Futuro incierto: ¿Qué ocurrirá cuando Netflix compre el icónico Egyptian Theatre de Hollywood?
Christina Rice, una bibliotecaria del norte de Hollywood, de 45 años de edad, adora ver películas junto con su hija de nueve años en el Egyptian Theatre de Hollywood.
En una reciente tarde de viernes, pasó por el histórico cine para disfrutar de una función de la película de 1942 “Get Hep to Love”, a la cual también asistió la ex actriz infantil Cora Sue Collins, quien fue parte del elenco. La proyección, enmarcada en el Festival de Cine Clásico anual, fue un momento especial para Rice. “Estar en un cine como este, en Hollywood Boulevard, con cinéfilos simplemente volviéndose locos, y ver el film con alguien que actuó en él… Sólo ocurre en Hollywood”, afirmó.
Se espera que la taquilla para la temporada de verano baje aproximadamente un 2% respecto al año pasado. Las ventas de entradas tienen un descuento del 6% en lo que va del año. Pero el verano ahora ocupa una porción más pequeña de la taquilla anual que antes.
Pero últimamente, a Rice le preocupa el futuro del amado Egyptian. La American Cinematheque, la organización sin fines de lucro que es propietaria y que manejó el sitio durante más de dos décadas, ha estado en negociaciones prolongadas para vender el cine a un comprador que parece incompatible: el gigante de la transmisión de videos Netflix Inc.
Cuando los rumores salieron a la luz, en abril pasado, las fuentes señalaron que las conversaciones avanzaban sin problemas y que esperaban que la transacción se cerrara en un futuro próximo. Aún así, el acuerdo enfrentó duras críticas, en parte porque el lugar es un hito histórico que ha servido para el beneficio del público tras un acuerdo con la ciudad.
Netflix se negó a comentar públicamente sobre sus planes para el Egyptian, alegando que las negociaciones son privadas. La adquisición de la propiedad sería un golpe maestro para la empresa con sede en Los Gatos, California. Con su fachada y patio de estilo imitación egipcia, el cine es uno de los sitios más reconocibles sobre Hollywood Boulevard. Inaugurado por Sid Grauman en 1922, fue designado como monumento histórico-cultural de Los Ángeles y es uno de los pocos cine arte restantes en la ciudad que alberga la industria del séptimo arte.
Fuentes cercanas a Netflix y a la American Cinematheque afirman que el acuerdo beneficiará a la organización sin fines de lucro, a la sala y a la comunidad de amantes del cine clásico e independiente de Los Ángeles. La American Cinematheque continuará programando películas históricas, rarezas y cine independiente los viernes, sábados y domingos, según informó la organización a sus miembros. Se espera que Netflix, que invierte miles de millones de dólares en sus propias producciones de cine y televisión, use el lugar para realizar proyecciones y estrenos durante los días entre semana.
Sumado a ello, las ganancias de la venta deberían financiar más programación por parte de la American Cinematheque, que ha tenido problemas económicos a lo largo de los años, y apoyar una renovación muy necesaria para la sala, según el presidente de la organización, Rick Nicita. Al parecer, Netflix pagaría decenas de millones de dólares por el lugar. “De viernes a domingo, que son nuestros días principales, todo seguirá igual”, explicó Nicita en una entrevista a principios de este año, después de que las conversaciones tomaron estado público. “La membresía debería estar muy feliz. [Esto significa] más oportunidades, más eventos y más cosas buenas en un cine renovado”.
Salma Hayek en Netflix
Sin embargo, tales garantías han hecho poco para calmar los temores de algunos cinéfilos locales y conservacionistas, a quienes les preocupa lo que podría ocurrir después de que la sala clásica sea vendida por la American Cinematheque -cuya misión es brindar arte cinematográfico al público más amplio posible, en pantalla grande- a una corporación con fines de lucro. ¿Qué ocurriría, por ejemplo, si Netflix cambia de opinión y decide que ya no quiere ser dueño de la sala?
