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Presunto responsable de la masacre de Boulder tenía un historial de arrebatos de ira y una condena por agresión

Mourners pay respects to police officer.
Las personas de luto presentan sus respetos al oficial Eric Talley, quien murió cuando un hombre armado abrió fuego en el supermercado King Soopers, el 23 de marzo de 2021 en Boulder, Colorado. Diez personas murieron en el ataque.
(Chet Strange / Getty Images)
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El joven de 21 años acusado de matar a 10 personas en un supermercado tenía un historial de arrebatos de ira, incluida una condena por atacar violentamente a un compañero de preparatoria, decía a sus familiares que creía que lo estaban “persiguiendo” y que personas querían atraparlo.

Un día después de la masacre, las autoridades ofrecieron pocas pistas sobre lo que pudo haber motivado a Ahmad Al Aliwi Alissa, quien fue acusado el martes de 10 cargos de homicidio.

Los muertos tenían entre 20 y 65 años e incluían un empacador de comestibles, un comprador de Instacart, una actriz convertida en consejera financiera para los necesitados y un oficial de policía que fue el primero en responder a los informes de disparos el lunes por la tarde en el supermercado King Soopers.

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“Me duele el corazón por sus seres queridos”, expresó el gobernador Jared Polis.

Los asesinatos, que se produjeron menos de una semana después de los tiroteos en el área de Atlanta que dejaron ocho personas muertas, rápidamente se convirtieron en un catalizador para renovados pedidos de control de armas.

El presidente Biden dijo que el Congreso no debería “esperar un minuto más” para prohibir los cargadores de municiones de alta capacidad y los rifles de asalto. “Esto no es ni debe ser un tema partidista, es una cuestión estadounidense. Tenemos que actuar”.

A principios de este mes, un juez bloqueó una prohibición de 2018 sobre rifles de asalto aprobada por la ciudad de Boulder, en respuesta al tiroteo masivo en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida, que resultó en 17 muertes.

En la declaración de arresto publicada el martes, las autoridades informaron que Alissa compró su arma de alta potencia seis días antes de la masacre, una Ruger AR-556, que se considera una “versión económica” del más conocido AR-15 y puede disparar 30 balas en menos de 10 segundos. También estaba armado con una pistola semiautomática.

Alissa, quien nació en Siria, pero creció en Colorado y practicó lucha para Arvada West High School, donde se graduó en 2018, tenía una reputación de comportamiento tan errático que algunos familiares creían que estaba mentalmente enfermo.

“Cuando estaba almorzando con mi hermana en un restaurante, dijo: ‘La gente está en el estacionamiento, me están buscando’”, relató su hermano de 34 años, Ali Aliwi Alissa, al Daily Beast. “Ella salió y no había nadie. No sabíamos lo que estaba pasando por su cabeza”.

Los asesinatos, dijo el hermano, “no fueron en absoluto una declaración política, es una enfermedad mental”.

“El chico solía ser acosado mucho en la escuela preparatoria. Era como un niño extrovertido, pero después de ir a la preparatoria y ser hostigado mucho, comenzó a volverse antisocial”.

En 2017, la policía arrestó a Alissa después de que agredió a un compañero de clase de la preparatoria, según los registros de la Oficina de Investigación de Colorado obtenidos por el Times.

Una declaración del caso decía que Alissa atacó al niño al azar, lo pateó tirándolo al suelo y luego lo golpeó con el puño.

El compañero de clase, quien sufrió cortes y magulladuras en la cabeza, “se había burlado de él y lo había llamado con apodos raciales semanas antes”, según Alissa, quien se declaró culpable de un delito menor de agresión y fue sentenciado a libertad condicional y servicio comunitario.

Tyson Crosby, quien dijo que su hijo luchó contra Alissa en la preparatoria, lo describió como un “joven agradable”, pero que también tenía estallidos de “ira” y “frustración”, especialmente si perdía un combate.

Dayton Marvel, un excompañero de lucha libre, le dijo al Denver Post que Alissa una vez, durante las pruebas para el equipo universitario, “perdió su combate y abandonó el equipo, luego gritó en la sala de lucha libre que iba a matar a todos”.

“Nadie le creyó”, comentó Marvel. “Nos asustó un poco, pero nadie hizo nada al respecto”.

Pero Keaton Hyatt, quien tomó una clase de entrenamiento con pesas con Alissa cuando eran compañeros de clase en la escuela preparatoria, lo recordaba como amable, divertido y mayormente tranquilo.

“Nunca lo escuché amenazar a nadie”, comentó. “Me sorprendió cuando escuché la noticia esta mañana. Encajaba con todos y tenía su círculo de amigos”.

Las cuentas de Facebook e Instagram que parecían pertenecer a Alissa, pero que fueron eliminadas después de que se dio a conocer su nombre, canalizaron sus aparentes frustraciones.

“Solo tengo curiosidad por saber cuáles son las leyes sobre la privacidad de los teléfonos porque creo”, publicó en Facebook a principios de 2019, “Mi vieja escuela estaba hackeando mi teléfono. ¿Alguien sabe si puedo hacer algo legalmente?”.

“#NecesitoNovia”, publicó más tarde ese año.

