Wayfair vendió camas para los campamentos fronterizos; en protesta, sus empleados organizaron una huelga
Los empleados del minorista de muebles en línea Wayfair planean un cese en sus actividades este miércoles, en protesta por la venta -valuada en más de $200.000 dólares- de muebles de dormitorio a un centro de detención para niños migrantes en Texas.
“No queremos aprovecharnos de algo que pone en riesgo tantas vidas y hace peligrar a los niños”, afirmó un portavoz de los empleados que organizan la medida. “Queremos que Wayfair esté del lado correcto de la historia”.
Está previsto que la huelga se lleve a cabo en la sede de la empresa en Boston, donde trabajan más de 5.000 de los 13.000 empleados de la compañía.
La acción es parte de una tendencia creciente del activismo de los empleados en las principales empresas de tecnología. En Silicon Valley y otras zonas, los trabajadores técnicos administrativos han protestado con más frecuencia cuando sus empleadores no cumplen con los valores de sus declaraciones de misión de alta mentalidad. En el último año, empleados de Google y Riot Games organizaron huelgas para protestar por el manejo de las denuncias por acoso sexual de sus compañías y las políticas de arbitraje forzoso, mientras que Amazon, Microsoft, Google y Salesforce se enfrentaron a las protestas de empleados por su involucración con Inmigración y Aduanas y el Departamento de Defensa.
La protesta en Wayfair comenzó a gestarse el miércoles por la mañana, cuando un empleado notó que la compañía había hecho una gran venta a la empresa contratista, con sede en Texas, BCFS Health and Human Services, que apareció en las noticias por su manejo de las instalaciones de detención de niños, con condiciones insalubres y plagadas de incidentes de abuso. Después de algunas averiguaciones, los trabajadores dedujeron que la orden estaba destinada a un nuevo centro en Carrizo Springs, Texas, que podría detener hasta a 3.000 menores migrantes.
Para el viernes, había comenzado a circular una petición exhortando a Wayfair que cese todos los negocios actuales y futuros con BCFS y cualquier otro contratista que participe en el manejo de los campos de detención de migrantes, y que establezca un código de ética para las transacciones de empresa a empresa. En pocas horas recopiló 547 firmas.
La petición cita una declaración de la ONU que remarca que “la detención nunca es lo mejor para un menor y siempre constituye una violación de los derechos del niño”, concluye con un llamamiento a la compañía para que cumpla con su lema: “Todos deben vivir en un hogar que aman”.
“Mantengámonos fieles a ese mensaje adoptando una postura contraria a la práctica reprensible de separar a las familias, algo que les niega experimentar cualquier sensación de hogar”, afirma la petición.
El lunes, la gerencia de Wayfair respondió con una declaración interna, donde expuso que “es una práctica estándar cumplir con los pedidos de todos los clientes; creemos que es parte de nuestro negocio vender a cualquier cliente que actúe dentro de las leyes de los países donde operamos”. La declaración agrega: “Esto no indica un apoyo para las opiniones o acciones de los grupos o individuos que nos compran”.
Insatisfechos con la contestación, los empleados llamaron a una huelga el martes por la mañana.
Con el entendimiento de que la elección de negar el servicio a ciertos clientes puede violar la ley, las demandas de los organizadores de la huelga cambiaron de las enumeradas originalmente en la petición. El pedido de un código de ética se mantiene, pero los organizadores solicitan que Wayfair, como mínimo, done los $86.000 en ganancias que obtuvo de la orden del BCFS a RAICES, una organización sin fines de lucro que brinda servicios legales para niños, familias de inmigrantes y refugiados en Texas.
“Creo que hay un sentimiento real de falta de poder en nuestro país en este momento, y de control sobre lo que pueden hacer las personas”, resaltó el portavoz de los manifestantes, que pidió no ser identificado por temor a represalias. “Vimos esto como una oportunidad muy específica que nosotros, como individuos, colegas y partes interesadas de esta compañía, podíamos poner en marcha para crear un pequeño cambio”.
Un portavoz de Wayfair no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Los líderes de la huelga se sintieron envalentonados por la filosofía de Wayfair, que alienta a sus trabajadores a iniciar conversaciones abiertas con colegas y gerentes para abordar inquietudes, y considera las acciones de los empleados en empresas como Google y Amazon como una fuente de inspiración, comentó el vocero. “Tenemos mucha suerte de tener una cultura y una organización donde el equipo de liderazgo nos escucha”, expuso. “Incluso si lo que dicen no es lo que deseamos escuchar, todos estamos felices de seguir dialogando”.
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