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L’Oreal deberá pagar a Olaplex $91 millones por el robo de secretos comerciales

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En los últimos momentos de su refutación al argumento final de L’Oreal SA en un juicio por secretos comerciales, un abogado de la empresa novel de California Olaplex LLC le dijo al jurado que elegirían al vencedor en una batalla judicial de proporciones bíblicas. “David contra Goliat”, afirmó Joe Paunovich, atrapados en una pelea por “avaricia corporativa”.

L’Oreal era el gigante. Olaplex, nacida en un garaje de Santa Bárbara de un par de químicos especializados en polímeros, era David. Incluso, cuando ésta no ha sido la primera vez que esa referencia en particular fue utilizada en una corte de justicia estadounidense, el recurso pareció haber sido efectivo.

Muchas de las víctimas del fraude de bienes raíces eran personas mayores que invirtieron sus ahorros de jubilación, dicen los fiscales.

El lunes por la tarde, en un tribunal federal en Wilmington, Delaware, el jurado le dijo a L’Oreal que deberá pagar a la start-up (empresa de nueva creación) $91.3 millones por robar sus secretos comerciales, violar un contrato e infringir dos patentes relacionadas con un popular sistema de tres pasos que protege el cabello durante los tratamientos de decoloración.

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Dado que la parte no puede recuperar el dinero por el mismo mal proceder más de una vez, afirmó Paunovich en una entrevista después del veredicto, Olaplex espera obtener unos $37.4 millones netos una vez que el juez de distrito de Estados Unidos que intervino, Joseph Bataillon, haya revisado los daños. El jurado también descubrió que los actos de L’Oreal fueron intencionales, lo cual dejó la puerta abierta para que Bataillon aumente sustancialmente la indemnización si así lo desea. “Estamos absolutamente orgullosos de que los derechos de Olaplex hayan sido reivindicados después de un litigio muy largo y reñido”, consideró Paunovich después.

Una acusación de 24 cargos establece un plan de un multimillonario para importar aluminio chino disfrazado de plataformas de carga para eludir los aranceles e ingeniar ventas falsas para inflar los ingresos de su empresa.

Una portavoz de L’Oreal remarcó que la compañía no está de acuerdo con el veredicto, que planea apelar, y señaló que la decisión se aplica sólo al mercado estadounidense.

“Seguimos creyendo que las acusaciones de Olaplex contra nosotros son infundadas”, aseveró Lauren Riezman. Olaplex “no tenía sustento para un reclamo por infracción de patente contra L’Oreal, ni tampoco usamos mal la información comercial confidencial”, indicó.

Olaplex había acusado a L’Oreal de robar los secretos en una reunión en California en 2015, cuando ambas compañías estaban en conversaciones para que esta última adquiriera la start-up. L’Oreal, durante el juicio de una semana, afirmó que concibió de forma independiente el uso de un ácido crítico en agosto de 2014, y que desarrolló sus productos por su cuenta.

En una convención sobre monedas digitales, rara vez una sesión de preguntas y respuestas de la audiencia incluye una consulta tan incendiaria como: “¿Por qué en esta conferencia se permite hablar de este fraude?”.

En abril, Bataillon acordó bloquear las ventas de los artículos en cuestión hasta que se resolviera la disputa, calificándolos de “una porción insignificante del negocio global de L’Oreal”. Olaplex, escribió, “presentó evidencia que muestra un perjuicio monetario real”. El magistrado no emitió una orden correspondiente, y estableció en los documentos de la corte que “probablemente ingresaría toda la sentencia en el caso”, incluyendo cualquier medida cautelar, después del juicio.

El juez dictaminó a fines de junio que los productos de L’Oreal habían infringido las dos patentes en cuestión. Una pregunta sobre la cual el jurado debió decidir para empezar fue si las patentes, propiedad de la codemandante Liqwd Inc. y con licencia exclusiva para Olaplex, eran válidas. Otra fue si L’Oreal había robado los secretos comerciales. Una tercera fue si había roto los acuerdos de confidencialidad relacionados con ellas. Finalmente, la respuesta a las tres fue sí.

Olaplex no tiene tienda física, emplea a menos de 30 personas y hace poca publicidad tradicional. Sin embargo, sus productos principales, lanzados en el sitio web de la compañía en junio de 2014 después de una prueba realizada por los mejores coloristas de cabello, como Tracey Cunningham, rápidamente generaron seguidores. Olaplex afirma que fortalecen y reconectan los enlaces de proteínas durante la decoloración.

L’Oreal, cuyas innovaciones para teñir el cabello datan de hace más de un siglo, reportó más de $30 mil millones en ventas el año pasado. Las líneas de productos en cuestión, que involucran el sistema de protección capilar de tres pasos, son sólo una parte de una división que generó aproximadamente el 12% de los ingresos de la compañía en 2018, según datos compilados por Bloomberg. Pero se venden bajo las prestigiosas etiquetas Matrix, Redken y L’Oreal Professionnel, importantes para la identidad general de la marca.

En noviembre de 2014, SalonCentric, uno de los mayores distribuidores mayoristas de productos de belleza en el país, había puesto a Olaplex en los estantes de EE.UU, lo cual llevó a la empresa al éxito temprano. SalonCentric es propiedad de L’Oreal, que notó el rendimiento y los buenos comentarios acerca del producto en las redes sociales, e intentó contratar a los dos científicos que inventaron el proceso, según la querella de Olaplex.

Ajenos a la industria, el par de expertos había trabajado en un garaje de California, vertiendo su producto de cubos de cinco galones en botellas pequeñas, y decidió quedarse allí.

El veredicto del lunes no significa el final de la disputa entre las compañías. En julio, Olaplex volvió a demandar a L’Oreal por sus secretos comerciales y solicitó a un tribunal federal de Los Ángeles que le reasigne una patente de esa empresa que, según alega, “aprovecha” esos secretos. Ese caso está pendiente.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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