Su perfil de Facebook decía que estaba estudiando ciencias de la computación en la Universidad Estatal Metropolitana de Denver, pero la escuela emitió una declaración de que “no era ni ha sido nunca un estudiante de la MSU Denver”.

El lunes por la noche, la gente lo llamaba asesino en masa.

“Vimos el rostro del mal”, expresó el gobernador después de que los oficiales escoltaran a Alissa, quien estaba sin camisa y con pantalones cortos, fuera de la tienda esposado, con sangre corriendo por su pierna derecha.

Las autoridades dijeron que fue herido en el tiroteo por la policía antes de dejar las armas, luego fue atendido en un hospital antes de ser ingresado en la cárcel del condado.

La declaración de arresto decía que Alissa vivía en los suburbios de Arvada, al oeste de Denver. Las fuerzas policiales rodearon la casa el lunes por la noche y detuvieron a una mujer que intentó huir en una camioneta.

La mujer, que le dijo a la policía que era la cuñada de Alissa y que también vivía allí, describió un incidente que había ocurrido dos días antes.

“Ella dudaba en mencionarlo, pero dijo que vio a Alissa jugando con un arma que ella pensó que parecía una ‘ametralladora’”, escribió un detective en la declaración de arresto. “Alissa había estado hablando de que el arma tenía una bala atascada y estaba jugando con eso”.

Ella dijo que otro pariente estaba “molesto con Alissa por jugar con el arma en la casa”.

Los vecinos dijeron el martes que la familia se había mudado a la casa de cinco habitaciones en los últimos 18 meses y que varias generaciones residían allí. Tres autos estaban estacionados en el camino de entrada y las cortinas se corrieron cuando los reporteros de noticias se reunieron afuera. Los golpes en la puerta principal no recibieron respuesta.

Steve Weber, un vecino que se mudó al fraccionamiento hace 17 años, informó que regularmente veía a “alguien que se parece al tirador” ir y venir de la casa.

Weber dijo que se preguntaba cómo llegó a realizar tal crimen y que lamentaba a las víctimas.

El oficial de policía Eric Talley, de 51 años, era padre de siete hijos. En 2013, el periódico local publicó un artículo sobre él y otros dos oficiales entrando en una zanja de drenaje para salvar a una familia de patos.

Denny Stong, 20; Rikki Olds, de 25 años; y Teri Leiker, de 51 años, trabajaban en la tienda.

“Denny no era solo una víctima, sino un héroe que guió a las personas fuera de la tienda por la parte de atrás y las llevaba a un lugar seguro antes de él perder su vida”, escribió un amigo de la infancia en una página de GoFundMe para apoyar a la familia de Stong.

La página de Facebook de Olds está llena de fotos de las montañas, lagos y bosques de Colorado. Su compañero, Jordan Arthur, publicó una foto de los dos esta semana y un mensaje: “Rikki baby, te fuiste demasiado pronto. Te extraño muchísimo”.

Las víctimas que no trabajaban en la tienda fueron Neven Stanisic, de 23 años; Tralona Bartkowiak, 49 años; Suzanne Fountain, 59; Kevin Mahoney, 61 años; Lynn Murray, 62; y Jodi Waters, de 65.

Stanisic fue descrito como un hombre de fe cristiana de modales apacibles que provenía de una familia que huyó de la guerra en ex Yugoslavia. Bartkowiak administraba Umba, una tienda de Boulder especializada en yoga y ropa para festivales. Fountain era actriz y asesora financiera, además de haber sido conocida entre los vecinos por el huerto de su casa.

Mahoney, quien una vez trabajó en la gestión de bienes de hoteles, fue llorado por su hija embarazada, a quien llevó por el pasillo el verano pasado para su boda. Murray era un director de fotografía jubilado que había trabajado para Glamour, Marie Claire y Cosmopolitan. Waters, recordada por sus amigos por su moda elegante, trabajaba y era propietaria de boutiques en el centro comercial Pearl Street de Boulder.

Los que vivían junto a la casa y cerca del supermercado dijeron que se habían acostumbrado a la violencia. Los suburbios de Denver se han convertido en sinónimo de tiroteos de alto perfil, comenzando en 1999 con la masacre de Columbine High School en Littleton.

Afuera de la tienda King Soopers, se pegaron carteles a favor de la reforma de control de las armas, como “Las mamás exigen acción”, en un memorial improvisado sobre la cerca repleta de flores y velas para las víctimas.

Al final de la calle, Lisa Hanckel estaba en casa tratando de aceptar lo sucedido. Profesora de yoga que vive en el barrio desde hace 24 años, frecuentaba el supermercado y conocía a varias de las víctimas.

“Estoy traumatizada, pero no más que después de Sandy Hook o cualquier otro tiroteo”, expresó. “Yo era maestra de aula cuando sucedió Columbine. Esto ha estado ocurriendo durante demasiado tiempo. ¿Qué vamos a hacer?”.

Kaleem informó desde Boulder, Read desde Seattle y Etehad desde Los Ángeles. La redactora del Times, Jenny Jarvie, en Atlanta y el corresponsal especial David Kelly en Boulder contribuyeron a este artículo.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

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