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Comentario: El ‘examen médico’ de Trump hecho para la televisión es tan falso como su respuesta al COVID-19

En su pregrabado “examen médico” de Fox News, el infectado de COVID Trump era la imagen de la salud con guión - como si fuera un dictador con la televisión estatal detrás de él.

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Trump, acicalado y bronceado con spray, posó frente a la bandera estadounidense para la entrevista grabada y editada. Nunca tosió, y rara vez jadeó, la imagen viva de la salud por libreto. Y si se pregunta si aclaró la fecha real en la que sabía que había resultado positivo, olvídelo. El Dr. Phil, el Dr. Oz, incluso la Dra. Quinn, habrían hecho más preguntas acordes a un médico que Siegel.

Cuando estaba en el hospital, ¿qué le molestaba más?

“Tuve suerte con cierta medicina. ...Fue milagrosa para mí”. Trump también afirmó que “no tenía problemas para respirar”, aunque su propio médico, Sean Conley, confirmó que el presidente recibió oxígeno suplementario como parte de su tratamiento.

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¿Tuvo miedo, estaba asustado?

“Bueno, tomé el Regeneron [un cóctel de anticuerpos elaborado por Regeneron Pharmaceuticals]… Ely Lilly fabrica un medicamento similar...Se lo enviaremos a todos de forma gratuita”.

¿Cuánto tiempo querían retenerlo los médicos?

“No lo sé, exactamente. Hicieron un trabajo tremendo”.

Cuando se le preguntó acerca de los exámenes que le hicieron, Trump dijo que examinaron sus pulmones con maquinaria “diferente”, haciendo un esfuerzo para recalcar que ni siquiera tuvo que quitarse el saco. “Resultó bueno”. El presidente agregó que había estado “libre de medicamentos” durante aproximadamente ocho horas previo a la entrevista —cuyo momento exacto no se reveló— pero no mencionó si eso significa que su tratamiento ha terminado.

Los médicos de Trump lo trataron con un medicamento corticoesteroide. Eso sugiere que su respuesta temprana al coronavirus provocó una seria preocupación

¿Podría hablarme sobre el paseo que hizo afuera del hospital Walter Reed y PPE, sobre sus simpatizantes, y qué estaba pensando cuando hizo eso?

“Había un gran número de personas... Podía escucharlos desde el hospital... gritar y gritar con verdadero amor”.

¿Y qué con el resto de Estados Unidos, por no hablar del mundo, que está sufriendo la pandemia tanto en términos económicos como de salud? Oh cierto, ellos. Trump mencionó a sus electores con mesura, y Siegel no preguntó.

Señor presidente, lecciones aprendidas [de] esto, de su propia enfermedad, que aplicaría para dirigir el barco hacia adelante en la lucha contra la pandemia... ¿cómo puede aplicarlo a otras personas que tienen COVID-19 o cómo prevenir que contraigan COVID-19?

Era importante que lo detectara temprano, dijo Trump. “Sabes, tengo un gran acceso a servicios médicos... Es mucho más fácil para mí que alguien que no tiene acceso a un doctor tan fácilmente, donde es un gran problema ver a un médico. Pero ya sabes, los tenemos por toda la Casa Blanca [risas]”.

Su respuesta fue una dolorosa bofetada en la cara a todos los que perdieron la vida, o a un ser querido, por la pandemia.

Mientras tanto, el Partido Republicano estaba ocupado trabajando en la imposición de la nominada a la Corte Suprema Amy Coney Barrett, una jueza cuya participación en la corte amenaza Obamacare, un salvavidas para muchos en medio de una crisis de salud pública y un colapso económico.

La entrevista de Trump en “Tucker Carlson Tonight” siguió a una llamada de radio con Rush Limbaugh más temprano ese día, cuando los hombres hablaron durante dos horas. Al parecer, el mandatario no tenía nada mejor que hacer. El presentador finalmente tuvo que poner la música para terminar la entrevista: “Sr. presidente”, dijo, “sé que tiene un día repleto de actividades”. Trump también ha llamado recientemente para charlas prolongadas y divagantes con la presentadora de Fox Business, María Bartiromo, y su amigo de Fox News, Sean Hannity.

La negativa de Trump a decir que transferiría pacíficamente el poder puede ser una fanfarronada. Pero hay medidas que podría tomar, y los demócratas están en alerta.

A pesar de haber sido dado de alta del hospital hace apenas unos días, la agenda de actividades del presidente incluye una reunión en persona en la Casa Blanca el sábado. Trump dijo en un tuit el viernes que “estaría en Sanford, Florida el lunes para un “¡GRAN RALLY!”, Michigan y Pennsylvania también están en su agenda.

“Hay mucha gente a mi alrededor, así que lo pienso”, dijo Trump cuando Siegel preguntó sobre los peligros del virus. “Sé que existe un peligro, pero no puedo ser alguien que... se esconda en el sótano el resto de su vida. Estoy dirigiendo un país”.

Siegel al menos le preguntó a Trump si le habían hecho un examen desde que fue tratado, un tema que los médicos y ayudantes del presidente han obstaculizado, así como cuándo tuvo su último examen con resultado negativo antes de ser hospitalizado, y si sospechaba que podría haber estado expuesto antes del debate de la semana pasada con el rival demócrata, Joe Biden. “Me han vuelto a hacer exámenes”, aseguró el mandatario, sin apenas aclarar el asunto. “Todavía no he descubierto los números ni nada. Estoy al final de la escala o estoy libre”.

Cuando se le preguntó sobre debatir con Biden en persona o hacerlo por videoconferencia — la pelea que llevó a la Comisión de Debates Presidenciales a cancelar el segundo debate presidencial más temprano ese día— Trump dijo: “¿Quién quiere debatir en una computadora? Yo no”.

Pero aparentemente hacerse un “examen médico” virtual está muy bien.

“Es una cosa que aprendes”, dijo Trump sobre su enfermedad, nueve meses después de una pandemia que ha matado a 213.000 mil estadounidenses e infectado a casi 7.7 millones y contando. “Esta es una enfermedad contagiosa”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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