelante con la ayuda de las autoridades de ese país.
“Todos nuestros socios de agencias del orden están tratando de manejar esta información y evaluar cuán grande es esto”, expuso Rothrock, quien supervisa el Grupo de Delitos Violentos del FBI y se negó a discutir los detalles de los casos, incluso si se ha identificado o rescatado a alguna víctima.
La prostitución es tolerada desde hace tiempo en la Zona Norte de Tijuana, donde los clientes, muchos de ellos estadounidenses, encuentran fácilmente comercio sexual en la calle o en burdeles. Sin embargo, la oferta de menores de escasa edad ocurre de manera más encubierta, sostienen las autoridades.
“Es tan fácil como entrar a internet para obtener lo que se quiere”, expresó Marisa Ugarte, una extrabajadora social de Tijuana y fundadora de Bilateral Safety Corridor Coalition, una organización de servicio con sede en National City, California, para víctimas del tráfico sexual.
Muchos de los niños son criados en otras áreas de México, explicó Ugarte. Algunos son huérfanos, inmigrantes menores no acompañados o vendidos por sus padres. Algunos son secuestrados, precisó también.
Desde hace tiempo se sabe que el tráfico sexual infantil es un problema en Tijuana, pero no hay datos oficiales que sugieran lo prolífico que es.
Las investigaciones en Tijuana comenzaron en diciembre pasado, cuando un ciudadano de los Estados Unidos denunció al agente ante el FBI. Las autoridades encontraron a este intermediario -cuyo nombre se desconoce-, lo entrevistaron y accedió a su correo electrónico y las comunicaciones de Facebook con varios de sus clientes clientes (el agente negó haber proporcionado acceso a los niños, pero admitió que se comunicó con varias personas para el armado de tales transacciones, de acuerdo con los registros judiciales. El hombre admitió haber proporcionado a los clientes acceso a adultos para tener relaciones sexuales).
Las comunicaciones indican que Adelman y otro hombre, Kenneth Bigler, de 52 años y residente de Walnut, viajaron por separado a Tijuana varias veces durante los últimos años, ya sea para mantener relaciones sexuales con menores o con la intención de hacerlo, según las denuncias presentadas en el tribunal federal de San Diego. Los investigadores señalaron que los registros del cruce fronterizo de los Estados Unidos y México corresponden con sus mensajes.
Ambos se declararon inocentes. El abogado de Adelman se negó a discutir el caso, y el de Bigler no respondió al pedido de comentarios.
Al responder a la solicitud de Adelman de una niña “más pequeña”, el 8 de julio de 2015, el agente respondió que acababa de regresar de Sinaloa con dos chicas hermosas, “completamente nuevas”, según las comunicaciones.
Más tarde, los mensajes comenzaron a referirse a las niñas como “automóviles” con “millaje”, según los investigadores.
15 de septiembre de 2015: “Oye, ¿cuándo vas a estar aquí? Tengo una niña nueva”, dice el agente.
“¿Niña?”, respondió Adelman, según la denuncia. “Estoy buscando un auto. Cerca de 10-11 años, pocas millas”.
En la cuenta de Facebook de Adelman, los investigadores encontraron numerosas imágenes de niñas prepúberes en varios estados de desnudez, así como mensajes con más de 10 niñas, según los informes, entre las edades de 11 y 17 años. Una vez enterado de que eran menores de 18 años, precisaron las autoridades, él les pedía seguir hablando a través de la aplicación de mensajería Whatsapp, que está encriptada y es una forma popular de evitar el escrutinio de las fuerzas del orden público, señala la denuncia.
El último viaje de Adelman a México fue en abril. El hombre fue arrestado el 4 de octubre pasado, de acuerdo con la denuncia penal.
Las supuestas comunicaciones de Bigler con el agente eran especialmente exigentes, según los mensajes que comenzaron en noviembre de 2013, conforme registros judiciales separados.
