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Ve de manera gratuita ‘El Agente Topo’, la conmovedora y cautivadora apuesta chilena por el Oscar

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Es momento de dar un paso al costado, 007, porque ya tenemos entre nosotros a “El Agente Topo”, un decidido espía de 83 años que se introduce en un asilo de ancianos con el fin de descubrir si una de las internas está sufriendo maltratos por parte del personal del establecimiento.

Lo recién señalado podría parecer la trama de una de esas comedias disparatadas que se burlan de todo y no respetan nada; pero lo que se nos ofrece en este caso es un impresionante y tierno documental cuyas numerosas virtudes lo han convertido en el trabajo elegido por Chile para tratar de ser incluido en la lista de nominaciones del Oscar correspondiente al rubro de Mejor Película Internacional.

Claro que, en realidad, “El Agente Topo” -que se estrenó ayer en las diferentes señales nacionales del canal educativo PBS y que se puede ver de manera gratuita desde ahora hasta el 8 de febrero en pov.org- funciona tan bien en la parte narrativa que ha despertado ya suspicacias en torno a la manera en que fue desarrollado, con el aporte probable de elementos de ficción o de planificación que los puristas del género pueden considerar inapropiados, pero que son de hecho estrategias empleadas de una u otra forma por los autores actuales de documentales.

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Para que lo tengan claro, el filme comienza con una serie de entrevistas de trabajo hechas a personas entre los 80 y los 90 años, destinadas a encontrar al candidato ideal para la misión que describimos en el primer párrafo, y desde ese mismo momento, se genera en nosotros la duda de si esto fue algo que se dio realmente de manera independiente a la producción de la obra o si se trató de una simulación concertada por la experimentada directora Maite Alberdi, aunque ella misma ha declarado que trabajaba con el investigador privado que aparece en pantalla haciendo la convocatoria.

Más adelante, la labor de investigación esmerada pero naturalmente imperfecta del elegido (Sergio Chamy) dentro del hogar de retiro de la localidad santiaguina de San Francisco es presentada mayormente a través de un trabajo visual y sonoro impecable, llevado a cabo por un equipo de grabación que se encontraba en el lugar antes de la llegada del espía, y con autorización de los encargados del mismo espacio, lo que provoca otras preguntas sobre la autenticidad completa de lo que vemos.

Sea como sea, el resultado es una producción fascinante que no nos acerca solo de manera íntima a un universo clamorosamente ignorado en el mundo del cine y de la televisión, sino que se convierte en una carta perfecta de denuncia, pero no sobre los abusos que puedan darse en esta clase de dependencias, sino sobre el abandono sufrido por los seres humanos mayores por parte de sus propios familiares.

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En largas conversaciones con diferentes mujeres (porque él es uno de los pocos huéspedes masculinos), Chamy establece con ellas un nivel de confianza que va más allá del trabajo que le han encomendado, demostrando no solo lo simpático que puede llegar a ser, sino también la habilidad que tiene para convertirse en confidente y hasta asesor espiritual de personas que se encuentran abrumadas por la soledad, y que lo que más necesitan en la recta final de sus vidas son muestras sinceras de afecto.

Aunque Chamy se convierte rápidamente en el centro de atención, las mujeres que lo rodean adquieren también relevancia de manera espontánea, ya sea por sus talentos (hay una poeta) como por sus conductas (una de ellas cree que su madre está todavía viva y habla supuestamente con ella por teléfono; otra tiene tendencias cleptómanas).

Esto provoca momentos cargados de dolor que no dejan indiferente al espectador, pero también instantes divertidos que despiertan sonrisas, dándole de ese modo forma a un título que, más allá de los métodos que haya empleado para su elaboración, no deja nunca de causar sorpresa ni de generar reflexión.

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