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Emmanuel recuerda su vida y revela sus creencias antes de ofrecernos todos los éxitos en vivo

Emmanuel, el cantante de origen mexicano, en una imagen reciente.
Emmanuel, el cantante de origen mexicano, en una imagen reciente.
(Cortesía Emmanuel)
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Aunque sus visitas a la ciudad de Los Ángeles han sido numerosas, este sábado, Emmanuel tendrá la oportunidad de debutar en el flamante YouTube Theater de Inglewood, ubicado a solo unos pasos del Forum (ahora Kia Forum), un escenario de larga trayectoria donde, esa misma noche, estará actuando el igualmente legendario Roberto Carlos.

Esta circunstancia ha causado sin duda más de un dolor de cabeza en los fanáticos de los dos artistas, que en muchos casos son los mismos; de hecho, pese a su marcada diferencia de estilo, las distancias entre el intérprete de “Quiero dormir cansado” y el autor de “Cama y mesa” no son tantas, como lo demuestra lo que pasó cuando el primero fue descubierto inicialmente en Brasil y llamado “el Roberto Carlos mexicano”.

“Era el punto de referencia que tenían, y qué maravilla, porque Roberto Carlos es un personaje muy importante, con una trayectoria increíble”, fue lo primero que le dijo Jesús Emmanuel Arturo Acha Martínez (el nombre de nacimiento del artista) a Los Angeles Times en Español durante una entrevista por Zoom ofrecida desde su casa en la capital azteca. “Cuando llegué [a ese país] y me llamaron así, fue un motivo de agradecimiento”.

Pese a que el cantante mexicano sigue participando en una serie al parecer interminable de conciertos que lo encuentran al lado de su compatriota Mijares y que se vienen llevando a cabo desde hace casi nueve años, lo que sucederá en el recinto angelino corresponde a su gira individual “Toda la vida”, dedicada a la presentación de sus más grandes éxitos, entre los que se encuentran “La chica de humo”, “Todo se derrumbó dentro de mí”, “Bella señora” y “La última luna”, por mencionar solo algunos.

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Entre la balada y el pop

Emmanuel, que recibió el premio a la Excelencia Musical durante la semana de los Latin Grammy del 2021, no ha lanzado un álbum inédito en estudio desde el 2015 (se llamaba justamente “Inédito”), por lo que no hay que esperar muchas novedades en el show; pero ha prometido interpretar al menos una canción nueva, que podría ser “Esa mujer”, un animado sencillo cuyo video se puede ver en la plataforma de YouTube y que tiene un sabor muy rumbero, así como algo que a nosotros nos suena como una parte ‘rapeada’.

“Es más bien un ‘chanteo’, que es otra cosa; viene más de Venezuela”, nos corrigió el vocalista, antes de entonar un fragmento de la pieza. “He hecho dos o tres ‘raps’, como ‘La chica de humo’ y ‘Corazón de melao’. Creo que ‘La chica de humo’ fue uno de los primeros ‘raps’ que se hicieron en América Latina, sino el primero; y se escuchó en las discotecas de todo el mundo”.

La fusión musical de este tema es una muestra adicional del interés que ha tenido siempre Emmanuel por diversificar su propuesta: si bien su primer álbum, “10 razones para cantar” (1976), se inclinaba hacia el folklore de tinte social, poco a poco fue introduciéndose más y más en los terrenos de la balada romántica, hasta llegar a un estilo de pop mucho más movido y adecuado para el baile.

“Todo eso estaba dentro de mí; de otro modo, se hubiera notado que era una mentira, que no era natural”, afirmó. “Mi cuarto disco, ‘Íntimamente’ [1980], tuvo nueve números 1; en ese momento, yo creí que era algo que le ocurría a todos los artistas, cuando la verdad es que tener un solo número 1 ya era algo súper importante”.

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“A partir de ese disco empecé a hacer temas rítmicos, incluso antes de ‘Chica de humo’”, agregó. “En el disco ‘En Soledad’, había un tema ‘Tengo una flor de ti’, que era un ‘soft rock’, y yo ya estaba necesitando hacer algo diferente, porque dentro de mí había una expresión corporal que no se podía sacar durante las canciones románticas”.

