Haberse librado de un problema legal que tenía el potencial de arruinar su vida un día antes de su debut en el Hollywood Bowl tiene que haber sido un enorme alivio para Ricky Martin, quien se mostró jovial y agradecido en el primero de los dos conciertos ofrecidos en el popular recinto al aire libre del Sur de California, donde estuvo frecuentemente acompañado por la Filarmónica de Los Ángeles (conocida popularmente como LA Phil) dirigida por el venezolano Gustavo Dudamel.
Pese a que no dijo nada sobre el complicado tema vinculado a una orden de restricción ya eliminada que fue presentada por su sobrino y que, en el caso de proceder, hubiera involucrado actos de violencia doméstica y de incesto, el entusiasmo mostrado por el ídolo boricua del pop lo dijo todo, y fue siempre respaldado por los asistentes que llenaron por completo las instalaciones del auditorio al aire libre.
“Estar aquí con mi familia, en el Hollywood Bowl, con el maestro [Santaolalla], con ustedes, es realmente hermoso”, dijo el artista, visiblemente emocionado y en inglés -idioma con el que se comunicó cada vez que habló-, luego de haber interpretado ya unos cuantos temas. “Muchas, muchas gracias. Estoy aquí para pasarla bien, y ustedes también. Todo lo que quiero es que se olviden de sus problemas y se enfoquen en el amor y la luz”.
El actor y cantante se encuentra en Los Ángeles grabando una serie para Apple TV y se prepara para su debut junto a la Filarmónica de Los Ángeles en el Hollywood Bowl
Como sucede con los conciertos de artistas de fama mundial en los que participa la LA Phil, la orquesta no intervino en todas las interpretaciones de Martin, pero sí en muchas de ellas, empezando por un segmento inicial de cuatro temas que se inició con “Till I Get To You” y se cerró con “Tal vez” (es decir, otra balada), pero que incluyó también las festivas piezas “La bomba” (que le dio paso a la sección de vientos e hizo que muchos se levantaran de sus asientos) y “Livin’ la Vida Loca” (con más gente de pie y bailando).
Las canciones rítmicas encontraron a Martin danzando al lado de un grupo de baile que, para describirlo de algún modo, estaba conformado por tres hombres y tres mujeres (sin querer ignorar cuestiones de género), y que se hizo presente de distintas maneras a lo largo del espectáculo. Es probable que el cantante no se haya movido tanto como en otras ocasiones -a fin de cuentas, y pese a la amplitud del auditorio, este era un concierto de carácter mucho más íntimo que el habitual-; pero cuando lo hizo, demostró su buen estado físico e hizo gala de los movimientos personalizados que lo caracterizan, despertando con ello la algarabía de sus fans.
Lo siguiente fue un set en el que Martin -que cambió varias veces de vestuario- prescindió de la orquesta para cantar únicamente con el acompañamiento de su banda, que se encontraba dividida en dos, a ambos lados del tabladillo. Los trámites en esta parte se abrieron con “Lola, Lola”, una canción con fuertes toques rumberos en la que intervino una bailarina flamenca; prosiguieron con “Ácido sabor”, el nuevo sencillo proveniente de su EP “Play”, que es una simpática balada con toques urbanos; “She Bangs”, de estilo también rumbero; y “Shake Your Bon-Bon”, correspondiente a su línea más conocida de pop ultra comercial, con interesantes arreglos del funk y una vibrante coreografía en la que figuraron dados gigantes y abanicos conformados por cartas de póker.
A continuación, los integrantes de la LA Phil (que habían permanecido en sus posiciones incluso cuando no les correspondía tocar) regresaron a la acción para ofrecer la única pieza en la que Martin cantó solo con el fondo orquestal, “Disparo al corazón”, una balada romántica que, bajo estas condiciones, le permitió a su intérprete un lucimiento vocal que fue mucho menos evidente en otros momentos del espectáculo.
Con los músicos de su grupo de vuelta, se escucharon más temas lentos: el primero fue “Tu recuerdo”, marcado por una tendencia acústica de intención tropical, y el segundo fue “Vuelve”, una de las composiciones más solicitadas de Martin, como lo reconoció él mismo al afirmar que se trata de una de sus canciones favoritas.
Los músicos de la orquesta bajaron nuevamente sus instrumentos para el siguiente segmento, que consistió en una suerte de popurrí cuyas canciones llegaron prácticamente entrelazadas y que estuvo dedicado básicamente a esas creaciones movidas que toman como base la bomba puertorriqueña, pero que incorporan elementos de diferentes géneros con la finalidad de producir algo novedoso.
Pese a los problemas legales a los que se enfrenta, Ricky Martin está listo para sacudir a Los Ángeles
De ese modo, se escucharon “Pégate”, distinguida por sus deudas con los ritmos africanos; “Mordidita”, cargada con referencias al merengue; “María”, uno de los mayores éxitos del artista; y “Vente pa’cá”, una pieza originalmente grabada a dúo con el colombiano Maluma que, evidentemente, tiene inflexiones del reggaetón.
