Acabado el califato, Estado Islámico plantea nuevas amenazas
COLOMBO, Sri Lanka — Ahora que no tiene que ocuparse administrar territorios, la organización Estado Islámico se fijó un nuevo curso: ampliar su alcance, conectarse con más organizaciones y agotar a sus enemigos con guerras de desgaste.
Esa es la estrategia que delineó su líder Abu Bakr al-Baghdadi la semana pasada en un video que fue su primera aparición en público desde mediados del 2014. El video circuló a fines de abril, una semana después de mortíferos atentados en Sri Lanka, que pusieron de manifiesto la facilidad con que EI, como al-Qaida antes que ellos, puede generar caos a partir de organizaciones de todo el mundo vagamente afiliadas a su causa. Esto lo puede hacer a pesar de haber perdido el así llamado “califato” que abarcó partes de Irak y Siria.
“Al-Baghdadi le dejó saber a sus partidarios que estaba preparado para encabezar una guerra de guerrillas en Irak y Siria, sin olvidarse de que ISIS (Estado Islámico) es una organización de alcance global”, declaró Colin P. Clarke, investigador del Centro Soufan.
Si bien se lo vio desarreglado y nunca de pie en el video, la presentación de al-Baghdadi contradice las versiones de Rusia e Irak de que había muerto. Fue la primera vez que se lo vio desde el 29 de junio del 2014, cuando ofreció un sermón desde el púlpito de la Gran Mezquita de al-Nuri en Mosul, Irak.
El contraste entre el viejo y el nuevo al-Baghdadi, no obstante, fue marcado.
En el 2014 lucía un reloj que parecía caro y tenía una barba prolijamente recortada cuando exhortó a los musulmanes de todo el mundo a que jurasen fidelidad al califato que había creado y obediencia a él como su líder.
En este último video apareció sentado en el piso, con un fusil AK-47 a su lado. Tenía una larga y mullida barba y una túnica negra con un chaleco tipo militar encima.
Al-Baghdadi ya no quiere ser visto como el gobernador del califato sino como un líder guerrillero. Analistas dicen que ambas visiones ignoran el hecho de que EI perdió un territorio que supuestamente iba a generar una confrontación apocalíptica con Occidente.
“Consideramos que está tratando de desviar la atención de las fuertes pérdidas sufridas y de asegurarse de que las organizaciones afiliadas y otros partidarios de base permanecen leales EI como vanguardia del universo yijadista”, manifestó un análisis de Stratford, una firma de Texas especializada en terrorismo. “Muchos dicen que el video fue una demostración de fuerza, pero para nosotros fue probablemente un acto de desesperación”.
La pérdida de sus territorios tiene sus pro y sus contra. Los militantes del “califato” se dispersaron, como ocurrió al finalizar la guerra de los años 80 de los soviéticos en Afganistán y después de la invasión del 2011 encabezada por Estados Unidos que derrotó al gobierno del Talibán, que daba refugio a al-Qaida.
Al-Baghdadi apenas mencionó a Irak y Siria en su video de 18 minutos, excepto para elogiar la determinación de sus combatientes. Pero felicitó a los militantes de Libia, los “hermanos” de Burkina Faso, Malí, Pakistán y el Sahara Occidental por jurar fidelidad.
La organización se atribuyó ataques en todo el mundo, incluidos Arabia Saudí, el Congo y Libia. En la internet circularon amenazas de ataques en la India y Bangladesh.
Si bien algunas de las afirmaciones recientes de EI han sido exageradas, cuando no directamente falsas, su intención de ampliar sus horizontes sigue el mismo patrón de al-Qaida, que llegó a tener importantes aliados en zonas como Yemen.
Al-Baghdadi elogió a los militantes de Sri Lanka por haber “golpeado las casas de los cruzados en su Pascua, en venganza por sus hermanos de Baghouz”. Se refería al último bastión de EI en el este de Siria, que cayó en marzo.
“No está claro si los terroristas de Sri Lanka habían peleado con ISIS en Siria e Irak y habían regresado o si fueron gente de allí que se vinculó con ISIS a través de la internet”, dice un análisis de la Fundación de Asia y el Pacífico. “Lo que estamos viendo es una dinámica terrorista en plena evolución, en la que un ataque es planificado afuera y se reclutan elementos radicales locales para que se hagan cargo de la fase final”.
En otras palabras, la nueva amenaza de EI se parece mucho a la vieja, excepto que la organización ya no tiene una dirección fija.
“Nuestra lucha hoy es una de desgaste, de exigir al enemigo. Deben saber que la yijad seguirá hasta el día del juicio final”, dijo al-Baghdadi.
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