Mon Laferte levanta la bandera en defensa de las mujeres
En el festival Tiempo de Mujeres, ellas dejaron volar sus voces al viento y sin temor
“Nos sembraron miedo, nos crecieron las alas”, cantaron decenas de músicas, encabezadas por Mon Laferte, y los gritos femeninos estallaron en el Zócalo.
En plena noche, en el festival Tiempo de Mujeres, ellas dejaron volar sus voces al viento sin temor, pues ayer el escenario les pertenecía para exigir con música que se les escuche, que se acaben los feminicidios y exigir, junto con el público: “¡Ni una más!”.
“Hoy la prioridad debería ser buscar a nuestras desaparecidas y encontrar justicia por nuestras mujeres asesinadas.
“No son números, son personas que tienen familia. Le exigimos, por favor, Presidente, escuchemos, no olvide sus nombres”, soltó Laferte, con un pañuelo verde amarrado al cuello, ante unas 80 mil almas que se dieron cita en la jornada musical, según Secretaría de Cultura.
“Canción Sin Miedo” fue de las primeras que entonó Laferte, estelar del festival, en la que se unió con el coro El Palomar y la autora del himno, Vivir Quintana, para, todas juntas, recordar a más víctimas del feminicidio mientras sus rostros aparecían en la pantalla de fondo.
Aunque el himno fue recién estrenado, entre los asistentes un bordado con la frase central destacaba, junto a carteles de mujeres desaparecidas, otras asesinadas y, algunos, simplemente con fotos de la cantante.
Tras la interpretación, la chilena pidió que el silencio no las representara esta ocasión, sino el ruido, que se manifestó en gritos que fueron creciendo al unísono.
“Que nos escuche todo el mundo”, soltó la cantante.
Sobre el escenario, todas con pañuelos verdes, símbolo del movimiento pro aborto La Marea Verde, las cantautoras coreaban una y otra vez “¡ni una más!”. Abajo, la gente gritaba: “¡Jus-ti-cia!”.
Con los ojos llorosos, la intérprete pidió impulso al público para seguir, lo que la animó a quitarse el saco, lucir un vestuario rojo y arrancar, ahora sí, su enérgico show, con papeles de colores que enmarcaron su tema “El Mambo”.
Las ovaciones no se hicieron esperar. Pegada a la barricada destacaban principalmente las mujeres, muchas con pañuelos verdes y en familias, tanto de infantes con sus madres hasta jóvenes acompañadas de mujeres ya con canas.
Los hombres tampoco faltaron, aunque no fueron protagonistas, a diferencia del sonido de cacerolas, símbolo en las protestas chilenas, que algunas llevaron.
Laferte mostró entrega al baile con temas como “El Beso”, “La Trenza”, “Mi Buen Amor” y “Sí Tú Me Quisieras”, aunque dijo ya no extrañar a ese ex novio celoso.
Previo a Laferte, su compatriota Ana Tijoux, incluso enferma, encendió los ánimos con el rap de temas como “Cacerolazo”, donde se dijo honrada de la presentación en el contexto de lucha femenina.
“¡Mi cuerpo es un gobierno completo!”, gritó la intérprete, para después desplegar un cartel que decía: “No + represión”.
La primera invitada fue la guatemalteca Sara Curruchich, quien además de sumarse a la exigencia de querer a todas las mujeres vivas, reclamó el respeto a los pueblos originarios.
Con tanta energía sembrada durante horas, florecieron las manos por los aires de los asistentes cuando Mon Laferte llegó a “Plata Ta Tá”, “Si Una Vez”, de Selena, “El Diablo” y “Amor Completo”, que cerró su presentación.
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