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CRÍTICAS. Llorona politizada, peruanos combativos y más estrenos de cine en ‘streaming’ y autocinemas

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La falta de salas de cine sigue causando pesar entre todos los amantes del séptimo arte, y al menos en lo que respecta a las ciudades más grandes de Estados Unidos, el problema no tiene todavía visos de solución.

Afortunadamente, la cartelera virtual no ha dejado de renovarse en estos duros meses, y la que se encuentra a disposición de los interesados desde este fin de semana muestra una interesante diversidad, tanto en lo que se refiere a sus países de procedencia como a sus temáticas.

Zoe Saldaña pidió perdón entre lágrimas por haber interpretado en el cine a la leyenda de la música Nina Simone en “Nina” (2016), una cinta que despertó un notable debate en Hollywood sobre la representación apropiada de la diversidad en la gran pantalla.

De ese modo, esta semana, tenemos estrenos de filmes de terror de Guatemala y Australia; una propuesta peruana; una historia de gánsters ‘cholos’ angelinos; un drama noruego; y un documental filipino. Entérate de lo que puedes esperar de todo ellos leyendo las reseñas especializadas que te ofrecemos a continuación.

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LA LLORONA

Director: Jayro Bustamante

Reparto: María Mercedes Coroy, Sabrina De La Hoz, Margarita Kenéfic

Género: Terror

Convertido ya en el cineasta más distinguido de Guatemala debido a las virtudes de sus largometrajes “Ixcanul” (ubicado en un poblado maya para hablar de desigualdades de clase) y “Temblores” (centrado en un hombre de clase media para hablar de la homofobia en su país), Jayro Bustamente llega ahora hasta nosotros con un excepcional largometraje que le permite meterse por primera vez en el género de terror sin dejar de lado sus infaltables intereses sociales.

En realidad, “La Llorona”, que se estrena directamente en estos territorios a través de la plataforma Shudder -y que no debe confundirse de ningún modo con el reciente bodrio hollywoodense de título parecido-, es una suerte de revancha justa y necesaria ante las atrocidades de Efraín Ríos Montt, el sanguinario dictador militar que murió en el 2018 antes de poder cumplir con una condena por sus probados crímenes contra la Humanidad.

Aquí, el notable Julio Díaz interpreta a Enrique Malverde, un anciano enfrentado a un juicio por genocidio que él mismo desafía de modo arrogante mientras su enorme casa es asediada implacablemente por una multitud de manifestantes y por los extraños sonidos aparentemente provenientes de una mujer que se lamenta por las noches (lo que la conecta con el mito latinoamericano).

La situación empieza a complicarse con la llegada de Alma (María Mercedes Coroy), una nueva y misteriosa empleada doméstica proveniente de uno de esos pueblos mayas que Malverde arrasó sin misericordia en el pasado, y la tensión se logra con una ingeniosa combinación de horrores reales y de ficción, planteada a través de una inspirada puesta en escena. Pero las palmas en el plano histriónico son para Margarita Kénefic, quien interpreta a la esposa de Malverde y cuyo personaje es el que atraviesa la mayor evolución del relato.

CANCIÓN SIN NOMBRE (SONG WITHOUT A NAME)

Directora: Melina León

Reparto: Lidia Quispe, Lucio Rojas, Maykol Hernández

Género: Drama

El cine peruano no se pone normalmente a disposición del gran público estadounidense, y es por eso que resulta tan importante el lanzamiento en Virtual Cinemas de “Canción sin nombre”, un filme que, además, es excelente, tanto en lo que se refiere a su calidad cinematográfica como a sus aportes narrativos.

Basándose en una investigación realizada por su padre periodista, la directora Melina León nos muestra la historia de una joven migrante de los Andes que vive en las afueras de Lima y que, luego de viajar a la capital para dar a luz, se enfrenta al secuestro de su hija recién nacida, por lo que recurre a la ayuda de un reportero local que se enfrenta por su lado a una identidad sexual no admitida en la sociedad de la época, ya que la historia se desarrolla a fines de los ’80, lo que le agrega los problemas inherentes al conflicto armado que se vivía en esos momentos.

Tener a una protagonista indígena, estar en blanco y negro y ser un trabajo de época traza conexiones inevitables con “Roma”; pero esta cinta toma no solo su propio camino en relación a lo que cuenta, sino que, en medio de sus limitaciones comparativas de presupuesto, ostenta una puesta en escena de gran nivel artístico y de expresionismo contundente. Y no hay que dejar de lado a la protagonista Lidia Quispe, quien a pesar de no ser una actriz profesional, hace lo suyo de manera destacada.

THE TAX COLLECTOR

Director: David Ayer

Reparto: Bobby Soto, Cinthya Carmona, Shia LaBeouf

Género: Crimen / Acción

David Ayer se dio a conocer mundialmente en el 2011, cuando su nombre apareció como autor del guion de la emocionante “Training Day”; y después de eso, se mantuvo en la línea de creador de relatos criminales y policiales en la urbe de Los Ángeles, tanto en el plano de la escritura (“Dark Blue”, “S.W.A.T”.) como en el de la dirección (“Harsh Times” “Street Kings”, “End of Watch”), aunque también ha incursionado en megaproducciones hollywoodenses de otra clase (“Fury”, “Suicide Squad”).

