EEUU advierte que hambruna en la región sudanesa de Darfur podría ser la más mortífera en décadas

WASHINGTON —  La hambruna recién confirmada en uno de los extensos campamentos de desplazados por la guerra en la región sudanesa de Darfur se extiende sin control mientras los combatientes del país bloquean la ayuda, y amenaza con ser más mortífera que la última gran hambruna que sufrió el mundo hace 13 años, advirtieron el viernes funcionarios estadounidenses.

La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), el Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) y otras agencias humanitarias independientes y gubernamentales han exigido un alto al fuego y que se permita el ingreso de la ayuda humanitaria a todo Sudán.

Esto se produce después de que expertos internacionales del Comité de Revisión de la Hambruna confirmaran formalmente el jueves que la crisis de alimentos en al menos uno de los tres gigantescos campamentos improvisados, que albergan hasta 600.000 personas desplazadas por la guerra que comenzó hace más de un año en Sudán, se había convertido en una hambruna total.

Dos funcionarios estadounidenses informaron a los periodistas sobre su análisis de la crisis el viernes, luego de que se detectara la hambruna. Esta es la tercera vez que se detecta dicho flagelo en los 20 años de historia de dicho comité. Los funcionarios estadounidenses hablaron bajo condición de anonimato de conformidad con sus normas.

Se calcula que la última gran hambruna, en Somalia, mató a un cuarto de millón de personas en 2011, la mitad de ellas niños menores de 5 años.

Los bloqueos que las partes beligerantes en Sudán están poniendo a la ayuda alimentaria y de otro tipo para los civiles atrapados en el campamento de Zamzam están haciendo realidad “los mayores temores de la comunidad humanitaria”, dijo uno de los funcionarios estadounidenses.

La guerra en el país norafricano estalló en abril de 2023 cuando dos generales rivales, ambos con apoyo de actores foráneos, iniciaron de repente una batalla mortal por el control de la capital sudanesa, la cual en ese momento se encontraba bajo el mandato de un gobierno civil de transición que los sudaneses esperaban que trajera estabilidad al país.