Los mensajes indican que el agente llevó a Bigler a buscar a los menores, aunque no está claro si éstos fueron víctimas potenciales o si se usaron como ejemplos de niñas y niños en los que estaba interesado.
En ellos le pedía al intermediario que “intentara obtener un [menor de] 8 o 9” y se refirió al “que estaba vestido de azul, que estaba frente al lugar de la ropa interior para mujeres” y “el de la máquina de videojuegos”, según la denuncia.
Bigler también le advirtió que si no podía ayudarlo, “encontraré a alguien más que pueda”, sostiene la demanda.
En octubre de 2014, Bigler solicitó una chica más pequeña y más joven que aquella con la que había tenido sexo la otra noche; esperando una de 10 años y de “NO MÁS” de 12.
Más tarde, el agente envió fotos de niñas prepúberes para que elijiera. Una foto, de una niña en una camiseta sin mangas color naranja, contenía el epígrafe: “Soy una sexy hermosa”, con un corazón rosa al lado. En otra, tres niñas con uniformes escolares parecen estar parados en un baño.
“Estoy en camino”, dice un mensaje de Bigler, de acuerdo con los registros judiciales. “Me gusta la imagen que tiene el pequeño corazón rosado. Sin embargo, necesito ver su cuerpo entero antes de tomar una decisión”.
En otros correos electrónicos, de marzo de 2015, Bigler supuestamente se jactaba de haber comprado sesiones de sexo con menores de 10 y 12 años durante un viaje a Tailandia por $30 y $40, dice la denuncia. Los registros muestran que Bigler voló de Los Ángeles a Taiwán el 1 de marzo de 2015 y regresó 12 días después, según los investigadores.
La denuncia señala que, luego de ello, comenzó a pedir una niña o niño que nunca antes hubieran tenido contacto sexual. “Roba una (niña) si es necesario. (Un niño) también. Los quiero a ambos mañana por la noche”, decía un mensaje de septiembre de 2015.
El agente respondió: “porque tuve una (chica) nueva recién robada (8 años) y un (chico) (10 años)”.
Bigler cruzó por última vez a México en abril, según la denuncia. Fue arrestado el 14 de agosto.
Los hombres están siendo acusados bajo la Ley PROTECT, firmada por el expresidente George W. Bush en 2003, que hace que sea ilegal viajar por los Estados Unidos o al extranjero con la intención de tener relaciones sexuales con menores. El crimen tiene una pena máxima de 30 años de prisión.
Uno de los primeros hombres condenados por la ley en 2004, John W. Seljan, de Garden Grove, tenía 85 años cuando fue arrestado en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles mientras se preparaba para partir hacia Filipinas. En su maleta había pornografía que lo mostraba con niños y 100 libras de chocolate.
Ugarte destacó que el gobierno de los Estados Unidos debería enjuiciar a más viajeros bajo la Ley PROTECT.
“Hasta que no arresten más clientes, esto continuará”, expresó.
El tema recibió atención nacional el año pasado cuando un ex-seminarista de Ohio fue arrestado después de bajar de un avión en San Diego, desde donde pensaba trasladarse a Tijuana para violar bebés y niñas pequeñas.
Joel Alexander Wright, de 23 años de edad, que estudiaba para convertirse en sacerdote católico romano, publicó un anuncio en línea donde decía que quería adoptar bebés en México, y luego le dijo al hombre que respondió que realmente los quería para tener relaciones sexuales. El hombre eventualmente reportó las conversaciones al Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados, y un agente de Investigaciones de Seguridad Nacional de los Estados Unidos se infiltró para construir un caso contra Wright, con la ayuda del informante.
Wright se declaró culpable de tentativa de seducir a un menor y fue sentenciado en la corte federal de San Diego a 16 años de prisión. “Es uno de un millón”, expresó Ugarte acerca de Wright.
Davis escribe para el U-T.
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