En ese sentido, “The Tax Collector”, su octavo largometraje como realizador, que se puede ver ya en VOD y autocinemas selectos, conserva el mismo espíritu, pero sorprende por su falta de creatividad, su manufactura casi amateur y el uso indiscriminado de una violencia a la que no se le puede encontrar sentido, hasta el punto de que puede llegar a ser vista como una obra negativa para la comunidad latina en los Estados Unidos a pesar de todas las oportunidades de trabajo que le dio al talento hispano local.

Uno de los pocos elementos rescatables por aquí es la presencia de Shia LaBeouf en un papel absolutamente verosímil de delincuente despiadado, aunque lo cierto es que todos los personajes, clamorosamente unidimensionales, parecen haber surgido de un comic de poca monta mientras se ven involucrados en una historia relacionada a una red criminal del Sur de California que ve afectada sus actividades ante la llegada de un peligroso jefe de la mafia que acaba de llegar de Jalisco y que adora a La Santa Muerte, pero que habla como ‘pocho’.

A THOUSAND CUTS

Director: Ramona S. Diaz

Género: Documental

Nueve años después de darse a conocer con el documental “Don’t Stop Believin’: Everyman’s Journey”, dedicado al vocalista filipino que logró integrarse a una legendaria banda estadounidense, la cineasta filipino-americana Ramona S. Diaz retoma la senda social de otros trabajos suyos para ofrecernos “A Thousand Cuts”, que se estrena bajo la modalidad de Virtual Cinemas.

En este caso, Diaz le da el protagonismo a Maria Ressa, la combativa pero serena fundadora de Rappler, un portal esencialmente juvenil que se ha convertido en uno de los medios más contundentes de oposición al actual presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, un líder populista, misógino e ignorante (¿les suena conocido?) que ha sido acusado de numerosas faltas a los derechos humanos y de ejecuciones extrajudiciales en medio de su despiadada lucha contra los traficantes y los consumidores de drogas.

Enaltecido por un acceso insólito a los personajes involucrados en la turbulenta situación local y por valiosos aportes sobre el papel de las redes sociales, el documental pone en evidencia el papel esencial que cumple la prensa independiente en situaciones así. Y aunque parece inicialmente destinado a una audiencia interesada específicamente en la problemática del país asiático, sus alcances van mucho más allá, lo que lo convierte en una sombría advertencia sobre lo que podría pasar en las tierras que habitamos.

OUT STEALING HORSES

Director: Hans Petter Moland

Reparto: Stellan Skarsgård, Tobias Santelmann, Danica Curcic

Género: Drama

Basada en una exitoso ‘best seller’ noruego, “Out Stealing Horses” (que se lanza en Virtual Cinemas) es una película del mismo origen a la que falta probablemente una chispa adicional para ser realmente deslumbrante, pero que luce fantástica, tiene grandes actuaciones y presenta una historia ciertamente atractiva.

Stellan Skarsgård, el gran actor sueco al que hemos visto en títulos como “The Girl with the Dragon Tattoo” y “The Avengers”, interpreta a Trond, un tipo mayor, arisco y antisocial cuya reclusión voluntaria en la campiña europea a fines de los ’90 se ve interrumpida con la llegada de un vecino que lo traslada de inmediato al pasado, más precisamente, a la década de los ’40, cuando él mismo, siendo adolescente, pasó un verano memorable al lado de su rudo pero carismático padre leñador, y fue tanto testigo de una tragedia en el pueblo como de su propio despertar emocional.

Pese a que la voz en ‘off’ delata el origen literario del asunto entero y de que hay a veces emociones demasiado contenidas, la puesta en escena es lo suficientemente vistosa como para impresionar por cuenta propia, y el relato lidia de manera ingeniosa con temáticas trascendentes, como los sentimientos de culpa y de pérdida y el modo en que afectan a diferentes generaciones.

DARK WATER: ABYSS

Director: Andrew Traucki

Reparto: Jessica McNamee, Luke Mitchell, Amali Golden

Género: Terror

Después de la notable “Crawl”, que se estrenó el año pasado, cualquier producción que pretenda imponerse en el subgénero de cocodrilos asesinos tiene todas las de perder. En ese sentido, “Black Water: Abyss”, que se puede ver ahora en VOD y autocinemas selectos, se mete en terrenos especialmente pantanosos.

Para ser claro, tendré que decir que esta es la secuela de una cinta del 2007 que no he podido ver y que contó con críticas sumamente positivas. En este caso, dos parejas de amigos, acompañadas por un tercero que funge de guía, deciden viajar al norte de Australia para meterse temerariamente en una cueva subterránea que, por supuesto, termina siendo el hábitat de un reptil gigantesco y de apetito aparentemente insaciable.

La primera parte de la película no es demasiado prometedora, ya que además de extender innecesariamente la llegada de los ataques mortales que todos esperamos en un título de esta clase y de mostrar un escaso interés en el ‘gore’, presenta a personajes poco interesantes, pese al buen nivel de todas las actuaciones.

Pero las cosas se animan significativamente después de la mitad, adquiriendo todo el suspenso y las escenas de terror que tanto faltaron con anterioridad, y convirtiendo de hecho a la película en una apuesta perfectamente decente para ver en casa durante tiempos de pandemia.

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