Abogada y catedrática ingresa al Salón de la Fama de Mujeres
Una vez, siendo estudiante de octavo grado en un pequeño parque de San Ysidro, Lilia García escuchó un discurso de campaña del entonces fiscal general Robert Kennedy. Ese particular evento lejano en el tiempo la dejaría llena de inspiración para siempre.
“A esa edad, uno está realmente abierto a las ideas”, recordó García. “Él era un gran idealista. Yo sabía que era procurador general, un fiscal. Así que decidí que yo sería fiscal también”.
García, actualmente fiscal adjunta de distrito en el condado de San Diego, ha seguido esa trayectoria profesional durante 38 años, y como mentora y maestra dedicada, a su vez es inspiración para que otros sigan el camino en una profesión de leyes.
El trabajo de García de capacitar a otros abogados en ambos lados de la frontera y el apoyo legal brindado a otras latinas fueron reconocidos recientemente cuando fue incluida en el Salón de la Fama de las Mujeres del Condado de San Diego.
En su decimoctavo año, el Salón de la Fama rinde homenaje a las mujeres por sus esfuerzos como profesionales y voluntarias para ayudar a otras mujeres a superarse y mejorar la calidad de vida para todos.
En una ceremonia celebrada el domingo 3 de marzo en el Centro Joe and Vi Jacobs, también fueron galardonadas junto con García, la expresidenta de la Junta del Distrito Escolar Unificado de San Diego Dorothy L. W. Smith y Bridget Wilson activista LGBT y exmagistrada defensora en la Reserva Militar del Estado de California.
De igual manera, compartieron honores Colleen O’Hara, fundadora del Centro de Recursos para Mujeres de Oceanside, y la fallecida Ruth Goldschmiedova Sax, sobreviviente de tres campos nazis de concentración, promotora de derechos humanos y fundadora de un centro de educación sobre el Holocausto en San Diego.
Los coanfitriones del evento fueron el Women’s Museum of California, en Liberty Station; la Comisión Local sobre el Estatus de las Mujeres y las Niñas; el Departamento de Estudios de Mujeres de San Diego State University y el Centro de Mujeres de UC San Diego.
Entre las mujeres que ya son miembros del Salón de la Fama desde hace tiempo están la astronauta Sally Ride, la embajadora del zoológico de San Diego Joan Embry y la paisajista diseñadora del Balboa Park Kate Sessions.
“Me siento muy honrada de ser incluida en el grupo que ha sido reconocido este año”, expresó García en una entrevista reciente.
Recordó que fue el año 1968 cuando su maestro en la escuela St. Charles en Imperial Beach decidió que se tomarían la clase para escuchar a Kennedy, en el que sería uno de sus últimos discursos antes de ser asesinado en Los Ángeles en la víspera de la elección primaria de California.
“En 1967, 1968, no había personas como yo que fueran abogadas litigantes. Mexicana y además mujer”, señaló García.
Siguió perseverando y logró ganar una beca completa en la Facultad de Derecho de la Universidad de San Diego, y en 1981 ella y tan solo dos latinas más lograron graduarse en esa generación.
Ese año García se convirtió en la primera latina en ser contratada en la División Criminal de la Oficina del Fiscal General del Estado en San Diego. Poco después, su formación avanzó en la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de San Diego.
“A principios de los ochenta pocas mujeres estaban llevando juicios en la Corte Superior. Yo hice esa labor durante seis meses, luego volví a la oficina del Fiscal General”, recordó.
García se enamoró del trabajo de apelación y llevó siete casos ante la Corte Suprema de California y el 9º Circuito de Apelaciones de la Corte Federal.
Pero después de 32 años decidió que “era hora de hacer algo diferente”, dijo. Fue contratada como fiscal adjunta del Distrito del Condado de San Diego en 2013, en la División de Apelaciones.
“Siempre me dije que si tenía la oportunidad de enseñar y ayudar, lo haría”, comentó García.
Y lo ha hecho de muchas maneras a lo largo de los años. En 2005, cofundó Latinas in Law, un grupo de apoyo, junto con la jueza federal Irma González y la abogada Anna Jauregui-Law.
García ha enseñado defensa oral y aptitudes procesales en México y en todo el sudoeste, se desempeñó como presidenta de la Asociación de Abogados La Raza de San Diego en 2004 y fue tutora de estudiantes de derecho en su alma mater.
“Comparto mucho de mis batallas y los obstáculos personales que superé”, comentó García. “Aconsejo a los estudiantes sobre qué cursos tomar en su segundo año, qué pasantías llevar”.
Dijo que en su carrera temprana, se topó con la tendencia implícita que marcaban sus colegas y jueces varones que, de haberla seguido, la hubieran llevado a ser traductora de la corte, y no a ser una abogada.
“Les digo a las jóvenes que aspiren a un puesto más alto y que aprendan en el trabajo, como los hombres”, señaló García. “Creemos que nunca estamos lo suficientemente preparadas. Las mujeres saben cómo ayudar, pero no sabemos cómo pedir ayuda. Tenemos que hacer ambas cosas”, concluyó.
Repard escribe para el U-T.
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