Eso no quiere decir que, antes de eso, Emmanuel haya sido uno de esos intérpretes que se quedan estáticos ante el micrófono; basta ver los videos antiguos de “Quiero dormir cansado” y “Todo se derrumbó” para darse cuenta de los ademanes y los gestos intensos con los que acompañaba sus baladas.

“Tenía una necesidad de expresión corporal que iba más allá de la voz”, retomó el cantante. “Nunca tomé clases de baile ni me miraba en un espejo para ver lo que iba a hacer; fue totalmente natural, porque, más que baile, es una danza del espíritu. Después de eso, empezaron a llegar temas como ‘Toda la vida’, ‘La última luna’ y ‘La chica de humo’”.

Otra imagen del artista internacional.
(Cortesía Emmanuel)

Micrófono por capote

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Antes de dedicarse al canto, Emmanuel anhelaba ser un torero, como su padre; pero una temprana lesión lo sacó para siempre del ruedo, por lo que parecía pertinente preguntarle si su estilo de baile tiene algo que ver con el asunto taurino.

“Creo que tiene más bien que ver con los ejercicios corporales para el toreo, donde lo que haces es casi un movimiento de danza cuando el toro te está atacando”, explicó. “Tienes que estar quieto y hacer un movimiento artístico para que este llegue al público y haya un ‘ole’, que no es como decir ‘gol’, sino que es una expresión que se usa también en el ‘bel canto’ y en la música flamenca”.

Curiosamente, de ese modo, lo que ha hecho a lo largo de su carrera ha estado influenciado tanto por el oficio de su padre, el ‘matador’ argentino-español Raúl ‘Rovira’ Acha, como por el de su madre, la bailarina y cantante española de flamenco Conchita Martínez, quien falleció cuando él tenía solo 8 años.

“Tú no quieres ser torero si no estás rodeado de ese mundo, aunque, en el caso de la música, no tienes que estar rodeado de nadie”, razonó. “El arte te descubre, así como descubrió a los personajes de la Edad de Piedra que dibujaban en las cavernas animales parecidos a un ciervo mientras otros salían a cazar. Como decía Platón, cada persona es diferente; algunas tienen un cuerpo para ir a la guerra, y otras tienen espíritu creativo”.

Ya no habrá más conciertos de Enrique Bunbury, ni siquiera los planeados

“Lo de la música para mí fue súper natural, porque en mi casa cantaban mi madre, mis tías, mis hermanos… creo que hay un gen que te transmite la parte artística”, prosiguió. “Pero todos bailaban también durante las fiestas, y yo no lo hacía. Me daba vergüenza; solo cantaba. Por eso, lo que yo hago al danzar tiene muy poco que ver con lo que ellos hacían, pero a la vez mucho que ver en cuanto a expresión del alma”.

Tampoco tomó clases de canto, lo que tiene probablemente que ver con la originalidad de su estilo vocal. “Lo hice de manera autodidacta, escuchando lo que hacían los cantantes que admiraba, como sucede con muchos artistas de la música popular”, comentó. “Mis influencias empezaron con la música flamenca, que fue lo primero que canté en la casa, pero al ir creciendo, descubrí la música mexicana, sobre todo la ranchera, que canté mucho; y en los cinco años que viví en Perú, recibí todo lo que es la música de allá, como la ‘negroide’ [afroperuana], la marinera, el landó y, sobre todo, los valses”.

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Tras confesar su admiración por Los Morochucos, el trío más emblemático de la música criolla, Emmanuel afirmó ante nosotros que el vals peruano es uno de los estilos musicales más dulces que existen en América Latina; y después, se metió de lleno en el terreno de los recuerdos al evocar los momentos decisivos que pasó en la nación andina, cuando tenía entre 10 y 15 años.

“Viví primero tres años en Lima, y después, por portarme ‘bien’ -en vez de ir a la escuela, me iba a correr olas-, me mandaron interno a [la localidad rural de] Chosica”, rememoró. “En esa época descubrí todo, y me enamoré por primera vez”.