Algunos, incluidas personas cercanas a la Cinematheque que hablaron con The Times bajo condición de anonimato, mostraron preocupación sobre si tal acuerdo se atendría al pacto que el grupo realizó en 1996 con la Agencia de Reurbanización Comunitaria de la Ciudad de Los Ángeles (CRA, por sus siglas en inglés), que le vendió la sala a la American Cinematheque por $1 y proporcionó los fondos para restaurarla a su estado anterior. Dos conservacionistas de Los Ángeles, Richard Schave y Kim Cooper, que dirigen una compañía de turismo, hicieron circular una petición pidiendo una mayor transparencia en el acuerdo, y solicitaron la intervención del gobierno de la ciudad.
Pero los funcionarios de la ciudad afirman que están limitados en el asunto. Según Tony Arranaga, director de comunicaciones de la oficina del concejal Mitch O’Farrell, la ciudad no tiene jurisdicción sobre la administración de la American Cinematheque, el desembolso de fondos de la venta o lo que sucedería si Netflix decide que ya no quiere ser dueño de la sala. La CRA fue disuelta por el estado de California en 2012, en un intento por parte del gobernador Jerry Brown de equilibrar el presupuesto. Sin embargo, dijo, la ciudad puede garantizar que cualquier modificación al edificio cumpla con los estándares del Departamento del Interior de EE.UU. “Tengo entendido que los acuerdos entre [la agencia sucesora de la CRA] y la American Cinematheque han expirado”, explicó Arranaga. “El concejal trabajará con cualquier propietario, existente o nuevo, del Egyptian Theatre, para asegurarse de que sean buenos administradores de este sitio histórico”.
Los representantes de la autoridad local designada por el estado para cerrar los asuntos de la CRA no respondieron a las solicitudes de comentarios.
También está la participación del director de contenido de Netflix, Ted Sarandos, quien ha sido miembro de la junta de la American Cinematheque durante años. Sarandos se acercó a esa entidad con la oferta de comprar el Egyptian hace más de un año, pero se retiró de las negociaciones, explicaron personas familiarizadas con el asunto.
Algunos integrantes de la American Cinematheque afirman que a los miembros que pagan una cuota -que se enteraron de la venta potencial a partir de una noticia publicada en Deadline- se les dijo poco sobre cuál sería el futuro de la sala si pasara a manos de Netflix. Un correo electrónico enviado este verano señaló “la venta inminente del Egyptian Theatre” y afirmaba que la Cinematheque contaría así con una donación por primera vez. Sin embargo, el boletín no mencionaba la participación de Netflix ni la fecha prevista de la transacción.
“Es una situación donde hay que esperar y ver”, consideró la profesora de estudios de cine Catherine Benamou, profesora de la Universidad de California en Irvine, quien ha asistido a múltiples proyecciones en la sala. “Las intenciones que declaran suenan bien, pero realmente creo que debería haber una relación de trabajo cercana con la comunidad cinéfila de Los Ángeles”.
Algunos en la industria sienten que vender el Egyptian es una buena idea. Fuentes de los estudios, que han utilizado la sala para proyecciones, señalan que esta podría mejorar y estar más limpia, y que no es extraño que una importante compañía de películas desee ser propietaria de una sala de cine clásica, para revivirla. Walt Disney Company es dueña y exhibe sus películas antiguas en El Capitán Theatre de Hollywood, por ejemplo. “Es neutral, en el peor de los casos”, consideró un experto veterano de los estudios, que pidió permanecer en el anonimato para proteger las relaciones laborales. “Si consideramos los recursos que tiene Netflix, debería ser positivo”.
Si el acuerdo se concreta, sería un paso notable en los intentos de la empresa de streaming para convertirse en una fuerza cada vez más poderosa en el negocio del cine. Mantener a flote la Cinematheque le proporcionaría una muy deseada benevolencia entre los cineastas a una compañía que es ampliamente considerada como una perturbación al cine tradicional.
