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Cinco maneras en que padres y educadores están explicando a los niños los disturbios en el Capitolio de EE.UU

Supporters of President Trump climb the west wall of the U.S. Capitol.
Partidarios del presidente Trump escalan el muro oeste del Capitolio de Estados Unidos, el 6 de enero.
(Jose Luis Magana / Associated Press)
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El 6 de enero pasado, una insurrección en el Capitolio de Estados Unidos tuvo lugar cuando una turba irrumpió en el edificio mientras los legisladores votaban para certificar los resultados del Colegio Electoral y la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales.

Los Angeles Times preguntó a padres, tutores y maestros cómo están explicando los eventos de ese día a sus hijos y estudiantes.

A continuación, algunas de las respuestas que recibimos, incluidas aquellas que mostraron preocupaciones comunes y otras que tuvieron un enfoque único.

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1. Honestidad: Este fue un hilo conductor en muchas de las respuestas.

Somos honestos con nuestro hijo (de 12) y nuestra hija (de 11). Les explicamos que se trató de una insurrección incitada por el presidente Trump. Las personas que irrumpieron en el Capitolio son traidores que querían revertir las elecciones. Les dijimos que nuestra democracia se basa en la transferencia pacífica del poder, y que estos traidores querían evitarlo.

— Michael Lykken

2. Explicar la diferencia entre protestar y lo que sucedió en el Capitolio de Estados Unidos: otro hilo común en múltiples respuestas.

Los gemelos protestaron contra la brutalidad policial este verano, junto con nosotros. Les dijimos que hay una gran diferencia entre tener la libertad de protestar cuando no nos gustan las cosas que hace un gobierno (Primera Enmienda) y tratar de derrocar al gobierno por la fuerza, intentar tomar el poder, lastimar o herir a otros, etc.

Entonces les explicamos nuestros derechos como ciudadanos (lo que nos garantiza la Constitución). Hablamos sobre nuestro deber como humanos de tratar a los demás con decencia y humanidad, incluso si no estamos de acuerdo con ellos.

Ellos presenciaron y escucharon algunos momentos que serán imborrables, y nos dimos cuenta que va a haber necesidad de trabajar sobre este tema con nuestros hijos durante mucho tiempo.

— Yndia Williams

3. Encontrar formas de explicar lo que sucedió usando ejemplos con los que los niños puedan identificarse.

Después de intentar proteger a mis hijos (de 11 y nueve años) del horror, la mayor parte del miércoles, mi hijo de nueve años vino a verme antes e cenar y me preguntó: “Mami, ¿puedes decirme qué está pasando?”. Respiré hondo y le respondí: “Imagina que tu equipo pierde un partido de voleibol. El entrenador y tus compañeros piensan que el otro equipo hizo trampa y que les robaron la victoria. Entonces, el entrenador reúne al equipo, toman bates y palos, van a la casa del árbitro y comienzan a destruirla porque el entrenador quería que el árbitro cambiara el resultado del juego. Eso es lo que sucedió hoy en el Capitolio”. Mi hija me miró e inmediatamente dijo: “Eso es simplemente estúpido”. Ya sabemos que los niños y los locos siempre dicen la verdad.

— Michelle Sampson

Mi hija tiene cinco años pero es muy inteligente. Le dije que hay personas a las que les pedimos que sean líderes para dirigir las cosas en nuestro país. Los llamamos representantes o servidores públicos. Tienen que turnarse; para que un individuo no tenga un turno demasiado largo. Decidimos quién es el siguiente mediante una votación. Una de esas personas (nuestro actual presidente) se sintió molesta porque no quiere irse, y le pidió a la gente que lo apoya que impidiera que la siguiente persona asuma su turno. Se violentaron y no escucharon las reglas, también conocidas como leyes. Ella comprende que la violencia es mala; entiende que no respetar esos turnos es malo. Comprende las reglas y podría identificarse con eso.

— Tiya Basilio

4. Discutir cómo clasificar toda la información que escuchan y leen.

En casa discutimos las muchas ideas que aparecen al respecto. Nos bombardean los discursos y las distintas formas de información. Puede ser difícil separar la paja del trigo y encontrar la verdad. Trato de enfatizar que, en última instancia, tenemos que analizar detenidamente los problemas, mirarnos a nosotros mismos y razonar con atención a qué figuras de autoridad apelamos para comprender los procesos que nos afectan, pero en los que no estamos directamente involucrados. Es importante buscar personas racionales y honorables como fuentes de información.

Soy franca con mis hijos; les digo que no creo que los eventos [en el Capitolio de Estados Unidos] hayan tenido justificación, aunque sé que protestar a veces está más que justificado.

Intento mostrarles que no me adhiero ciegamente a ningún partido. Discuto cómo voto según mi conciencia; creo en este país y siento que no estamos tan mal como para no poder lograr las reformas necesarias de manera pacífica.

— Katie Kluge

5. Utilizar el ataque al Capitolio para plantear otros ataques vinculados, en clase o en casa.

Cuando comiencen las clases en el LAUSD, planeo hablar con mis alumnos de preparatoria, en el sur de Los Ángeles, sobre cómo podemos lograr cambios mediante protestas pacíficas, votaciones y educación de ciertas políticas que los afectan. Quiero discutir cómo podemos ver una gran diferencia en la forma en que las distintas razas son tratadas, tal como destacó el artículo del L.A. Times. Quiero que pensemos cómo las personas con poder suelen utilizar el miedo y la ira para dividir y motivar a otros. Deseo conversar con los estudiantes sobre cómo encontrar fuentes confiables de noticias y eventos que están sucediendo, y poder pensar de manera crítica y objetiva a medida que aprenden más sobre puntos de vista que son iguales o diferentes a los suyos.

— María Kim

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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