México presenta a su nueva Guardia Nacional
CIUDAD DE MÉXICO — México presentó el domingo con gran pompa a su nueva Guardia Nacional, que presuntamente suprimirá la violencia y restaurará la paz en el país.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo a cientos de miembros de la Guardia Nacional formados en el Campo Marte de la capital que ellos son el “alma” de la institución recién creada. Y luego agregó: “Tengo confianza en ustedes”.
México planea desplegar primero 70.000 efectivos de la Guardia Nacional en todo el país y luego reclutar más agentes hasta tener 150.000 en los próximos meses, para que junto con policías federales, infantes de Marina y soldados protejan a los mexicanos de los crecientes índices de asesinatos y otros crímenes. La Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana indicó que quienes se transfieran mantendrán su rango y prestaciones.
“Con la Guardia Nacional, los días más oscuros de la inseguridad quedarán en el pasado”, prometió el secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo.
Los miembros de la Guardia Nacional estuvieron en posición de atención, luciendo uniforme de camuflaje con matices gris y negro, bandas negras en los brazos con las iniciales GN y fusiles de asalto colgados del pecho mientras los funcionarios hablaban. Otros miembros no armados de la fuerza lucían gorras negras con patrones a cuadros y la bandera mexicana.
“No habrá descanso, no habrá tregua” mientras la Guardia Nacional trabaja para “satisfacer las más sentidas demandas de la sociedad”, dijo Luis Rodríguez Bucio, general de brigada a cargo de la fuerza.
López Obrador asumió la presidencia en diciembre diciendo que quiere combatir las causas de la violencia en México en vez de enfocarse en los narcotraficantes del país, como lo hicieron los gobiernos anteriores. El domingo repitió eso, diciendo que la base de su plan de seguridad es proteger al mexicano promedio.
Los críticos de la Guardia Nacional argumentan que depender de una entidad federal para seguridad significa que los estados y gobiernos locales no serán impulsados para que erradiquen los problemas por sí solos. Ellos vislumbran a la Guardia Nacional yendo de una zona de conflicto a otra, en gran medida como lo han hecho las fuerzas militares en los últimos años.
“Ellos están cambiándole de nombre a algo para no llamarlo ejército, pero es el ejército”, dijo Alejandro Schtulmann, presidente de la firma de riesgo político EMPRA, con sede en la Ciudad de México.
El año pasado se registraron la mayor cantidad de asesinatos en México en al menos 20 años. Organizaciones defensoras de los derechos humanos tenían la esperanza de que el nuevo gobierno redujera el papel de las fuerzas militares en la seguridad pública, y el país había estado bajo presión internacional durante años para que reformara su policía y enviara a los soldados de regreso a sus cuarteles.
Casi un tercio de la Guardia Nacional ya ha está emplazada en las fronteras sur y norte de México para frenar el flujo de migrantes que pasan por el país para llegar a Estados Unidos.
La militarización de la frontera sur podría tener doble propósito al limitar el flujo de drogas que se envían hacia el norte desde Centroamérica, dijo Schtulmann. Pero desplegar a la Guardia Nacional para propósitos de inmigración también podría restarle recursos humanos de mucho valor a la lucha contra los crímenes violentos.
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