Las principales cadenas de salas, incluida AMC, se negaron a exhibir películas de Netflix porque la compañía les da una ventana exclusiva mucho más corta que el promedio, de 90 días, dado a los estrenos normales de estudios. Netflix planea lanzar su drama criminal de Martin Scorsese “The Irishman” en un número limitado de cines durante varias semanas, antes de ponerlo a disposición en su popular plataforma de transmisión, el 27 de noviembre próximo. Los expositores se negaron en gran medida el año pasado a proyectar la aclamada “Roma”, el drama en blanco y negro de Alfonso Cuarón que ganó tres Oscar, aunque no en el rubro Mejor Película.
También marcaría un nuevo capítulo para una sala que ha sido un monumento en Los Ángeles desde principios de la década de 1920 y ha tenido múltiples propietarios. Grauman construyó el cine cinco años antes de la inauguración del más famoso Teatro Chino cercano. El Egyptian estrenó “Robin Hood”, protagonizada por Douglas Fairbanks, y también la película muda de 1923 “Los diez mandamientos”, de Cecil B. DeMille. La sala cerró sus puertas en 1992, habiendo caído muy por debajo de su antigua gloria en manos de United Artists Theatres. La CRA de Los Ángeles compró el cine y el terreno por $1.7 millones, como parte de su misión de revitalizar una sección de Hollywood descuidada por mucho tiempo.
Después de que la Cinematheque se hizo cargo, la sala, que sufrió daños en el terremoto de Northridge en 1994, fue sometida a una renovación valuada en $15 millones de dólares, que incluyó una subvención de $3 millones de la CRA. El Egyptian reabrió en 1998 con otra proyección de gala de “Los diez mandamientos”. El antiguo sitio de 1.100 asientos ahora alberga un auditorio con 616 ubicaciones, y una sala de proyección para 78 personas llamada Steven Spielberg. El grupo sin fines de lucro fue establecido en 1981 por los líderes del festival de cine Filmex, con sede en Los Ángeles.
Sin embargo, la American Cinematheque aún debe lidiar con la oficina del fiscal general de California. La institución debe presentar un aviso de la transacción al fiscal general antes de vender la propiedad; la oficina aún no ha recibido ese aviso, afirmó un portavoz.
La procuraduría ya ha examinado otras operaciones de la American Cinematheque. A principios de este año, notificó al grupo que no había presentado una auditoría independiente para el año fiscal 2017, tal como lo exige la ley estatal. En marzo, la Cinematheque envió una nota al procurador general, Xavier Becerra, en la cual solicitó una exención al requisito de auditoría, citando datos perdidos y una falla de software. Dos meses después, la oficina de Becerra pidió toda la correspondencia entre la cinemateca y auditores independientes. Los representantes de la American Cinematheque no respondieron a las solicitudes de comentarios sobre la investigación, que fue dada a conocer por Los Angeles Business Journal. La oficina de Becerra declinó hacer comentarios.
La venta pendiente del Egyptian ya ha causado algunos dolores de cabeza a miembros de la comunidad cinematográfica local, incluida Sylvia Minassian, fundadora del Festival Internacional de Cine de Arpa. El evento se realizó en el Egyptian durante los últimos 14 años. Sin embargo, dijo, recibió un correo electrónico en julio pasado, de la American Cinematheque, donde le informaban que su organización no podría usar la sala debido a una próxima renovación. Ella se apresuró a encontrar una nueva sede, y aterrizó en el considerablemente más pequeño American Legion Post 43, en Highland. El festival tendrá lugar allí a principios de noviembre. “Lo que me molestó fue que teníamos una relación tan excelente”, consideró Minassian. “Nos encanta el lugar y los cineastas siempre están muy impresionados”.
Rice, la bibliotecaria, que paga $350 al año a la Cinematheque para apoyar su programación a cambio de descuentos en boletos y otros beneficios, no ha decidido si renovará su membresía. Aún espera más claridad sobre el futuro del Egyptian. “Si esto es algo tan grandioso”, se preguntó, “¿por qué cubrirlo con tanto secreto?”.
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