“Mi padre era gerente de la Plaza de Toros de Acho [ubicada en Lima], y fui con él a muchos lugares, como Trujillo, Chiclayo, la Amazonía, Tumbes y Arequipa”, añadió. “Además, en la escuela a la que iba, cada vez que terminaba un año, inventaban un viaje para todos, y fui a Iquitos dos o tres veces. De ese modo conocí el Perú, su música y su forma de hablar. Fue para mí un lugar tan importante como México y como España, donde viví de los 8 a los 10 años”.

Rock, cumbia y landó

La combinación musical que se cocinaba por adelantado en su mente se vio incrementada por los tangos que escuchaba con su padre y por su afición propia a grupos de rock que se difundían en la época, como Led Zeppelin, los Beatles, los Doors, Creedence Clearwater Revival y Jethro Tull.

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“La parte romántica me venía de modo natural, y la rítmica llegó de todos estos artistas increíbles con los que bailabas siendo un adolescente”, nos dijo Emmanuel, quien admitió también que estos descubrimientos le permitieron distraerse del profundo dolor causado por el fallecimiento de su madre.

“Cuando vivía en Perú, conocí la cumbia, conocí el merengue. Mi padre tenía un mozo de espadas que era colombiano, y ponía todo el tiempo la cumbia de su país”, agregó. “Creo que mi evolución ha sido traer todos los movimientos nuevos a mi cancha, así como las formas de grabar, de decir las cosas”.

En sus palabras, todos tenemos el potencial de ser creativos, nos encontremos donde nos encontremos. “Cuando estuve en África, me paraba a escuchar a la gente que estaba haciendo música en la calle y me daba cuenta de lo difícil que era su rítmica, del modo en que cambiaban las intensidades”, recordó. “Siempre puedes usar algo de eso, pero sin perder tu esencia y tu realidad como artista”.

Sea como sea, parece que el descubrimiento musical que más lo ha marcado es el del landó, un estilo afroperuano al que llegó por casualidad un día memorable en el que su tío, también español y dueño de embarcaciones de pesca, lo llevó al puerto de El Callao, “a una parte donde la policía no entraba”.

“Después de que me dejó por un rato al cuidado de un amigo [afroperuano] y se fue, escuché de repente esta música a lo lejos y, al irme acercando a ella, descubrí el ‘landó’ mientras era bailado en una playa de piedras [por otros afroperuanos]”, narró. “[Más adelante] llegó mi tío desesperado, pensando que me habían secuestrado o algo así”.

El cantante mexicano sufrió una caída

El medio ambiente ante Dios

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Las canciones de Emmanuel, en cuya creación han participado muchos autores distintos, hablan básicamente de amor y desamor. Pero, en su vida personal, el cantante ha despertado otra clase de comentarios por ser un ferviente católico y defensor de las corridas de toros que es vegetariano y ecologista, es decir, una combinación no necesariamente habitual.

“Yo di mi primera entrevista sobre la protección del medio ambiente en 1980”, retomó el intérprete, quien hace dos años creó la fundación Hombre Naturaleza. “No pretendes que la Naturaleza es superior al ser humano, porque el ser humano es superior a todo lo demás, y para eso se hizo el mundo; se le dio el dominio sobre la Naturaleza, pero no el derecho a destrozarla, a acabar con ella y a hacer de la Tierra un páramo”.

“Jamás podremos volver a crear la paz que te da ver un bosque o el movimiento del mar”, afirmó. “Yo crecí en un mundo taurino en el que aprendí a amar a la Naturaleza, a caminar horas y horas por un campo mientras veía a los animales pastando y [sentía] la calma que me daba todo eso; y después, al volver a estos lugares, encontré una mancha de cemento sin un solo parque, un solo árbol, una sola flor, [construida] con la excusa de darle casa a quienes no la tienen, pero sin ofrecerles un entorno adecuado”.

Por otro lado, aseguró creer profundamente en Dios, lo que le da evidentemente un sesgo muy particular a sus intereses ecologistas. “Creo que esta creación es producto del Creador, cuando hoy en día hay muchos adoradores de las ‘creaturas’”, dijo. “Siento que siempre ha habido sobre mí una protección que me ha sacado de los momentos más dolorosos; el ser humano es un espíritu, y si no lo alimentas con cosas bellas, lo alimentarás con cosas horribles y terminarás siendo un personaje oscuro que dará más odio que alegría, más desesperanza que esperanza, más pesadillas que sueños”.