No hubo mucho tiempo para más, porque Dudamel y los suyos regresaron para el final, enmarcado dentro de las notas de “La Copa de la Vida”, el tema creado para la Copa Mundial de Futbol de 1998 que sigue resultando esencial en el repertorio de Martin. Pese a la incorporación de la orquesta, no hubo mayor novedad en esta interpretación, sobre todo porque el estruendo producido por la banda del vocalista no permitía casi que se escucharan los arreglos de cuerdas.
El concierto tuvo una larga introducción en la que la LA Phil presentó dos obras recientes de la cubana Ivette Herryman Rodríguez y el mexicano Arturo Márquez (compositores contemporáneos de música académica), y tras un intermedio, hizo su aparición Martin.
Pero el show en sí, con el artista estelar, fue bastante breve, porque duró cerca de una hora y veinte minutos, lo que hizo que se sintiera esencialmente como lo que fue: un experimento abocado a la interpretación de ‘hits’ en un formato novedoso que pareció dejar absolutamente satisfecha a la mayoría de la audiencia (ver el recuadro de abajo), pero cuya conjunción de sonidos no fue siempre afortunada, lo que tiene que haberse debido al menos en parte a la abundancia de instrumentos en escena.
Nada de ello le quita el aspecto histórico que tuvo, tanto por ser la primera vez en la que Martin se presentaba allí como por tratarse de un show que, sin pretenderlo, se convirtió en un acto multitudinario de reivindicación para él mismo, donde ningún integrante de la audiencia expresó reclamos y donde se le prodigó en cambio al protagonista de la noche un respaldo masivo que tuvo que ser extremadamente significativo en este momento de su vida. El plato se repite esta noche, en el mismo lugar y a la misma hora.
La reacción de los fans
Los periodistas podemos tener distintas opiniones sobre la calidad, la extensión o las condiciones de sonido de un concierto, pero para un artista de estas dimensiones, lo más importante es lo que piense la audiencia; y es por ello que decidí hablar con varios de los asistentes al show del Bowl, impulsado además por el interés de saber lo que pensaban del caso legal en el que acababa de estar involucrado su ídolo.
La primera persona con la que conversé fue Leonor López, una mujer de 70 años que ha seguido a Martin desde los inicios de su carrera. “Yo ya era una señora cuando él estaba en Menudo, pero de todos modos me gustaba mucho lo que hacía”, comentó. “Todos cometemos errores; si él cometió uno, gracias a Dios está libre, y disfrutamos mucho teniéndolo aquí, porque lo apoyamos en un cien por ciento”.
“Para mí, [el caso] es falso; muchas veces se quieren colgar de la fama de las personas y sacar provechoso de eso”, dijo por su lado Connie Rodríguez, otra mexicana que disfrutó de la presentación. “Ayer vi las declaraciones que Ricky dio [tras el dictamen de la corte], y se me hicieron muy sinceras. Como dijo él, salieron afectados sus hijos, sus padres y su esposo; pero tuvimos la suerte de poder verlo, y el espectáculo que dio fue magnífico”.
Hablamos también con la pareja conformada por el brasileño Jason Lopes y su novio Daniel (quien no quiso dar su apellido). “Creo que esto ha sido muy emotivo para él y que fue algo que realmente necesitaba. Fue muy entretenido; la audiencia lo adoró”, nos dijo Daniel. “Ha sido una gran liberación de stress para él. Se notaba que se sentía aliviado, y que cada canción que presentaba era una especie de agradecimiento”, replicó Lopes.
“Me parece que todo [lo del caso] alcanzó niveles que no debía haber alcanzado debido a los medios de comunicación que buscaban hacerse publicidad y que estaban motivando a la gente a pensar en cosas que no sucedieron”, prosiguió el sudamericano. “Para mí, lo más triste es lo que ha pasado con su familia; cuando temas tan privados se hacen públicos, es muy doloroso para todos”, retomó Daniel. “No puedo saber lo que realmente pasó, pero espero que sepan resolverlo”.
La inmigrante boricua Maura Brutti también tuvo algo que decir sobre la reciente polémica. “Yo no tenía ninguna duda de que lo iba a resolver”, afirmó. “Soy de Puerto Rico, y por allí se sabía ya que Ricky es una persona completamente unida a su familia y que el sobrino había estado diciendo cosas [sin fundamento]. El show fue espectacular; morí muerta, como dicen por ahí. Fue todo lo que esperaba, y más”.
“Ricky Martin es inocente hasta que se pruebe lo contrario, por lo que hay que disfrutar de sus presentaciones”, nos dijo por su lado la joven cubana Mariel Salgado. ‘Me encantó el show; pienso que la música, la política y la vida están relacionadas, pero no se puede juzgar a nadie sin pruebas”.
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