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La primera película chilena de Netflix es una joyita del cine independiente

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A partir de hoy, puede verse a través de Netflix “Nadie sabe que estoy aquí” (“Nobody Knows I’m Here”), la primera película proveniente de Chile que ha sido financiada por la misma plataforma y que, de manera saludable, se aleja del estilo comercial y anodino de muchas producciones hechas en Latinoamérica para ofrecernos una luminosa exhibición del talento que puede encontrarse al interior de la nación sudamericana.

Este estreno venía antecedido por la excelente reputación de Pablo Larraín, un director de lujo que nunca ha caído en las tentaciones de la industria y que ha sido el autor de filmes tan notables como “No”, “Neruda” y “Jackie”; sin embargo, en este caso, él mismo se encarga de la labor de producción al lado de su hermano Juan de Dios, por lo que los méritos mayores de la cinta en términos creativos son del director y guionista Gaspar Antillo, quien debuta en el largometraje tras haber realizado varios cortos que fueron muy bien recibidos.

Más allá de lo señalado, “Nadie sabe que estoy aquí” destaca por la fenomenal actuación de Jorge García, uno de los actores principales de la recordada serie “Lost”. Una década después de que finalizara ese show, el intérprete estadounidense, que ha venido participando en películas poco afortunadas -muchas de ellas en plan de comedia-, regresa a la primera división con un papel que lo saca completamente de su zona de confort y que debería brindarle muchas satisfacciones.

Pese a ser hijo de un chileno y de una cubana, García, que se crio en California, está lejos de manejar el español de manera fluida; pero esas mismas condiciones son aprovechadas en la cinta, ya que Memo, el personaje que interpreta, es un hombre que vive actualmente en el sur chileno, donde trabaja en duras labores manuales, pero que ha pasado una buena parte de su vida en el extranjero y que, además, habla muy poco.

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También es una persona severamente afectada por un trauma del pasado relacionado a una frustrada carrera como cantante de la que no se ha olvidado del todo, lo que lleva al aprovechamiento de otra cualidad del actor, quien ha demostrado sus dotes musicales en varios videos que circulan por la red.

Pero “Nadie sabe que estoy aquí”, que cuenta con una hermosa fotografía y una esmerada composición de encuadres, no es un musical alegre, ni mucho menos, sino un drama de tendencia ‘slow burn’ en el que la conducta del frustrado Memo puede ser impredecible, lo que nos acerca a veces a los terrenos del ‘thriller’ pero no nos lleva nunca a descartar las buenas intenciones de un protagonista que, en medio de sus extrañas actitudes, logra conectar con la audiencia gracias a la simple presencia de García.

En medio de una reapertura de negocios que está siendo vista con desconfianza por quienes se encuentran todavía conscientes de la gravedad del Covid-19, las grandes cadenas de cine de los Estados Unidos han decidido empezar a reabrir sus recintos de manera paulatina, aunque se espera que la reactivación se produzca realmente durante el segundo fin de semana de julio.

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