El ídolo durante el apogeo de su carrera.
(Cortesía Emmanuel)

Familia y tradición

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Las palabras pueden ser emocionantes, pero todo depende del cristal con que se mira. Los baladistas latinoamericanos de los ’70 y los ’80 no se han caracterizado nunca por ser progresistas, y Emmanuel no es la excepción.

Hace seis años, durante una presentación con Mijares en Yucatán, nuestro entrevistado criticó abiertamente una propuesta educativa para la diversidad de género en México, despertando toda clase de reacciones adversas; y hace poco, durante una conversación con otro medio en la que se le preguntó específicamente por la tauromaquia, empleó el término de “asesinatos en los vientres de las madres” para referirse al aborto.

Sin embargo, cuando le preguntamos a nuestro entrevistado si se considera un tipo conservador, la respuesta fue decisiva. “No me considero nada de eso, porque ponerle un sello a la gente es una locura. ¿Qué significa ser conservador? ¿Querer conservar los bosques? ¡Pues sí soy conservador! ¿Querer conservar la vida del ser humano? ¡Sí, soy súper conservador! ¿Ir en contra de un fusilamiento, de una guerra? ¡Sí soy conservador! ¿Respetar a la mujer? ¡Sí soy conservador! Y el que no quiere conservar la vida, ¿qué es? ¿Un destructor?”, respondió.

“Los ganaderos taurinos defienden una raza que, si no hubiera sido por ellos, ya hubiera desaparecido, porque no da ningún servicio”, prosiguió. “El toro bravo existe porque existe porque ha sido protegido por el mundo de los toros. Me llama mucho la atención que haya personas que se preocupen de que maten un toro, pero a las que le da igual que asesinen a cientos de personas dentro de una iglesia en África. Además, los taurinos no contaminan el medio ambiente, sino que lo alimentan, porque en esas ganaderías, hay toda clase de animales, y protegen esa zona”.

Retomando el tema del aborto, resultaba interesante pedirle su opinión sobre lo que viene sucediendo en este país y la posibilidad de que regresemos a la prohibición nacional que estuvo vigente hasta 1973.

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“Te voy a dar una cifra que me dieron hace poco: 360 millones de niños abortados en Estados Unidos”, nos dijo Emmanuel cuando le tocamos el tema, sin saber a qué periodo de tiempo corresponderían estos números -los datos manejados por Fox News, una compañía extremadamente conservadora, hablan de 63 millones desde la decisión de Roe v. Wade- y enarbolando después una idea susceptible de ser calificada como parte de las teorías de la conspiración. “No me parece bien que usen a la mujer defendiendo un derecho del cuerpo y que hayan metido este concepto filosófico que empezó en 1950 con la idea de deshacer a la familia para lograr un mundo global con un solo gobierno, sin las diferencias de personalidad que existen en cada país”.

“No critico a la mujer que abortó, pero si al ‘cuate’ que está haciendo una ley que no sé por qué la hace, porque él viene de una madre, y no sé si quisiera haber sido abortado”, prosiguió. “Es algo difícil de defender, porque hay una corriente filosófica muy grande que ha venido comiéndole el pensamiento a una generación que hoy lo ve como algo totalmente natural”.

En ese sentido, y en su vida personal, libre de las controversias más comunes en estrella de su talla, Emmanuel muestra una fidelidad completa al concepto tradicional de familia, pues lleva cuarenta años de matrimonio con Mercedes Alemán y tiene 10 nietos, como lo demostró al aparecer al lado de ellos en una reciente publicación de las redes sociales.

“Voy a celebrar justamente la vida de la familia en YouTube este 21 de mayo”, se enorgulleció. “A mis shows van personas de todas las edades: la abuela, la mamá, el hijo, la que se va a casar… es increíble. Y creo que eso se debe también a los cambios musicales que he hecho, al modo en que he tratado siempre de adaptar cosas nuevas”.

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