Prince Royce: ‘Estoy loco por poner en práctica todo lo que me enseñó el 2020’

Para Prince Royce, el año que recién comienza es un lienzo en blanco para comenzar a aplicar las lecciones que le dejó 2020, un año que define como “lleno de constantes contradicciones, grandes alegrías y grandes tristezas”. El artista neoyorquino de padres dominicanos sabe que la mayoría de los humanos del planeta podrían decir lo mismo “y lo que más deseo es que cada uno de nosotros hayamos aprendido lo que necesitamos para mejorar nuestra vida”.

En su caso las lecciones son claras y las puede aplicar en lo personal y en lo profesional. “Para mí tener COVID fue una experiencia muy fuerte, no solo porque me sentí muy mal físicamente sino porque fue horrible pensar a quién había podido haber contagiado”, explicó. Su esposa, la artista estadounidense de madre mexicana Emeraude Toubia había partido a visitar a su familia poco antes del diagnóstico. “Me angustió mucho pensar que se habían podido enfermar por un descuido mío”.

Royce siempre había sido un hombre muy ligado a su familia, pero su relación post-covid con sus seres queridos es más “deliberada”. “Esa sensación de que estamos todos conectados se volvió más intensa”, reconoció.

Por eso, se organizó para pasar las Navidades con sus parientes y el fin de año con los de su mujer. “En México, desconectados del mundo, es el mejor lugar para comenzar el 2021”.

Eso no quiere decir que todo el año haya sido malo. El confinamiento le permitió pasar más tiempo que nunca con Toubia, sus padres, sus primos, tíos, amigos. También fue una oportunidad para enseñarle su lado más divertido a sus fans a través de la red Tik Tok y aprender a comunicarse con ellos de otras formas, ante la imposibilidad del contacto en persona de los conciertos y encuentros.

“Yo nunca esperé sentirme cómodo haciendo las tonterías que hago en TikTok. No sé, quizá fue la pandemia, o que haber tenido COVID pone todo en otra perspectiva, pero me ha salido lo payaso que soy con la gente que me conoce de toda la vida. Pero esos videos y la reacción de la gente me dieron esa sensación de cercanía que me hacía falta”, explicó.

También lo ayudaron a manejar la ansiedad de no haber podido salir de gira a promover su disco “Alter Ego” que salió al mercado un mes antes de que comenzaran las medidas de confinamiento.

“Obviamente, uno se preocupa por el dinero que no entra de la misma manera porque no hay conciertos, por el equipo, por la gente que no está ganando nada porque tocó suspender los planes de giras”, indicó.

Afortunadamente para él, el disco ganó dos nominaciones a los Latin Grammy, sino que Royce cerró el 2020 con un récord Guinness en las manos. El sencillo “Carita de inocente” es hasta ahora estableció un nuevo récord al permanecer en el #1 durante veintinueve semanas en el listado de Billboard Tropical Airplay con “Carita de Inocente”. La canción, que además alcanzó el #1 en el listado Billboard Latin Airplay, fue certificada como Platino en Estados Unidos y Puerto Rico.

“Tengo que confesar que cuando se paró todo me angustié, pero “Alter Ego” me ha dado muchísimas satisfacciones”, afirmó.

Al recuperarse de la enfermedad se relajó, tanto que hasta ha dejado libres sus rizos, que usualmente aprisionaba con saludables dosis de gel y fijador. “Ahora me gustan, aunque a veces están convertidos en un pajón”, dice entre risas.

También se ve más relajado cuando habla de su relación con Toubias, que antes evitaba radicalmente. “Estoy feliz, tanto que me hubiera gustado habernos embarazados en febrero, marzo, así habríamos pasado la cuarentena con la barriga. Ahora estamos pensando para este año. Quién sabe si para 2022 ya tenemos un bebé en brazos”, manifestó.

Ahora se siente listo para tener un hijo, en especial por otra de las lecciones que le dejó 2020, que es “manejar mejor el dinero”. A menudo oía en su mente los consejos de su padre sobre la necesidad de ahorrar, de no gastar todo pensando que el dinero iba a seguir fluyendo.

“Este negocio nuestro (de la música) es complicado. Uno siempre piensa que puede gastar lo que gana en un concierto, porque en dos días hay otro, pero este año nos ha demostrado que las cosas pueden cambiar de repente y hay que organizarse, pensar en el futuro”, indicó.

Además de la madurez financiera, Royce también adquirió una mayor confianza en sus elecciones artísticas. “Alter Ego” es un disco doble, que salió al mercado en momentos en los que la mayoría de los artistas adoptaban la práctica de enfocarse en una seguidilla de sencillos.

Aunque tiene sus temas urbanos, el disco apostó fuerte a la bachata y fue lo que más le ha redituado. Ahí está la lección final del año: “Uno tiene que ser auténtico e ir por lo que le dice su corazón y su intuición”.

“Yo creo que este 2020 fue de limpieza y el 2021 será de honestidad con todo, con la vida, con la música y con uno mismo, por encima de todo”, consideró. Es un norte que piensa seguir y que espera le dé otros 10 años de éxitos como su primera década de carrera, lo convierta en un feliz padre de familia y le siga permitiendo sentirse satisfecho consigo mismo.