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En Bulgaria, Francisco llama a “revolución de caridad”

El papa Francisco es recibido por niños vestidos con trajes tradicionales a su llegada a Sofía, Bulgaria, el domingo 5 de mayo de 2019. (AP Foto/Alessandra Tarantino)

El papa Francisco es recibido por niños vestidos con trajes tradicionales a su llegada a Sofía, Bulgaria, el domingo 5 de mayo de 2019. (AP Foto/Alessandra Tarantino)

(Alessandra Tarantino / AP)
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Associated Press

El papa Francisco hizo el domingo un llamado a una “revolución de caridad” basada en el amor de Dios, durante su primera misa celebrada en Bulgaria, país de mayoría ortodoxa.

El Vaticano, citando organizadores locales, calculó que 12.000 personas asistieron a la misa al aire libre en la capital, Sofía, o la miraron en pantallas gigantes en una plaza central. Los católicos son menos del 1% de los siete millones de habitantes de Bulgaria.

Se prevé que el papa viaje el lunes a Rakovsky, de fuerte presencia católica, para celebrar la primera comunión de 200 niños.

Francisco también instó a los búlgaros a abrir sus corazones y sus hogares a los inmigrantes, afirmando que un país como Bulgaria, que está perdiendo tanta población por la emigración, debería comprender bien las fuerzas que llevan a la gente a dejar su tierra natal.

A su llegada para una visita de dos días al país balcánico, Francisco “sugirió respetuosamente” que los búlgaros reconocieran que los migrantes huyen de la guerra, el conflicto o la pobreza extrema “para encontrar nuevas oportunidades en la vida o simplemente un refugio seguro”.

Francisco también se reunió con el patriarca Neofit, líder de la Iglesia ortodoxa búlgara, en la sede del Sínodo Sagrado, entidad que rige la Iglesia búlgara, y luego rezó solo en la catedral ortodoxa.

El papa está tratando de levantar puentes de diálogo con la Iglesia Ortodoxa Búlgara, resaltando la historia de misión y sacrificio que tiene en común con el cristianismo. Las relaciones entre las dos Iglesias son cordiales pero no acogedoras.

El gobierno de coalición, de centroderecha y partidario de la UE, incluye a tres partidos nacionalistas y antiinmigrantes. El gobierno ha pedido a la UE que cierre las fronteras a los migrantes y sellado su frontera con Turquía con una cerca con alambre de espino.

Pero también está perdiendo población más rápido que ningún otro, según Naciones Unidas. Se espera que los actuales 7 millones de habitantes de Bulgaria se reduzcan a 5,4 millones para 2050 y 3,9 millones para final de siglo.

Francisco, de nacionalidad argentina, ha hecho de la situación de migrantes y refugiados uno de los temas clave de su pontificado, instando a los gobiernos a construir puentes en lugar de muros y hacer lo que puedan para recibir e integrar a refugiados que huyen de guerras y pobreza. Su visita se produjo apenas tres semanas antes de las elecciones al Parlamento Europeo en las que se espera que los grupos nacionalistas y antiinmigrantes logren un buen resultado.

La dura posición de Bulgaria sobre los refugiados ha servido de disuasión: mientras que unas 20.000 personas solicitaron asilo en Bulgaria en 2015, la cifra cayó a 2.500 personas el año pasado, según la agencia estatal de refugiados.

Sin embargo, desde el punto de vista económico el país más pobre de la UE podría necesitar más inmigración para estabilizar su futuro. Bulgaria tiene la tasa de mortalidad más alta de la UE y una de las tasas de natalidad más bajas del bloque. Eso, combinado con la marcha de docenas de miles de trabajadores cada año que se van para buscar empleos mejor pagados, plantea serios problemas para financiar el sistema de pensiones del país.

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